Un sonido ensordecedor, chapas volando que parecían papeles, miedo, 20 segundos que parecieron una eternidad, heridas y pérdidas. Los protagonistas de la tragedia en Dolores cuentan cómo vivieron ese día.
Fueron segundos, minutos. Eternos. Les cuesta revivir ese momento. El instante en que un tornado se les llevó todo. De golpe y sin aviso.
Pero no hay forma de no sentirse afortunados. Por lo menos están vivos. Otros cuatro vecinos de Dolores murieron el viernes en la peor tragedia climática de la historia del departamento.

Nadie avisó, nadie lo vio venir. Segundos, minutos que parecían horas.
Ahora hay que volver a empezar. Sigue lloviendo, pero hay que levantarse para reconstruir lo poco que queda.
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