Obama pide permiso para lanzar una ofensiva militar

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El presidente Barack Obama se dirigió ayer al Congreso. Foto: Reuters
U.S. President Barack Obama stands up to deliver remarks at the armed services farewell in honor of Defense Secretary Chuck Hagel (next to Obama) at Joint Base Myer-Henderson Hall in Virginia, January 28, 2015. REUTERS/Yuri Gripas (UNITED STATES - Tags: POLITICS MILITARY)
YURI GRIPAS/REUTERS

Doce años después de la guerra de Irak del presidente George W. Bush, su sucesor, Barack Obama, pidió ayer al Congreso que respalde su combate contra el grupo Estado Islámico (EI) por tres años, pero excluyó el uso de fuerzas terrestres.

Con el equivalente a una declaración de guerra, Obama sería autorizado a continuar la lucha contra el grupo yihadista sobre una base legal más sólida, al tiempo que le otorga una cobertura legal en el ámbito doméstico. En una carta a los legisladores, el presidente dijo que otorgarle más potestades para conducir la guerra contra el EI "mostraría al mundo que estamos unidos en nuestra determinación" de derrotar a los yihadistas, que controlan vastos territorios en Siria e Irak.

Desde mediados de 2014, el ejército estadounidense —con el apoyo de una coalición internacional— ha liderado una campaña de ataques aéreos contra el EI en esos países.

Preocupación.

Pero la solicitud de Obama es una señal de la creciente presión que se ejerce sobre el grupo radical, cuando el gobierno iraquí prepara una gran ofensiva terrestre en un plazo de meses.

El EI "representa una amenaza al pueblo y la estabilidad de Irak, Siria, y el Medio Oriente, y a la seguridad de Estados Unidos", dijo Obama en la carta. "Si no se controla", añadió, el EI "planteará una amenaza más allá de Medio Oriente, incluyendo a la patria de Estados Unidos", añadió.

Con la reciente muerte de la joven Kayla Mueller, que se suma a otros tres rehenes estadounidenses, Obama está bajo presión para revisar su estrategia y avanzar en la lucha contra los yihadistas.

Para ganar el respaldo del Congreso —controlado por los republicanos—, y superar los golpes de su propio Partido Demócrata, Obama limitó sus poderes para desplegar militares, tanto en lo que atañe a sus modalidades como a su alcance.

La solicitud "no autoriza el uso de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en (...) operaciones de combate terrestres", se puede leer en el texto enviado al Congreso. Sin embargo, no habrá límites al ámbito geográfico de las acciones militares. Eso no excluye operaciones de fuerzas especiales o de rescate de rehenes, pero prohíbe una invasión terrestre o una misión de paz.

Esta autorización del uso de la fuerza militar "deberá concluir tres años después de la promulgación de esta resolución conjunta, salvo que se la vuelva a autorizar".

Obama deberá además informar al Congreso cada seis meses. Con las elecciones presidenciales de 2016 en la mira y los duros argumentos contra guerras pasadas en la memoria política de Estados Unidos, Obama dejó claro que la solicitud no será una secuela de los combates en Irak o Afganistán.

El texto, afirmó el mandatario, "no autorizará combates en el terreno a largo plazo y a gran escala, como aquellos que nuestra nación libró en Irak y Afganistán".

"Fuerzas locales, en lugar de militares estadounidenses, deberán ser desplegadas para dichas operaciones", indicó.

El respaldo bipartidista a esta solicitud podría ayudar a superar las divisiones entre demócratas y republicanos sobre este tema. El senador republicano Bob Corker, quien encabeza la comisión de Relaciones Exteriores del Senado, afirmó que "rápidamente celebrará audiencias rigurosas" sobre la autorización, que él apoya.

"Estados Unidos no debería comprometerse en una nueva intervención terrestre de envergadura en Medio Oriente. Eso no está dentro del interés de nuestra seguridad nacional y no nos ayuda a llevar al EI al fracaso", argumentó Obama.

La propuesta provocará, seguramente, un debate interno en el Congreso. Por lo pronto, el senador demócrata por Virginia, Tim Kaine, manifestó ayer estar "preocupado por la vaguedad del lenguaje de las tropas terrestres, el cual será necesario clarificar".

Unos 20.000 yihadistas extranjeros hay en siria

Cerca de 20.000 combatientes extranjeros se sumaron a las filas del Estado Islámico y de otros grupos terroristas en Irak y en Siria, de los cuales 3.400 provienen de países occidentales, informaron ayer fuentes de los Servicios de Inteligencia estadounidense. Según las fuentes de la Comisión de Seguridad Interna de la Cámara de Representantes, de los 3.400 occidentales, 150 son estadounidenses y algunos de ellos se encontrarían en Siria.

Los datos surgen de fuentes oficiales en declaraciones escritas destinadas a dicha comisión del Senado.

Nick Rasmussen, responsable del Centro Nacional Contraterrorismo (NCC, sigla en inglés), explica que el número actual de combatientes extranjeros en Siria no tiene precedentes . "Una vez en Siria, es muy difícil comprender qué sucede allá, y esta falta de claridad representa un problema grande", explicó Michael Steinbach, asistente director del FBI.

Rehén Kayla Muller fue entregada a yihadista

La joven trabajadora humanitaria estadounidense muerta en Siria mientras era rehén de Estado Islámico, Kayla Mueller, había sido dada como esposa a un militante yihadista, según las últimas revelaciones de los agentes secretos difundidas por la cadena de TV CBS.

Sin embargo, la muerte de Mueller, quien fuera secuestrada por el Estado Islámico (EI) en agosto de 2013, aún sigue siendo un misterio. Las autoridades estadounidenses y jordanas continúan desmintiendo la versión del EI, según la cual Mueller perdió la vida en el marco de un ataque aéreo de Amman. Las fotos enviadas por los yihadistas a la familia de la joven no ayudan a resolver el misterio. Son al menos tres, como reporta el diario The New York Times. Dos muestran a la joven de 26 años vistiendo el velo islámico, un hijab negro que le cubre parcialmente la cara. Otra muestra el cadáver de Mueller acostado sobre un sudario, una de las prendas tradicionalmente utilizado en el rito de los funerales musulmanes.

Sobre el rostro de Kayla se notan algunas lesiones y hematomas que —según los expertos— no aclaran las causas de su muerte. Difícil decir si aquellas lesiones coinciden con la versión de su muerte bajo las bombas jordanas y los escombros de un edificio, como sostiene Estado Islámico.

En particular, uno de los médicos legales que examinó las imágenes explica que sobre la cara de la joven no se notan señales de "hinchazón", de dilatación de la piel u otros efectos traumáticos típicos en un cuerpo involucrado en una explosión y en el posterior derrumbe de un edificio. El mismo experto, sin embargo, no excluye que la mujer haya sido alcanzada por las esquirlas de la explosión.

En tanto, según los servicios estadounidenses, un guerrillero yihadista dijo que se casó con Mueller y que terminó en la prisión donde la joven trabajadora humanitaria fue mantenida rehén pidiendo en vano que fuese liberada. Pero tampoco hay certeza de este hecho. Mientras es casi seguro que la familia de Kayla, desde su casa de Prescott, en Arizona, escribió al menos una carta al presidente estadounidense, Barack Obama, pidiéndole hacer todo lo necesario para la liberación de la joven, organizando incluso un intercambio de prisioneros. ANSA

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