Theresa May soltó una polémica propuesta en el último día de la campaña para las elecciones en el Reino Unido.
La líder conservadora británica Theresa May y el laborista Jeremy Corbyn recorrieron el país ayer en el cierre de una campaña electoral marcada por dos atentados y no por el Brexit, como se presumía.
May, que fue ministra de Interior (2010-2016) antes que primera ministra y se encuentra bajo una lluvia de críticas por los recortes presupuestarios en los servicios de seguridad y las negligencias de estos, contraatacó el martes asegurando que fortalecerá la lucha antiterrorista y que nada la detendrá, ni siquiera los derechos humanos.
Tras enumerar sus propuestas -endurecer penas de prisión, restringir los movimientos de sospechosos, deportarlos si son extranjeros- sentenció: "y si las leyes de derechos humanos nos lo impiden, cambiaremos esas leyes".
El Reino Unido ha sufrido tres atentados en menos de tres meses, dos en campaña, con un total de 34 muertos: el 22 de marzo, cerca del Parlamento británico (5 muertos); el 22 de mayo, al término de un concierto de Ariana Grande en Manchester (22 muertos) y el sábado por la noche en Londres (7 muertos de momento).
La Policía detuvo hoy a un hombre de 30 años en Ilford, un barrio del este de Londres, no lejos de Barking, donde vivían dos de los autores del atentado reivindicado por el Estado Islámico (EI).
La policía y los servicios de inteligencia habían sido avisados de la peligrosidad de dos de los tres atacantes, despertando interrogantes.
May anunció el 18 de abril el adelanto de las elecciones, previstas en 2020, cuando llevaba 20% de ventaja en los sondeos respecto al líder laborista Jeremy Corbyn, y lo hizo argumentando que quería fortalecer su posición antes de las negociaciones de divorcio con Bruselas ampliando su mayoría absoluta, que era de 17 diputados.
Lo que empezó como un plebiscito sobre Corbyn y su aptitud para enfrentarse a una Unión Europea con sed de venganza -según la descripción de May- acabó siéndolo sobre la capacidad de la primera ministra para mejorar la situación de los más humildes, proteger al país de atentados y, en definitiva, dirigirlo.
"Dénme su apoyo para liderar al Reino Unido, dénme la autoridad de hablar en nombre del Reino Unido, fortalézcanme para luchar por el Reino Unido", pidió el martes May en Stoke-on-Trent, la ciudad con mayor apoyo al Brexit en el referéndum de junio de 2016.
Corbyn ha ido reduciendo la ventaja en los sondeos a sólo 1% -Survation, sondeo del martes-, un dato a tomar con precaución dada la consistencia de los sondeos británicos en equivocarse en las últimas citas electorales.
El líder laborista prometió por su parte acabar con la austeridad presupuestaria, contratar más policías y fortalecer los servicios públicos.
En su último día de campaña, Corbyn insistirá en su mensaje social y recordará en que "quedan 24 horas para salvar la sanidad pública". "Los conservadores han pasado los últimos siete años minando nuestro NHS (Servicio Nacional de Sanidad)", dijo el martes.
I'm clear: if human rights laws get in the way of tackling extremism and terrorism, we will change those laws to keep British people safe. pic.twitter.com/8EfUJYUDMK
— Theresa May (@theresa_may) 6 de junio de 2017
VIDEOAFP