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Fer Vázquez tras su brutal accidente: "Perdí mucha sangre y me tuvieron que engrapar la cabeza"

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Fer Vázquez.

ENTREVISTA

El famoso cantante de 27 años habla un mes después de sufrir un fuerte accidente automovilístico en las calles de Miami en el que se quebró la espalda, el hombro, siete vértebras y tres costillas.

En la noche del sábado 8 de mayo del 2021 la vida de Fer Vázquez dio un giro inesperado. La camioneta en la que viajaba por Miami donde reside dio una brusca maniobra para evitar a otro auto, y esto le valió un fuerte impacto contra una columna que dejó al vehículo hecho añicos. El cantante favorito de la juventud uruguaya quedó desparramado en el piso, inconsciente y con una herida en la cabeza por la que no paraba de perder sangre. Según se enteró horas más tarde, los médicos debieron “engraparle” la cabeza in situ y luego identificaron fracturas en el hombro, vértebras y costillas. Poco más de un mes después, el cantante cuenta los detalles del drástico momento a la vez que lanza un nuevo disco. El trabajo lleva el título "Positivo", que es también el espíritu con el que enfrenta este duro momento de salud.

-¿Cómo te sentís a un mes de haber sufrido un aparatoso accidente que te dejó múltiples lesiones en el hombro, la columna, las costillas y la cabeza?

-Estoy bien, tranquilo. Le veo el lado positivo a las cosas. Dentro del hospital, había gente a la que le iba a costar más tiempo rehabilitarse. Yo sentía que era injusto que me sintiera mal por tener que parar mi vida solo por dos o tres meses. Es una bendición.

-¿Estás tomando calmantes?, ¿tenés que hacer fisioterapia?

-Tengo que hacer fisioterapia porque tengo el hombro quebrado. El dolor me lo aguanto y no tomo nada para calmarlo. Estoy incómodo y tengo dolores, pero cada vez que me levanto me duele menos que el día anterior. Hubo momentos en los que el dolor era muy fuerte: me quejaba mucho y hasta llegaba a gritar. Cuando llegué al hospital me tuvieron que dar morfina.

-¿Qué te acordás del accidente?

-De lo último que me acuerdo es de estar saludando en el lugar en el que estábamos, subirme a la camioneta y ya no me acuerdo más. Había dos chicas atrás conmigo y dos adelante. Una de ellas se quebró la espalda y la tuvieron que operar.

-Si bien enfrentás la situación con optimismo, ¿tuviste algún bajón en este proceso de recuperación?, ¿te angustiaste o lloraste en algún momento?

-Lloré un par de veces. El momento en el que lloré más fue cuando llegué al hospital y la doctora me dijo que me quedara tranquilo porque iba a volver a caminar. Lloré de emoción, aunque me dolía todo.

-¿Llegaste a pensar que no ibas a poder volver a caminar?

-Sí, claro. En el primer momento en que me estaban haciendo análisis, yo estaba muy dopado y en shock, pero en mi mente pensaba y me preguntaba si podría volver a caminar. En ese rato se me pasó de todo por la cabeza. Yo no sabía nada de mis otros compañeros que iban en el auto y escuchaba los gritos de una de ellas que también se había lesionado.

-¿Cuáles fueron las sensaciones siguientes?

-Verlo desde el lado positivo. Había perdido mucha sangre y me habían tenido que engrapar la cabeza. Estuve a punto de perder la vida, tengo cicatrices en la cabeza que podrían estar en la cara, podría haber perdido la vista o no haber vuelto a caminar. No podía creer que tuviera una cicatriz casi desde la frente hasta la nuca en la cabeza pero haberme salvado la cara y los ojos. Me dijeron que iba a perder un pedazo de tríceps, pero al final se me regeneró. Me dijeron que las tres costillas que se me partieron me iban a doler, pero nunca me dolieron. Me dijeron que me iba a costar hacer fisioterapia, pero pude empezar enseguida. Dentro de una situación de mucha gravedad, todo fue muy favorable. Encima estaba en el piso de Covid, y había gente que sufría y no paraba de toser. Algunos se iban y yo no sabía si era porque habían perdido la vida. Me sentía un privilegiado.

-¿Tener covid complicó tu cuadro?

-Un poco porque yo debería haber estado en un área para atenderme los huesos rotos y las quemaduras, pero estaba en el piso de Covid al que los doctores van menos. Igualmente no tuve ningún síntoma y el virus no complicó directamente mi salud. Además yo tenía las dos vacunas.

-¿Tuviste algún inconveniente con el sistema de salud?

-Fueron muy profesionales y me atendieron súper rápido. Lo único es que creo que en Uruguay somos más cálidos. Los doctores y enfermeros se tomaban todo a la ligera y me cambiaban así nomás, mientras yo gritaba de dolor y tenía una preocupación sobre mis movimientos que ellos no. Encima como hablaban en inglés tenía que pedir que me repitieran las cosas.

-¿Cuánto pesó el hecho de atravesar esta situación en Miami, lejos de tu familia?

-No me gusta ser una carga para mi familia, así que me sentía aliviado de no ser una carga para ellos. A medida que me iban confirmando lo que tenía, se los comunicaba de manera positiva. No sé si hice bien pero lo sentí así.

-Justo antes del accidente lanzaste tu nuevo álbum bajo el título “Positivo”, ¿lo interpretás como una casualidad?

-Desde el año pasado que el álbum de llamaba así. El nombre me había ocurrido por el momento que atravesaba el mundo, no por algo personal. Me tatué la mano con la palabra “positivo” y a los pocos días me accidenté. La única mano que podía levantar después del accidente era la que decía “positivo”.

-Pese a la pandemia nunca dejaste de trabajar e incluso lograste lanzar varios hits este último año…

-Hubo que reinventarse. El negocio de la música cambió mucho durante la pandemia. Ha habido más lanzamientos, se apostó mucho al streaming, y eso hizo que haya más competencia. Trabajamos todos los días para sacar buenos temas y hits que suenen mucho. Antes no lo podíamos hacer con esa intensidad porque pasábamos mucho tiempo en giras haciendo shows.

-¿Hubo un resurgimiento de la “cumbia pop” este último verano?

-Sí. Bésame y Si me tomo una cerveza, con las que tuvimos la posibilidad de hacer los remix, hicieron resurgir el sonido que nosotros teníamos en 2015. Hay modas que tienen sus rachas y pueden reaparecer, como pasa con la ropa.

-Son sonidos que forman parte de este último álbum.

-Sí, igualmente el álbum lo armamos antes de que salieran los hits del verano. Es cierto que tiene un poco la esencia del inicio de Rombai, esa cumbia fresca que a la gente le gusta mucho. El álbum conectó muy bien y he visto críticas muy buenas.

-¿Te has sentido más cómodo en esta última etapa de Rombai como único vocalista?

-Siento que luego de varias etapas aprendí un montón de cosas y ésta última es otro desafío que me exige a seguir mejorando.

-¿Te dolió tener que deshacerte de la marca Márama luego de un proceso judicial con tus exsocios?

-Fue una pelea larga con un desgaste energético muy grande. Ceder la marca era la forma de terminar todo tipo de problemáticas con “los que ya sabemos”. No me costó porque me gusta mucho lo que hago y me tengo fe para crear cosas nuevas que a la gente le sigan gustando. Márama no es la última banda que voy a producir.

-¿Cómo imaginás la vuelta al escenario?

-No sé si será como me la imagino. Yo pensaba en algo muy eufórico de parte de los artistas y del público, como un descontrol en el buen sentido celebrando la libertad. Sé que en realidad va a ser algo más medido, ya que de a poco los shows están volviendo con aforos reducidos. La vuelta de los espectáculos y los boliches es muy importante para los artistas, pero también para la gente que no lo es.

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