Originarios de San Pablo, esta organización de más de 20.000 integrantes ha protagonizado violentos motines en cárceles brasileñas y se sospecha que lava dinero en Uruguay.
En la madrugada del domingo, un grupo comando de entre 50 y 60 delincuentes brasileños cruzaron la frontera con Paraguay y realizaron un violento asalto a la sede de Prosegur en Ciudad del Este, llevándose un botín estimado de US$ 40 millones.
Las investigaciones apuntan a que los autores de este asalto, en el que murió un policía, son miembros del Primeiro Comando da Capital (PCC), la temible organización criminal brasileña surgida en San Pablo.
Está organización comenzó a funcionar en 1993 entre presos de la cárcel de Taubaté, en respuesta a lo que se conoce como la "masacre de Carandirú" ocurrida en 1992, cuando la Policía militarizada de ese estado reprimió un motín asesinando a 11 reclusos.
El objetivo del PCC en un principio fue tomar el control de las cárceles paulistas mediante motines para exigir mejores condiciones de reclusión. Luego, con algunos de sus integrantes fuera de los centros penitenciarios y reclutando a otros criminales, comenzó a realizar ataques a edificios públicos.
A principios del siglo XXI, comenzaron a operar para tener el control del narcotráfico en Brasil. Actualmente se estima que este grupo criminal es integrado por más de 20.000 personas y tiene presencia en el 90% de las cárceles del país.
Enfrentamientos
La organización rival del PCC es el Comando Vermelho (CV), de Río de Janeiro, fundado en 1979, con el que está enfrentado por el control del mercado de la droga. Esto provocó decenas de muertes en motines carcelarios en el último verano.
Si bien hasta hace poco tiempo había un acuerdo de no agresión entre las bandas, en 2016 se rompió la relación y en octubre comenzaron los enfrentamientos, con una invasión del PCC al sector controlado por el CV en la cárcel de Roraima, quemando vivos a siete de sus integrantes y decapitando a otros tres.
Cuando comenzó el 2017, un motín en el Complejo Penitenciario Anísio Jobim de Manaos dejó un saldo de 56 muertos, en su mayoría del PCC. Las ejecuciones fueron filmadas por los reclusos. Días después, los paulistas respondieron y asesinaron a 33 internos de la banda carioca en Roraima.
Ser del PCC
En 2001, según indicó Infobae, se conoció el estatuto del Primeiro Comando da Capital.
Los miembros deben pagar una cuota mensual de 16 dólares si están presos, y de 320 dólares si están en libertad. Para ingresar a la organización se necesita ser propuesto por otro integrante y contar con tres padrinos para el bautismo.
El castigo por no colaborar con el PCC o con alguno de los "hermanos" es "la muerte sin perdón".
El líder
Si bien se cree que ya no está al mando (aunque la Policía brasileña no pudo confirmarlo), el último líder del PCC que se conoce es Marcos Williams Herbas Camacho, alias Marcola.
Marcola, de 49 años, tomó el poder de la megabanda en 2002. Hace 10 años que su objetivo era liderar el "Narcosur" y lo está logrando: su rival pierde peso en varios estados brasileños y es desplazado de las principales rutas de drogas de Paraguay, Perú y Bolivia.
Está preso en San Pablo, cumpliendo una condena de 44 años por asaltar distintos bancos, aunque se cree que dirige la organización desde la cárcel.
Elanalista criminal Guaracy Mingardi, miembro del foro brasileño de Seguridad Pública, considera que el líder del PCC "es una persona brillante" que "ha leído a Dante (Alighieri, autor de La Divina Comedia) y sabe muy bien cómo transformar nuestras vidas en un verdadero infierno".
El propio Marcola aseguró haber leído "más de tres mil libros" mientras finalizaba sus estudios en la prisión.
El vínculo con Uruguay
Los gobiernos de la región, Uruguay entre ellos, conocen los planes del PCC para su expansión fuera de Brasil.
El Ministerio del Interior alertó, en enero de este año y vía correo electrónico, a las Jefaturas de Policía de Cerro Largo, Treinta y Tres, Artigas, Rivera y Rocha sobre un probable ataque del PCC en la frontera uruguaya, informaron entonces a El País fuentes de dicha cartera. El informe alegaba que Inteligencia de Brasil había interceptado comunicaciones por WhatsApp que llamaban a armarse y realizar asaltos en Uruguay.
En Paraguay, en los últimas semanas detuvieron a decenas de integrantes del PCC, varios escondidos en la zona de Ciudad del Este.
En su informe de 2016, el Departamento de Estado de Estados Unidos dijo que traficantes extranjeros se aprovechaban de las "porosas fronteras" que tiene Uruguay con Argentina y Brasil y utilizaban Montevideo como base para la logística y las operaciones de tránsito de drogas.
Un operador judicial dijo en enero a El País que la Policía detectó que el PCC traficó cocaína por el puerto de Montevideo rumbo a África y de ahí a Europa. "Uruguay es muy chico. Es fácil de controlar. El único mercado de consumo atractivo para el PCC es Montevideo pero está lejos de la frontera. Sí Uruguay puede ser un lugar atractivo para lavar dinero mediante la compra de campos", dijo la fuente.
En los primeros días del año, efectivos de la Dirección de Crimen Organizado e Interpol se dirigieron hacia Chuy a investigar una serie de asesinatos ocurridos en esa ciudad. Los policías de esa localidad señalaron a sus colegas montevideanos que habrían identificado y tiroteado a un supuesto miembro del PCC. Días más tarde, los policías de Crimen Organizado recibieron un mensaje sobre que ese individuo había ingresado a Uruguay.
CRIMEN ORGANIZADO