Habilitaron el tránsito de vehículos pero no se hizo el paseo peatonal.

Para el arquitecto Rafael Viñoly, la inauguración del Puente de la Laguna Garzón solo implicó la "habilitación al tránsito vehicular". Todavía no se hizo la obra completa que imaginó, y por lo tanto el diseño que él donó fue desvirtuado.

"El proyecto es fundamentalmente un paseo peatonal público en el que la circulación vehicular toma un aspecto secundario. Nada de lo que constituye esa parte de la obra fue contratado, ni existe abiertamente fecha para su contratación ni compromiso para su terminación, ni por supuesto presupuesto", afirma Viñoly en declaraciones a El País.

Los funcionarios técnicos del Ministerio de Obras Públicas, el ingeniero Lazo y la ingeniera Susana García rechazaron una última propuesta que ofreció Viñoly personalmente para financiar la construcción de parte de lo que falta hacer.

Según el arquitecto Viñoly, en la respuesta se le comunicó que precisaban "estudiar su solvencia técnica", algo que le llamó la atención.

En cualquiera de sus apreciaciones, destacó que no desea ofender ni expresa un resentimiento personal, sino la convicción "sobre la importancia que tiene el decir las cosas como son, sobre todo en un entorno en el que la conversación es superabundante y la retórica confusa".

El diseñador del puente realiza otras constataciones que lo preocupan. Sostiene que pasaron sesenta años de maraña burocrática antes de aprobar el proyecto, y comenta que el actual ministro de Obras Públicas, Victor Rossi, se desvinculó de la posibilidad de resolver la cuestión presupuestaria por tratarse de una obra de una "administración anterior", si bien durante la inauguración manifestó que se trataba de "un paseo en sí mismo".

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Pero el Estado debería hacerse cargo del proyecto inconcluso ya que el inversor argentino Eduardo Costantini solo cubrió la parte vial, como estaba previsto.

También en la inauguración, el empresario Constantini llamó a los otros inversores, que se benefician de su aporte, a contribuir en reconstruir y mantener la Ruta 10.

"Buena suerte con la respuesta a su llamado", le desea Viñoly, quien después subraya que la condición más importante que puso para colaborar en la resolución de semejante problema fue "la desafectación de la traza costera de la Ruta 10 que es la responsable del deterioro ambiental de toda la costa", algo que había sido promovido en su momento por el entonces director de la Dynama, el arquitecto Jorge Rucks.

Rafael Viñoly indicó a El País que la Ruta 10, "que comenzó como una conexión local entre balnearios y produjo la sucesión de puentes conflictivos como éste, es hoy una vía de tránsito de alto nivel de servicio", pero el aumento de la densidad de construcciones en altura "es contrario a la preservación del paisaje natural y desequilibra el desarrollo de las zonas internas".

Un ejemplo de este perjuicio ambiental que refiere Viñoly es la Costa del Sol en España "y muchos otros en los que la especulación inmobiliaria toma precedente sobre un criterio de planificación más inteligente".

En opinión de Viñoly, "el acceso a cualquier desarrollo de este tipo en el este debería ser desde la Ruta 9, (como se dice en la jerga profesional: "en peine"). Esto permite una redistribución más equilibrada del valor de la tierra y establecer mejores controles urbanísticos sobre cada establecimiento. En vez de una cinta interminable sobre la playa hay que llegar a la playa desde el interior".

La ministra de Turismo, Liliam Kechichian, manifestó que "Rocha tiene una diversidad y oferta en su público que es bien interesante continuar captando, y el puente inaugurado sobre la laguna Garzón le va a permitir atraer visitantes de mayor nivel económico que vienen de Maldonado".

Kechichian señaló que "el puente sobre la laguna Garzón ya integra las promociones turísticas del departamento y del ministerio en las ferias internacionales del sector. Ilustraciones de la obra nos acompañan en gigantografías en las salidas que hemos realizado al exterior y concita el interés del público por su particular diseño".

Para la ministra, el referido proyecto en el cual la empresa Las Garzas Blancas S.A. invirtió el 80% de los costos, "se hace en un momento en que el país tiene un plan de ordenamiento territorial en donde Rocha, que venía de 40 o 50 años de desorden urbano en la costa, ha trabajado muy seriamente en ese tema".

Indicó además que "el fraccionamiento ordenado que se va a dar en la costa rochense de la laguna va a ser un aporte interesante para nuevos emprendimientos que permitirán captar turistas de un mayor poder adquisitivo".

Aníbal Pereyra, intendente de Rocha, dijo el pasado martes que el evento suponía " la inauguración del puente más discutido del mundo, pero quedó como la foto de un puente único en el mundo; lo imposible cuesta siempre un poco más".

Comentó además que lo importante era demostrar cómo no hay por qué cerrar para unos pocos a la zona en donde hay una naturaleza privilegiada. Pereyra recordó que el puente sobre Laguna Garzón estuvo 10 años para aprobarse, "pasó por quinientas lupas, y ahí está, esto es producto de decisiones de región, y eso es lo más importante".

El intendente de Maldonado, Enrique Antía, resaltó que "toda la región va a crecer a partir de este puente", que en persona él apoyó fuera inaugurado del lado de Rocha.

Una obra histórica a medias