Daniel Martínez cumplió su primer año de gestión con los viejos problemas al hombro.
El intendente Daniel Martínez cumplió ayer su primer año de gestión, en el que se ha tenido que dedicar a apagar incendios.
Siendo la limpieza y el tránsito los dos reclamos más frecuentes de los montevideanos —según surge de las encuestas de opinión de la propia IMM—, Martínez heredó dos cargas pesadas: un sistema de recolección deficitario y un parque automotor extendido sobre una trama vial anárquica, en la que en los últimos años se han gastado decenas de millones de dólares en obras fracasadas.
Recibió un sistema de recolección de residuos que a los pocos meses colapsó, atiborrando la ciudad de basura, sobre todo en el entorno de los contenedores.
También recibió una caja "en rojo", de acuerdo a declaraciones del secretario general de la comuna, Fernando Nopitsch, lo cual lo dejó de manos atadas a la hora de comenzar a cumplir sus promesas electorales, sobre todo teniendo en cuenta que durante los primeros seis meses de gestión no tuvo presupuesto propio y debió manejarse con los números fijados por la administración de Ana Olivera.
Sin embargo, en sus primeros meses de andadura, la administración Martínez fue noticia por temas mundanos, como la regulación de las emisiones radiales en los ómnibus y el combate a la caca de los perros.
En el primer caso, la Intendencia anunció una nueva reglamentación para evitar las molestias a los pasajeros que viajan en el transporte colectivo, pero el tema terminó en un cajón, como lo advirtió la defensora del vecino en su último informe anual.
En el segundo, aplicó una fiscalización que fue tan efectiva como breve y controvertida. Duró apenas diez días, en los que muchos tomaron conciencia del problema sanitario que pueden generar las mascotas y en los que otros se quejaron porque se haya destinado decenas de policías a la tarea, con los problemas de inseguridad que existen en la capital.
En los primeros meses, el equipo municipal también hizo hincapié en cuestiones internas que no necesitan de recursos extraordinarios, como el cambio de directores operativos en el área de limpieza o la implementación de políticas para transparentar la gestión.
En este último caso, el intendente decidió dar libre albedrío a sus directores de gabinete para que, durante los acuerdos semanales, den lectura únicamente a los asuntos que entienden relevantes, impidiendo que los periodistas que cubren esa instancia puedan consultar en el momento a los jerarcas sobre los asuntos que son aprobados sin ser leídos.
Como contrapartida, en abril presentó una nueva política de datos abiertos y transparencia, y recientemente implementó el expediente electrónico, que permitirá agilizar los trámites y disminuir en buena medida la utilización de papel.
También hizo hincapié en el trabajo de su equipo de comunicaciones, mucho más activo y efectivo que los de las administraciones anteriores.
Endeudamiento.
A los pocos días de haber tomado las riendas de la Intendencia, Martínez envió un proyecto de decreto a la Junta Departamental para obtener un préstamo del Banco República por US$ 30.357.000. La resolución fue firmada por el intendente un día después de asumir en el cargo.
Según el expediente, el dinero se pidió para destinar entre otras cosas a "capital de trabajo", inversión en equipamiento y apertura de cartas de crédito, con un plazo de repago que no superaría el actual período de gobierno, lo cual le permite a la IMM que sea aprobado por la Junta sin mayorías especiales (solo con los votos del FA).
El pasivo que también heredó Ana Olivera y antes Ricardo Ehrlich, crece como bola de nieve y deja poco margen de acción a Martínez.
Si a esto se suma que de los aproximadamente US$ 640 millones que recauda la Intendencia cada año (unos US$ 1.800.000 por día), la mitad están comprometidos en salarios, al pasar raya el resultado indica que cualquier obra de magnitud deberá hacerse con endeudamiento externo.
Recientemente ingresó a la Junta Departamental otro proyecto de decreto enviado por la IMM para endeudarse con el BID por US$ 18.250.000, a los que la comuna pretende sumar una contrapartida de US$ 3.100.000 para volcar en la segunda parte del Programa de Transporte Urbano. Antes se aprobó el Fondo Capital, un fideicomiso para obras que en campaña electoral Martínez anunció sería de US$ 500 millones, que después bajó a US$ 250 millones y que por falta de votos en la Junta terminó acordándose con el sector mayoritario de la oposición (la bancada de Edgardo Novick) en US$ 94 millones.
Otras herencias.
En materia de tránsito y transporte, Martínez debe lidiar con la pesada mochila de los corredores exclusivos para ómnibus (Garzón, General Flores) y de las terminales (Colón y Belloni) sobre las que no existen dos opiniones: fueron inversiones mal hechas.
A esto se suman dos "bombas" que explotaron en sus manos: el colapso de Raincoop (que se veía venir desde hace años) y el desembarco de Uber en Montevideo.
"Tuvimos que apagar el incendio y eso postergó la discusión de otros cambios que queremos hacer en el transporte", resumió Martínez tras adjudicar las líneas de la desaparecida cooperativa a Cutcsa, Coetc y Ucot. En efecto, las mejoras del transporte colectivo están en el debe para los montevideanos. Y deben ser "radicales", al decir del edil y ex intendente Mariano Arana. Esto incluye a los taxis, cuyo servicio comenzó a ser cuestionado incluso en la interna del sector ("la familia") desde el desembarco de Uber.
Con respecto al transporte no autorizado de pasajeros, el intendente ordenó una primera fiscalización con la que consiguió magros resultados (A nivel jurídico, tampoco puede hacer mucho para atacar el problema). Y finalmente colocó el asunto en la órbita nacional, al encontrarse a estudio del Parlamento un proyecto de ley que regula las aplicaciones.
Medidas novedosas.
Con recursos menguados y varios problemas heredados, Martínez ha podido introducir algunas medidas novedosas.
Una de ellas fue la jornada especial de limpieza, realizada en horas de la madrugada, para disminuir el atraso en el levante de miles de contenedores y la acumulación de basura en el entorno de los mismos. Otra medida fue anunciada recientemente: una campaña con beneficios a los buenos pagadores (si bien también dispuso, como sus antecesores en el cargo, quitas para los deudores).
El nuevo Plan de Regularización de Adeudos y Política de Reconocimiento a Contribuyentes implicará alternativas "más flexibles" para aquellos que mantienen deudas por tributos municipales así como premios para quienes pagan en fecha regularmente. Para reconocer a los buenos pagadores, a partir de este año la IMM devolverá anualmente y en efectivo a 500 contribuyentes (por sorteo) lo aportado por Contribución Inmobiliaria, Tarifa de Saneamiento y tributos domiciliarios.
Entre los blancos más difíciles que el intendente ha puesto en su mira están los problemas de convivencia entre vecinos en las zonas bolicheras (un problema que se generó por la falta de previsión sobre el desarrollo de áreas comerciales que hoy están "saturadas"), así como frenar la escalada del precio del boleto, que al estar condicionada por los salarios, viene teniendo ajustes semestrales
A nivel político, Martínez ha tenido una oposición débil en la Junta Departamental. Al igual que a nivel nacional, donde quedó al margen del escándalo por las pérdidas de Ancap, incluso luego de haber sido presidente del ente.
El intendente insiste en que no se va a postular como candidato a la Presidencia. Aunque también se reconoce como una de las figuras más fuertes que tiene la izquierda uruguaya.
El Avance de las obras dependerá de préstamos.
En el mejor de los casos (sin tomar en cuenta el pasivo que se arrastra desde hace años) la suma de los ingresos y egresos de la Intendencia de Montevideo es igual a cero. Esto hace que las grandes obras que pretende hacer el intendente Daniel Martínez en el quinquenio necesiten del endeudamiento externo. Incluso la continuación del Centro de Gestión de la Movilidad (que tiene un avance del 25%) depende de un préstamo del BID, para el que la comuna deberá obtener próximamente los votos de la oposición en la Junta Departamental.
Las obras previstas para la ciudad.
La falta de recursos propios no fue obstáculo para que Martínez pudiera anunciar dos de las inversiones más importantes previstas para su quinquenio, que se harán con inversión privada. Una de ellas es la construcción del sexto shopping de la ciudad y de tres torres de viviendas en el predio con frente a Avenida Italia que se encuentra entre Mariscala y Santana.
Se trata de una vieja iniciativa del Grupo Lecueder, con proyecto arquitectónico del Estudio Gómez Platero, que si bien ha tenido algunos cambios en los últimos años, se mantiene en su concepción original.
La segunda mega inversión aprobada por la IMM —en acuerdo con el Ministerio de Transporte y Obras Públicas— es la propuesta por el empresario Juan Carlos López Mena para construir la nueva terminal de Buquebus junto al dique Mauá, en la rambla de Montevideo a la altura de la calle Andes.
La iniciativa incluye un moderno hotel, una construcción vidriada con forma piramidal (la primera pirámide que tendrá la ciudad de Montevideo) y numerosos estacionamientos. También incorpora el rezagado proyecto del "Museo del Tiempo", que no se ha podido concretar hasta el momento por falta de recursos.
En cuanto a los proyectos previstos por el Fondo Capital, está la intervención en la Avenida Belloni con la construcción de una doble vía, veredas y ciclovía.
Otros proyectos son el ensanche de Camino Cibils desde Tomkinson hasta Carlos María Ramírez, con intervenciones en veredas e iluminación; la pavimentación de San Martín entre Domingo Arena y Aparicio Saravia y un cruce a desnivel en Avenida Italia entre Bulevar Artigas y Centenario, que busca reducir tiempos de viaje mejorando la circulación. Además, el fondo incluye la realización de obras y adquisición de bienes y servicios con destino a la gestión de los residuos sólidos urbanos y servicios de limpieza.
Muchas obras sobre las que no hubo acuerdo se piensan ejecutar en una segunda y tercera etapa del fondo.
OTROS CUATRO AÑOS POR DELANTE