PROHIBIDA EN EL mundo a mediados de los años treinta, la marihuana es según la ONU la sustancia ilícita más consumida a nivel global. La gran aceptación a nivel popular se debe al efecto relajante que produce. Las propiedades medicinales de la cannabis sativa o cáñamo de la India, son conocidas desde la antigua China, hace cuatro mil años, sobre todo su uso para calmar el dolor o estimular el apetito. Estos efectos, usados para recreación o con fines médicos, son producidos en el sistema nervioso por compuestos químicos llamados cannabinoides. Hasta la fecha se han descubierto 66, de los cuales el más conocido es el delta-9-tetrahidrocannabinol o THC. La planta a su vez posee otros cannabinoides que no producen efectos psicoactivos, pero que también pueden usarse con fines médicos.
En la década de 1990 se descubrió que el sistema nervioso humano posee neurotransmisores, compuestos químicos que transmiten información de una neurona a otra, similares a los de la cannabis. Conocidos como endocannabinoides, actúan en la sinapsis, el espacio de comunicación entre las neuronas, sobre los mismos neurorreceptores que afectan los cannabinoides. Su estudio abrió una gama de posibilidades para el desarrollo de fármacos que modulan la actividad de estos receptores, con aplicación en el tratamiento del dolor, por ejemplo.
Sin embargo la investigación de la cannabis posee severas restricciones, sobre todo en Estados Unidos, a pesar de los reclamos surgidos desde la comunidad científica. En Uruguay, según la Junta Nacional de Drogas, cerca de doscientas mil personas fuman marihuana y de ellas sesenta mil lo hacen a diario. En 2012 el parlamento uruguayo discutirá dos proyectos de ley, redactados por legisladores de distintos partidos políticos, que proponen la despenalización del cultivo de marihuana.
Aunque parezca paradójico, a pesar de que en Uruguay su comercialización y su cultivo son ilegales, el consumo no está penado por la ley. Por ejemplo, si una persona es detenida en posesión de marihuana y si la cantidad es pequeña, un juez puede considerar que es para consumo personal. Pero como el criterio acerca de las cantidades que separan el consumo personal de la actividad comercial queda en manos de los jueces, éstos pueden decidir si se trata de tráfico ilícito o no. De esta manera, la legislación, al ser ambigua, tiene consecuencias no deseadas. Por un lado la regulación del consumo descansa sobre los juicios de valor del juez, y por otro lado habilita el consumo de la marihuana pero prohibe el comercio. La ley, al no proveer caminos de acceso a los consumidores, les lleva a recurrir al mercado negro.
LEY DE AUTOCULTIVO. La falta de una regulación clara ha sido criticada tanto por parlamentarios como por organizaciones a favor de la despenalización de la marihuana. En los dos últimos años legisladores de diferentes partidos han elaborado proyectos de ley tendientes a que se regule el cultivo personal de plantas de marihuana y se establezca qué cantidad de la droga puede tener un ciudadano para su consumo y cuáles serían los canales de acceso a esas cantidades.
El diputado Sebastián Sabini del Movimiento de Participación Popular, Frente Amplio, impulsor de uno de estos proyectos de ley, dijo en radio El Espectador que "hay una contradicción evidente en la legislación en cuanto a que a los ciudadanos se les permite consumir pero no se les indica cuáles son los caminos para acceder a las sustancias". Por su parte el diputado del Partido Nacional, Luis Lacalle Pou, quien presentara en noviembre de 2010 un proyecto de ley sobre la despenalización del cultivo de marihuana, criticó el actual "orden jurídico", señalando que "se puede consumir marihuana pero no se establece el medio legal para obtenerla, o sea que se obliga a conseguirla de manera ilegal".
En abril de 2011 el Frente Amplio unificó los proyectos de ley de sus diputados Nicolás Núñez del Partido Socialista y Sebastián Sabini del MPP. Buscando coincidencias con representantes de otros partidos políticos, como Daniel Radío del Partido Independiente y Fernando Amado de Vamos Uruguay, Partido Colorado, se redactó un nuevo proyecto de ley que será presentado en conjunto en 2012. Por diversas razones, Lacalle Pou no llegó a un acuerdo con estos parlamentarios y presentará el suyo.
El proyecto de ley obtenido por consenso prohibe el cultivo y el comercio de plantas de las que se puedan extraer estupefacientes, salvo cuando sea para fines de investigación o para su industrialización. Sin embargo, propone que el ciudadano que lo desee podrá cultivar en su hogar hasta ocho plantas de cannabis para su propio consumo y podrá llevar consigo hasta 25 gramos de marihuana.
El proyecto especifica que el Poder Ejecutivo tendrá la facultad de reglamentar los mecanismos de acceso a las semillas y contempla que se brinde atención y tratamiento a las personas con problemas de adicción que así lo soliciten. Además se establece la creación de una comisión bajo la órbita del Ministerio de Salud Pública que monitoreará los efectos de la ley. Tanto los legisladores que promueven estos proyectos de ley, como los representantes de las organizaciones a favor de la despenalización de la marihuana, coinciden en que el "autocultivo" perjudicará al narcotráfico.
Un argumento esgrimido por las agrupaciones para la despenalización del cannabis es que en el artículo décimo de la Constitución se especifica que las acciones privadas de las personas que de "ningún modo atacan el orden público ni perjudican a un tercero" están exentas de la autoridad de los jueces. El 25 de agosto de 2009 la Suprema Corte de Justicia de Argentina falló a favor de cinco jóvenes acusados por posesión y tráfico, aludiendo a un artículo similar de la Constitución argentina, estableciendo así un precedente en la jurisprudencia de ese país.
De igual manera, el Secretario de la Junta Nacional de Drogas, Julio Calzada, citado por el diario Últimas Noticias, dijo en mayo de 2011 que "no se deberían provocar situaciones en las que personas se vean privadas de libertad por realizar un acto que es personal y que está habilitado por la Constitución, como es la búsqueda de la alteración de la conciencia". El autocultivo y el uso de las especies cultivadas entrarían dentro de estas prácticas privadas.
Por otro lado, son varios los analistas que critican la política contra las drogas, centrada en la reducción de la oferta. Según la Junta Nacional de Drogas, anualmente se incauta entre el 1 y 2% de la marihuana que circula en el país. Esto sería tan sólo un ejemplo más de lo que consideran "el fracaso del prohibicionismo" a nivel global, ya que no sólo no ha disminuido la disponibilidad de las drogas en el mercado sino que en algunos países ha aumentado la violencia y el gasto del Estado para reprimir al narcotráfico.
En febrero de 2011 el procesamiento de Alicia Castilla, una ciudadana argentina de 66 años, residente en el balneario Fortín de Santa Rosa, Canelones, por poseer en su casa plantas de marihuana, trajo a la agenda pública el problema de las personas que son enviadas a la cárcel por cultivar cannabis para su consumo. Este hecho motivó que varias organizaciones a favor de la despenalización del cultivo realizaran una protesta frente a la Suprema Corte en Montevideo. Castilla fue finalmente liberada en mayo de 2011.
Otra alternativa que ofrece la ley propuesta para que los consumidores de marihuana eviten el narcotráfico es la creación de clubes de cultivadores de cannabis. Serían asociaciones civiles sin fines de lucro, registradas en el Ministerio de Cultura, que permitirán mejorar la calidad del producto y difundir prácticas de consumo responsable. Serán auditables para el control de las autoridades como el MSP, generarán puestos de trabajo y el Estado tendrá recaudación por aportes patronales. Estos clubes están inspirados en los que funcionan con éxito en España.
PROHIBIDO ESTUDIAR. En un editorial publicado en noviembre de 2004 en la revista Scientific American, los editores se quejaban del bloqueo que sufre en EE.UU. la investigación sobre el potencial médico del cannabis. Consideraban las restricciones como "absurdas" y "obsoletas" y denunciaban que la política del gobierno apuntaba "a frustrar la investigación legítima con la marihuana".
En 1992 se descubrieron los primeros indicios de que el cerebro humano produce de forma natural compuestos muy parecidos a los encontrados en la cannabis sativa, llamados endocannabinoides. "El sistema endocannabinoide tiene un papel importante en casi todos los paradigmas del dolor, en la memoria, en la neurodegeneración y la inflamación", afirma el editorial, y añade que el "potencial clínico es enorme". Explica que los más de 60 cannabinoides que posee la planta de marihuana podrían tener aplicaciones médicas como disminuir el dolor, curar lesiones nerviosas, evitar las náuseas asociadas con la quimioterapia, o la pérdida de apetito en pacientes con SIDA.
Sin embargo el gobierno de EE.UU. tiene a la marihuana catalogada "como potencialmente adictiva y sin uso médico", junto al LSD y a la heroína. En 2007 científicos del Instituto California Pacific Medical Center de San Francisco anunciaron que un cannabinoide que no tiene efectos psicoativos podía detener la metástasis en el cáncer de mama. Sean McAllister, responsable del estudio, dijo que "este compuesto ofrece la esperanza de un tratamiento no tóxico que podría lograr los mismos resultados sin los efectos secundarios dolorosos" de la quimioterapia.
Más hombres
Según el Informe 2007 de la Junta Nacional de Drogas, la marihuana es la droga ilegal más consumida en el país, y cerca de 200 mil uruguayos han experimentado con ella. El informe revela que la mitad de los que experimentaron alguna vez con la droga continuó su uso.
El estudio señala que "la tendencia es a la incorporación de más mujeres al consumo y una dinámica de crecimiento más rápida en el interior del país". La edad promedio de inicio de los uruguayos es 18 años, tanto en hombres como en mujeres. Del informe se destaca que 57% de las personas que declaran haber probado marihuana no había consumido en los últimos 12 meses, por lo que se los considera ex consumidores.
Más de cinco de cada diez personas que declaran prácticas de consumo en el último año, lo hacen varias veces al mes y uno de cada diez consumidores había fumado una sola vez en el año.
El consumo ocasional está diferenciado por sexo, la mayoría de las personas que declaran consumir ocasionalmente son hombres, en cambio en el consumo diario se observan porcentajes iguales entre hombres y mujeres.
Las hembras mejor
El periodista y agricultor José T. Gallego, en su libro El cultivo ecológico del cannabis, explica cómo cultivan "las personas que no quieren recurrir al mercado" para obtener marihuana. El libro, casi un manual de botánica, describe la biología del cannabis, y aspectos como el fotoperíodo, el sexado y la floración.
Gallego aconseja a los principiantes intentar cultivar en el exterior. "Aunque se puede cultivar en interior por primera vez, es mucho más fácil si se ha hecho una cosecha previa al sol". Agrega que los jardines exteriores "son más productivos, requieren menos cuidados y tienen mucho menos costos que los sistemas de interior".
Los cultivos de interior tienen a favor que se puede obtener marihuana "de gran potencia, durante todo el año y de un modo muy discreto", y de mejor calidad que en el mercado negro. "Se puede plantar marihuana con poco o con mucho dinero", pero aclara que cultivar en interior igual exige una inversión, ya que "hay que pintar el lugar, adquirir una lámpara, un ventilador, un extractor, semillas, abono, macetas y tierra". Agrega que la calidad de la marihuana depende de "la genética" de las semillas, y de los cuidados que se le dé a la planta.
En primavera la cannabis germina y crece. Florece a mediados del verano, cuando el fotoperíodo cambia, es decir, cuando los días se acortan y las noches se alargan, disminuyendo las horas de luz y aumentando las de oscuridad, necesarias para la floración. En verano se llega a tener un fotoperíodo de 18/6 y a comienzos de otoño las horas de luz se reducen y el fotoperíodo se aproxima a 12/12. Gallego explica que para que florezcan las plantas en interior necesitan "noches" de oscuridad completa.
Las flores masculinas y femeninas del cannabis crecen en individuos distintos, y sólo estas últimas tienen interés para el cultivador por el mayor contenido de cannabinoides psicoactivos. Además los machos polinizan a las hembras generando semillas, lo cual reduce "mucho la potencia del producto final". Para evitar la polinización hay que arrancar a los machos y para ello se debe "sexar a tiempo" a las plantas. El libro explica que "la única forma fiable es fijarse en sus preflores que surgen dos meses después de germinar la planta". Con una lupa se puede ver las diferencias e identificar el sexo de la planta.
Durante la floración las ramas de la planta se llenan de diminutas flores que se agrupan en cogollos, los cuales contienen mayor concentración de cannabinoides psicoactivos. A partir de allí el "autocultivador" deberá aplicarse para el proceso de la cosecha, el secado y el curado.
EL CULTIVO ECOLOGICO DEL CANNABIS, de José T. Gallego. Ediciones Urano, 192 págs. Barcelona, 2011. Distribuye Urano.