LA CRISIS POLÍTICA EN ESPAÑA
“Esto no es un asunto doméstico”, insistió ayer el presidente catalán y pidió a Europea que se involucre.
La Unión Europea (UE) rompió ayer lunes su tabú sobre Cataluña, condenando el "uso de la fuerza" por parte del gobierno español para impedir el referéndum de independencia y llamando a las partes al diálogo, aunque rechaza mediar "en este momento".
"La violencia nunca puede ser un instrumento en política", dijo el portavoz de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, abandonando las reservas de las últimas semanas y llamando a "todos los actores" a pasar "rápidamente de la confrontación al diálogo".
Con el 95% de las urnas contabilizadas, las autoridades catalanas dicen que el "sí" —a favor de la independencia— obtuvo un 90,1% de las preferencias, en base a una participación de 2,2 millones de personas de entre 5,3 millones de habilitados. El resultado no fue una sorpresa, ya que se esperaba que quienes respaldan la continuidad de la unión con España ignoraran el referéndum y se quedaran en casa. Sondeos de opinión indican que solo el 40% de los catalanes apoya la independencia.
Las imágenes de la actuación policial el domingo en Cataluña, incautando urnas y lanzando cargas contra la población para impedir la celebración del referéndum, dieron la vuelta al mundo.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, que coordina los trabajos de los 28 líderes del bloque, urgió ayer lunes por teléfono al presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, a "buscar vías para evitar una mayor escalada y uso de la fuerza", máxime cuando hace días en una cumbre de mandatarios no se trató el tema de la consulta catalana, según su par de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
Por su parte, el presidente catalán, Carles Puigdemont, pidió una mediación internacional y urgió a la UE a actuar, "en el tema de los derechos fundamentales", ya que los catalanes son ciudadanos "al mismo nivel" que húngaros y polacos, "a los que defienden cuando se pisan sus libertades". Puigdemont se refería al diálogo iniciado por la Comisión con Polonia sobre su controvertida reforma judicial que, a juicio del ejecutivo comunitario, representa un riesgo sistémico para uno de los valores del bloque, el Estado de derecho.
Sin embargo, la Comisión Europea rechazó que la situación en Polonia sea comparable a la de España, donde su Constitución, vigente desde 1978, "salvaguarda un marco de valores a los que la UE se adhiere". Pese al llamado al diálogo, Bruselas rechazó una eventual mediación "en este momento", apuntó Margaritis Schinas.
"Esto no es un asunto doméstico. Que hace falta una mediación es evidente", insistió Puigdemont ayer lunes. "No queremos una ruptura traumática (...) Nos queremos reentender con el Estado español sobre la voluntad expresada por la gente", sostuvo.
La situación en Cataluña está lejos de apaciguarse. Barcelona mantiene su intención de que el parlamento declare unilateralmente su independencia de España en un plazo de 48 horas tras haber proclamado la victoria del sí, pero Madrid advirtió que hará "todo lo que la ley permite" para impedirlo.
Para hoy martes los principales sindicatos catalanes y decenas de organizaciones sociales convocaron a una huelga general en repudio a la represión policial del domingo.
En ese marco, ayer lunes miles de personas marcharon en Barcelona y otras ciudades de Cataluña para denunciar la violencia policial del domingo y en defensa del referéndum de autodeterminación.
"Esto con Franco, sí pasaba, esto con Franco, sí pasaba", cantaban los manifestantes, la mayoría estudiantes, que marcharon por el centro de Barcelona.