El vicepresidente Mike Pence viajó a Colombia como parte de una gira centrada en la crisis venezolana, sus siguiente parada será Argentina.
Estados Unidos impedirá que Venezuela se convierta en un "Estado fallido", advirtió el vicepresidente Mike Pence este lunes antes de partir de Colombia hacia Argentina, segunda escala de una gira centrada en la crisis venezolana.
Pence habló con familias venezolanas que migraron por la difícil situación en su país, antes de concluir una visita de un día y medio a la ciudad colombiana de Cartagena.
"No nos quedaremos esperando mientras Venezuela se desmorona, pero es importante señalar, como dijo el presidente (Donald Trump), que un Estado fallido en Venezuela amenaza la seguridad y la prosperidad del hemisferio", dijo Pence a periodistas a la salida del encuentro.
"Un Estado fallido en Venezuela impulsará una mayor migración", advirtió.
Las autoridades calculan que hasta unos 350.000 venezolanos están en Colombia, muchos de los cuales huyeron de su país ante la crisis política y económica.
El gobierno de Nicolás Maduro enfrenta fuertes protestas opositoras que dejan 125 muertos en los últimos cuatro meses. Maduro también desató la ira de varios gobiernos con su proyecto en marcha de cambiar la Constitución a través de una asamblea elegida sin la participación de sus adversarios políticos.
Trump, que describe al gobierno de Maduro como una "dictadura", dio un paso al frente en la crisis al deslizar la opción militarcontra Maduro, una advertencia que Pence matizó a su paso por Colombia.
"Estamos decididos a usar a plenitud el poder económico y diplomático estadounidense hasta que veamos la democracia restaurada en Venezuela", reiteró el vicepresidente estadounidense.
La gira, que también incluye a Chile y Panamá, se enmarca en una ofensiva diplomática que lanzó Estados Unidos contra el gobierno de Nicolás Maduro, cada vez más aislado internacionalmente.
Pence advirtió el domingo que Estados Unidos no aceptará "una dictadura" en Venezuela, pero desalentó en principio la opción militar que deslizó Trump contra el gobierno venezolano.
"Como dijo el presidente Trump hace unos días, tenemos muchas opciones para Venezuela pero el presidente tiene confianza en que, al trabajar con nuestros aliados en América latina, vamos a poder lograr una solución pacífica a la crisis", declaró.
Sin apoyo a salida militar
Trump dijo el viernes que estaba estudiando una serie de escenarios para Venezuela, "incluyendo una posible opción militar si es necesario".
Caracas ha rechazado en todos los tonos la advertencia. Este lunes el ministro de Defensa, el general Vladimir Padrino, dijo que a partir de ahora se tomarán "todas las medidas junto al pueblo para defender lo que nos corresponde defender".
"Se terminaron aparentemente todas las vías, todos los métodos del golpe suave, de la vía indirecta o de la posibilidad de la insurrección popular, y el imperio norteamericano se ha quitado la careta para ir por la vía directa de la agresión militar", expresó Padrino.
América Latina -incluso países que han cuestionado la actuación de Maduro -también rechazó con firmeza una salida militar a la crisis.
El domingo el presidente Juan Manuel Santos le pidió a Pence desechar esa opción. "La posibilidad de una intervención militar no debe ser contemplada". Y añadió: "Ni Colombia ni América Latina -desde el sur del Río Grande hasta la Patagonia-, podrían estar de acuerdo".
La sombra de la opción militar deslizada por Trump probablemente perseguirá a Pence en cada escala, eclipsando asuntos bilaterales, especialmente temas comerciales, que esperaba subrayar durante el viaje.
El gobierno de Maduro ha señalado que la amenaza de Trump es una prueba de que Estados Unidos quiere derrocar al gobierno de izquierda para apoderarse de las reservas de petróleo de Venezuela, las mayores del mundo.
Las sanciones de Estados Unidos hasta ahora han apuntado contra individuos cercanos al gobierno de Maduro y han evitado tocar a la industria petrolera.
Las sanciones adoptadas por el Departamento del Tesoro incluyen el congelamiento de bienes que funcionarios venezolanos puedan tener en Estados Unidos y la prohibición a ciudadanos de ese país a hacer negocios con ellos.
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