El "new point" de Punta

Abrió un ambicioso complejo en un punto privilegiado. Restaurante, pub, boite y salón de eventos conforman una propuesta muy diferente y elegante para lo que se conoce en Punta.

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M.H.

El próximo fin de semana se realizará el lanzamiento oficial de la temporada 2011 de Punta del Este, por el Ministerio de Turismo y la Intendencia de Maldonado. El lugar elegido, esta vez, es una de las manzanas más clásicas de la península, aunque quien pase por ahí, por estos días, quizás ni la reconozca. Se trata del ex edificio del Restaurante El Mejillón, que fue adquirido por un grupo de inversionistas, especializados en gastronomía, hotelería y diseño de interiores, quienes transformaron esos amplios espacios en un elegante pero canchero complejo que tendrá como objetivo final transformarse en el "new point" de Punta. Será, según sus responsables, el lugar elegido por todos aquellos uruguayos y turistas que quieran realmente pasarla bien, ya sea mirando el atardecer con vista a la Isla Gorriti, tomándose un cóctel, desayunar, almorzar o cenar con servicio cinco estrellas en el bistró Boca Chica, pasar unas horas de previa, sushi incluido, en La Societé, y luego quizás bajar a lo que será casi como lo fue Mau Mau o Hipopótamo en Buenos Aires, una boite, Club Cashmere, con aire ochentoso, moderna arquitectura y un interiorismo y decoración que no tendrá nada que envidiar a las discos más top europeas o neoyorquinas. Los baños de mujeres tendrán ocho espejos desde el techo al piso, cada uno con secador y planchita para arreglarse a la madrugada, además de un living si se quiere ir a comentar algo en reserva con una amiga. Sin precedentes.

Como referencia de que la propuesta será todo un bastión basta decir que detrás de tan ambicioso proyecto se encuentra uno de los propietarios del Hotel Serena, Eduardo Abulafia; los diseñadores de interiores del mismo, Alejandro y Hassen Balut; y uno de los responsables de varios restaurantes fuertes del Este, como Guappa e Isidora, Bobby García. El mix de talentos, especializado en servicios al turismo, ha generado un emprendimiento que no sólo ha costado sus buenos millones de dólares, sino que además se presenta como de lo más novedoso que se verá en el principal balneario.

"El ideólogo fue Eduardo Abulafia, del Hotel Serena", cuenta Hassen Balut, mientras arregla con especial paciencia unas lámparas de sal, en unos tonos naranjas, hechas a mano para el pub La Societé, del que él será responsable, junto a su hermano Diego.

Complejo. Por un lado, Hassen Balut, junto a su padre, Alejandro, son los responsables del diseño de interiores de todo el complejo, compuesto por el restaurante Boca Chica, el pub La Societé, la boite Club Cashmere, y el salón de eventos, en el piso superior con una inmensa terraza con camastros y vista imperdible, denominado Mar a Mar. "Es un lugar privilegiado, y pretendemos realizar ahí el lanzamiento de marcas y productos", agrega Hassen Balut.

"La idea es dar un servicio, tratar de seguir generando emprendimientos novedosos como el Hotel Serena, con un servicio al turista, realmente enfocado en la atención", señala.

El uruguayo, argentino, brasileño o turista de cualquier nacionalidad llegará en su automóvil, que dejará en la puerta mientras se lo acomodan valets de atuendos modernos y veraniegos. Los clientes ingresarán por una gran entrada, luciendo sus vestimentas, y desde allí se dirigirán a donde más les plazca. Podrán elegir cenar en Boca Chica, un restaurante que cuida la cocina hasta en el plato más simple de rabas. En precios será similar a cualquier restó de la costa, Virazón, Guappa, Isidora.

También tendrán la posibilidad de tomar a la derecha hacia La Societé y ubicarse en uno de los livings con lindísimos sillones de totora natural, y luces y música ambientados para un espacio que al igual que su vecino Boca Chica se destacará por el servicio. "La Societé será un punto societero para encontrarse con amigos, pero además intentaremos que se transforme en ese lugar que el turista siempre pregunta: ¿dónde hay un espacio local no turístico? Bueno, allí lo encontrará, con gente local amiga. Tendrá una barra de 15 metros, de bronce y tachas, empavonada y gastada, para sentarse a charlar, bien al estilo de los hoteles de Miami. Con la totora, los apliques de luz de sal, y otros elementos, se busca también un equilibrio entre el diseño y los aromas", explica Hassen Balut, y agrega que habrá otra barra donde se ofrecerá sushi, elaborado por unos chefs peruanos que conocen muy bien el tema. Todo el resto de la gastronomía de La Societé estará a cargo de Diego Balut, quien tiene un reconocido restaurante en Buenos Aires, Pagano Club social.

Más allá de las diferentes decoraciones, existe un hilo conductor en el diseño que reúne todos los espacios bajo una misma consigna. "Queríamos lograr que fuera como un hotel, donde se va cambiando de ambiente, pero se está dentro de un mismo complejo. Se consiguió cierta unidad y homogenización en lo cálido de los materiales y los colores".

Lo mismo se buscó, escaleras abajo, en la boite, donde no existe el color negro ni los caireles o bolas de espejos. "Me hubiera encantado vivir los 80 y 90, y conocer esas famosas boites en donde desde lo arquitectónico hasta el servicio era más elegante. Hoy se perdió mucho, son cuadrados de cemento, sin asientos, todos pintados de negro para tapar parches. Esto es lo opuesto, pero con un look bien esteño y elegante. Se acabó la época de los mega boliches, se debe ir a la atención personalizada", indica Balut.

Servicio cinco estrellas

"Creo que a Punta del Este aún le falta mucho en materia de servicio", sentencia Hassen Balut, quien es el responsable, junto a su padre, de la decoración de todo el complejo del Restaurante antes denominado El Mejillón. Además, Balut se asoció con su hermano y, allí mismo, abrirán en estos días el pub La Societé y la boite Club Cashmere. Su padre, Eduardo Abulafia y Bobby García regentean Boca Chica, un restaurante para paladares exigentes que quieran desayunar, almorzar o cenar. "Habrá capacidad para 1.500 personas en tres turnos, en la noche", cuenta Hassen.

La idea de este complejo es apuntar a la excelencia del servicio, en todos sus espacios. Comensal o cliente será siempre recibido con una sonrisa, e igualmente despedido. "Así sucede en los grandes centros turísticos del mundo como Hawai", señala Balut.

"Y creo que a Punta todavía le faltan años en capacitación de servicios. Uno lo ve cuando llegan esos barcos gigantes y no hay un recibimiento como es debido", añade Hassen.

Ahora, ¿los inversores y responsables no tienen miedo, ya que la movida ahora se ubica en La Barra y José Ignacio? "No -dice Hassen- justamente la idea es que Punta del Este vuelva a adquirir ese prestigio, elegancia y onda de antes, que se fue perdiendo. Se cae Gorlero, se arma la Calle 20, y se abandona lo viejo, no lo recuperamos. La idea es tratar de darle a Punta un `new point` para que la gente no tenga que irse siempre tan lejos. Y para empezar a cuidar la península un poco más".

Además de los restaurantes y boliches, el complejo contempla la realización de eventos, en un enorme espacio con terraza, a la que se pretende dar una ambientación muy especial.

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