De 39 años y madre de dos hijos, la actriz y conductora, luce cada día más espléndida. Cada día muestra su rutina de entrenamiento en las redes sociales y se ha transformado en referente en la materia. Aquí, revela sus secretos.
—¿Desde cuándo entrenas?
—Siempre estuve en movimiento, digamos. Pero la realidad es que después de tener a Mía empecé a ocuparme mucho más del físico. Veía que si no hacía nada, entraba en el horno. Cuando uno tiene 25 años puede comer de todo y no pasa nada. En cambio, después del embarazo, tomé conciencia y empecé a entrenar en Argentina con Marcela Villagra, que es la mujer de Tito. Después que me radiqué en Montevideo, coincidió con mi segundo embarazo, el de Renzo. Una vez que nació, esperé tres meses para hacer ejercicio y llamé a Noelia Lorenzo, que es mi profesora y que había tenido una bebé con una semana de diferencia a la mía. Luego comenzaron a sumarse más chicas: Yisela Moreira, Ximena Torres... una amiga de allá, otra de acá y ahora somos como 10. Nos hicimos amigas, salimos, hacemos muchas actividades juntas.
—Tienen la particularidad de entrenar al aire libre, en plazas y parques...
—Sí, ahora estamos deseando que vuelva el tiempo lindo para regresar a los ejercicios al aire libre. Pero también trabajamos en el gimnasio.
—¿Cuál es la esencia de este tipo de entrenamiento?
—Hay que ver cuál es el objetivo de cada uno. Lo principal es hacer algo por salud, aunque sea caminar media hora por día o en casa una rutina de 8 minutos. Si tenés la posibilidad de tener escalares
—Casi todos los días subís a las redes sociales cortos de la rutina de entrenamiento... ¿sentís en algún momento que es una obsesión?
—Para nada. A veces la gente piensa que me mato entrenando. Y no es así. Es una hora por día de lunes a viernes y de hecho no voy todos los días. Muchas veces entreno en casa, porque me quedo con Renzo. Lo bueno es que las mismas rutinas del gimnasio se puede repetir en casa. No trabajamos con fierros ni máquinas.
—También estás subiendo videos con consejos de cocina...
—Sí, es un todo. Hay que acompañar el entrenamiento con una alimentación saludable. Ahora comencé con la onda de los jugos verdes, que son geniales para desintoxicar y subo recetas.
—¿Tuviste en tu vida alguna etapa de comida chatarra?
—Sigo teniendo etapas de comida chatarra porque los fines de semana como hamburguesas, pizza, asado, chorizo, chinchulines... Sin ir más lejos, el domingo pasado fue el día del niño y festejamos con asado en la casa de mi abuelo. Comí la picada también. Es decir, no me privo de nada. No soy obsesiva. Podés comer una milanesa, lo que no podés es comerte cuatro. O comer todos los días.
—¿No eres de esas personas que cuenta las calorías de cada plato?
—Cero estrés. Ni mido las calorías ni nada de eso. Eso me parece una obsesión que no está bueno para nadie. Sí me parece que hay que tener una buena alimentación y que eso se lo debemos enseñar a nuestros hicos para que coman variado y de forma saludable.
—¿De dónde crees que proviene tu gusto por la cocina?
—De mi abuela. Si bien no era profesional de la cocina, cocinaba todos los días. Cuando niña llegaba a su casa después de jugar y siempre había olor a algo casero en el horno para la merienda: un pan casero, una torta marmolada, pasteles o torta fritas si llovía.
—¿Del delivery no sos muy amiga?
—Solo cuando pedimos pizza. Y antes para el sushi. Ahora hice un curso y lo hago yo, con ayuda de Mía.
—¿Le gusta?
—Sí, le encanta. Hace el curso de cocina con Ximena Torres. Si bien también estudia ballet y telas, su debilidad es la cocina. No falta ni un día.
—En las redes sociales tus videos tienen muchas reproducciones y repercusión, ¿por qué crees que sucede ese?
—Creo que es por la naturalidad. Si uno mira los primeros videos que subí tenía seis o siete kilos más que ahora. Tenía las piernas con celulitis y un abdomen típico de postparto. Las seguidoras fueron viendo y acompañaron todo el proceso conmigo. No fue ni un mes, ni dos o tres. Implicó un año el cambio y demostré que si hay esfuerzo y trabajo detrás, se puede. No se trata de fotos de revista que pueden tener photoshop o la imagen que se puede ver en televisión con el maquillaje. No. Son videos de entrenamiento a cara lavada, donde me muestro al natural y a veces muestro la frustración de algo que no me sale. Creo que ahí está el gancho con la gente: somos iguales, a todos nos cuesta o nos da pereza cuando llueve. Pero hay que levantarse y hacerlo.
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