La comisión del Senado brasileño a cargo del juicio político contra la presidenta suspendida, Dilma Rousseff, concluyó ayer sus debates con duras polémicas en torno al informe del instructor, que será votado mañana y pide destituir a la mandataria.
Los partidarios de Rous-seff, en franca minoría en la comisión formada por 21 senadores, insistieron en que el proceso es "ilegal" y constituye un "golpe", e intentaron descalificar el informe del instructor, Antonio Anastasia, que acusa a la mandataria de haber "atentado contra la Constitución".
Esta sesión precedió a la que será celebrada hoy, cuando los 21 miembros de la comisión decidirán por mayoría simple si acogen el informe de Anastasia, que será remitido al pleno del Senado, donde será sometido a una primera votación el próximo martes.
Las acaloradas discusiones de ayer dieron el tono de la votación prevista para hoy y también confirmaron que el escaso apoyo a Rousseff que existe en la comisión.
Solo cinco de los 21 miembros de ese colegiado adelantaron que rechazarán el informe del instructor y todos pertenecen al arco de izquierdas, que apoyó la gestión de Rousseff y mantiene su fidelidad a la mandataria, suspendida de sus funciones el pasado 12 de mayo.
Sin embargo, otros 15 senadores dejaron claro que seguirán con su voto el camino señalado por el instructor, con lo cual el informe llegará a la sesión del Senado con pleno apoyo de la comisión.
El senador Cassio Cunha Lima, uno de los que anticipó su apoyo a la destitución de Rousseff, pidió abreviar los debates a fin de que se acelere el fin de un proceso que "ya cansa a la población", dijo.
"Hay un país que sangra, en crisis económica, que ya no soporta más este juicio. La paciencia del pueblo está agotada y exige el fin de este juicio", que comenzó en diciembre pasado, apuntó.
La prisa de los partidarios de Michel Temer, vicepresidente hasta el pasado 12 de mayo y desde entonces en el poder en sustitución de Rousseff, alteró aún más los ánimos de los defensores de Rousseff.
"Es el presidente usurpador (por Temer) quien en realidad quiere que se acelere este juicio, para perpetuarse en el poder ilegítimo que ejerce ahora", afirmó el senador Lindbergh Farias, del Partido de los Trabajadores (PT), al que pertenece Rousseff.
Según Farias, Temer "presiona" y "maniobra" para que el proceso concluya "cuando antes" con la destitución de la mandataria, que lo confirmaría en el cargo, para "viajar a la Cumbre del G20" de septiembre.
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