Empresas locales están en pañales en marketing digital

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María de Aurrecochea

Gerenta general de Netgate

Estudió Comunicación en la Universidad Católica, hizo un máster en Administración en España y otro en Innovación y Gestión de Empresas Tecnológicas en Irlanda. En ese país fue AdWords Associate Manager de Google pero quiso volver a Uruguay y hace dos semanas gerencia Netgate (que ofrece ADSL, soluciones para call centers y teletrabajo). Tacha de "impresionante" el despegue de las empresas de software pero lamenta el rezago tecnológico de otras. Es casada, tiene 36 años y dos hijos; ama el cine y la natación.

POR Gabriela rocha

[email protected]

Tras nueve años en un cargo gerencial de Google Irlanda vuelve a Uruguay a liderar Netgate. ¿Qué la sedujo de la propuesta?

Desde las primeras conversaciones que tuve con los directores de Netgate noté que era una empresa como la que estaba buscando, no con la típica cultura rígida uruguaya donde el jefe tiene un nivel jerárquico que lo distancia mucho de los empleados. No son para nada conservadores y se animaron a ofrecerme a mí un cargo de esta responsabilidad: no sólo a una mujer, sino que a una mujer bastante joven para este tipo de cargo en Uruguay.

¿Qué lleva a que algunos uruguayos, como usted, triunfen afuera? ¿Qué deben mejorar?

A los uruguayos les va bien en el exterior porque el que se va no es el típico uruguayo, sino que es un emprendedor y en general a un emprendedor le va bien en el mundo. Aunque no en cualquier país ya que hay algunas sociedades que son más conservadoras, celosas, donde el perfil de un emprendedor que tiene cierta ambición está mal visto y castigado.

En tanto, es necesario irse con un plan trabajado, hay gente que se va sin tener una idea muy clara de a qué se va. Para mí volver a Uruguay no fue fácil y cambiar de trabajo tampoco, pero siempre tengo presente el porqué y eso facilita mucho, te da otro ánimo y cuando uno está de buen ánimo las cosas salen mejor.

¿Qué le deja el haber trabajado en una empresa del porte de Google?

Las ventajas están a la vista: cuando regreso a Uruguay tengo un nombre en mi currículum de muchísimo peso. Además es una empresa que está a la punta en innovación y entonces vos podés aplicar todas tus ideas; eso te saca de las estructura, de la rigidez. Otra ventaja es el capital humano con que trabaja esa firma, es gente súper preparada y eso te desafía a seguir, a mantenterte. Aunque tal vez es una desventaja que sea un entorno donde se promueve demasiado la competitividad.

El cargo de gerente general no existía en Netgate hasta su llegada; esto debe significar un desafío importante para usted...

En realidad es algo positivo porque voy a poder darle la forma que yo quiera al cargo. Lo que sí va a ser un desafío para mí es que si se quiere estoy ingresando a una industria nueva e insertándome en el mundo empresarial local luego de nueve años afuera.

En ese tiempo la industria de las tecnologías de la información en Uruguay dio un vuelco. ¿Qué es lo que más le sorprende?

En lo que es desarrollo de software me llevé una muy buena impresión; hay empresas de primerísimo nivel, es impresionante. En lo que refiere al uso de las nuevas tecnologías por parte de las empresas más tradicionales creo que hay muchísimo para trabajar; por eso también me entusiasma el proyecto de teletrabajo (que lleva adelante Netgate).

¿Por qué considera que aún existe ese rezago tecnológico a nivel empresarial?

A veces no se aplica por desconocimiento, otras por mentalidades empresariales conservadoras, no se animan arriesgar. Claro, todas estas cosas necesitan cierta inversión, y de pronto como no tienen los márgenes que les gustaría tener no se animan a invertir, pero para aumentar esos márgenes hay que arriesgar. Entonces creo sí, que está faltando ese espíritu emprendedor en el empresariado local.

¿Cómo observa la evolución en materia de clima de negocios en el país?

No he podido ver mucho aún, pero sí considero que las cosas han cambiado, que hay una prosperidad macroeconómica impresionante, que el poder de compra de los uruguayos ha aumentado muchísimo y hay un ambiente muy próspero para los negocios.

En Google trabajaba en AdWords, el área de publicidad de la empresa. ¿Cómo evalúa al medio local si de marketing digital se trata?

Las empresas locales están en pañales y eso es una pena porque a través del marketing online tienen la posibilidad de proyectar sus negocios al extranjero. Es complementario de la publicidad tradicional, completamente complementario, pero eso depende de cuál sea el modelo de negocio. Por ejemplo, Google no hace casi marketing en medios tradicionales, pero un negocio que tiene parte tradicional y otra online debe tener presencia en todos los medios.

¿Hacia dónde considera que va ese negocio?

Creo que claramente va a estar más presente en los otros medios publicitarios. A través de Internet podremos gestionar y negociar espacios en los medios tradicionales; si bien no se la va a comer, toda la gestión administrativa va a terminar acotándose a lo que es Internet, donde de pronto los intermediarios desaparecen, donde yo como Netgate para negociar un espacio en El País ya no tendré que ir a una agencia de medios, sino que a través de Internet voy a poder hacerlo directamente. Y así abaratar costos, porque hay menos gastos administrativos. Esto en algunos países ya es una realidad, espero en Uruguay se vaya hacia ahí.

La mujer no debe pasarse de dura ni de simpática

¿Qué pros y contras se ha encontrado al ser una mujer inserta en el mundo de los negocios?

Depende del tipo de hombre con que vayas a tratar puede ser una ventaja o desventaja; si hablamos de personas conservadoras entonces van a despreciar el hecho de que el gerente con el que van a hablar sea mujer; pero esto no suele suceder en las empresas tecnológicas y la gente que me he cruzado yo es muy receptiva. Incluso es así en el mundo, en general, pero depende de cómo lo encare una, el aplomo con que se tome sus funciones. Ahí hay que tener cuidado, porque la mujer suele ir con una postura muy firme, dura, para que no la pasen por arriba, pero eso tampoco es bien recibido. En tanto, si va con una actitud más de su estilo, más coloquial, más simpático, no la toman en serio; hay que saber hacer el balance.

En tanto, tiene su parte positiva, de repente por ser mujer te prestan más atención, dicen "bueno, a ver qué nos va a decir" o incluso en las relaciones interpersonales de pronto puede haber una mayor interconexión entre los diferentes géneros. Pero esto es muy personal al final de cuentas, es muy difícil generalizar.

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