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Claudio Destéfano* | [email protected]

Una vez Florentino Pérez marcó la cancha al decir que el club que preside, el Real Madrid, no compite con el FC Barcelona, sino con Disney. A partir de allí, nada fue igual. El cambio de paradigma pone al deporte en la galaxia del entertainment, donde compite con propuestas que apunten a ocupar el tiempo ocioso de la gente.

La música parece ser el principal adversario del deporte, y en cierta medida lo es para las marcas que deciden dónde poner la plata. El match lo disputan recitales, shows o conciertos versus asociaciones, torneos, clubes o jugadores.

A simple vista, las marcas encuentran en el patrocinio de la música la llave para abrir la puerta de la mente de los consumidores. Pero muchas de ellas no juegan un pleno, y buscan a deportistas como celebrities, pues ellos son los que tienen la llave del corazón. Por eso cada vez son mayores los caminos que acercan a estas dos propuestas, transformándolos de aparentes competidores en rutas complementarias.

Un punto de contacto soñado (¿y buscado?) por los músicos es que las hinchadas tarareen y adapten su canción. Jaime Roos puede dar fe de ello cuando creó «Cuando juega Uruguay», donde el «vamo` arriba la celeste» se convirtió en un verdadero himno nacional.

La relación de cantantes y deporte es profunda, y va in crescendo cuando rejuvenece la población de hinchas. Los músicos que muestran devoción por los colores avivan el fuego.

Ejemplos abundan, desde Serrat cantándole al FC Barcelona, Sabina al Atlético Madrid o Plácido Domingo entonando el Himno del Centenario del Real Madrid, hasta Rod Stewart, que pasa goles del Celtic en sus conciertos, o Elton John que compró acciones del Watford. Incluso, el tema Blue Moon, compuesto a pedido de la Metro Goldwyn Meyer para la película Hollywood Party a mediados de la década del 30, fue adoptado como «himno» del Manchester City por ser coreado cada vez más por la hinchada.

La lista es larga. A nivel local hay varios casos muy populares. Cuando Pepsi fue sponsor de Nacional en 1999 Buitres adaptó la letra de su canción Cada vez te quiero más en el tema la Locura Nacional que saturó la pauta de esa época. Otro que inmortalizó su con su voz su relación con Nacional fue Washington Canario Luna, con su himno Nacionales tricolores bolsilludos, que años después (2011) el propio club utilizó para grabar un spot publicitario de fin de año, protagonizado por integrantes del plantel de Primera y ex figuras del club. Canario Luna también hizo su himno de la selección conocido como Gloriosa celeste, que grabó junto a los 8 de momo.

En tanto, A grito de gol se convirtió en el himno de la Fundación Celeste que grabaron entre otros, Ruben Rada, Malena Muyala y Fata Delgado, junto a integrantes de la selección que terminó cuarta en el Mundial como Fernando Muslera, el Loco Abreu y otros deportistas locales destacados como Marcelo Filippini, Andrés Silva y Nicolás Borselino.

En Inglaterra es común que canciones populares se conviertan en himnos de los clubes. «You Will Never Walk Alone» lo es para Liverpool, o «I`m Forever Blowing Bubbles» para el West Ham.

En Argentina está la famosa canción de Rodrigo a Maradona y «Para Siempre», de los Ratones Paranoicos, un himno cada vez que un equipo sale campeón.

También abundan los temas en los que deportistas comparten con cantantes. Desde el de Maradona y los Pimpinela con Querida Amiga (1986) hasta la de Paolo Rossi (goleador del Mundial 1982) cantando «Domenica Alle Tre» pasando por Johan Cruyff con «Oei, Oei, Oei (Dat Was Me Weer Een Loei)» (1972), Franz Becken- bauer entonando «Gute Freunde Kann Niemand Trennen» (1966), o la mismísima selección de Alemania haciéndole coros a los Village People en «Far Away in America» (1994).

Lo que viene es la aparición de estrellas del deporte cantando o presentando sus propias bandas. Vilas, Carlitos Tévez y Kun Agüero lo hicieron. Pero no serán los últimos en esta fusión entre iguales en el mundo del entertainment.

*Periodista especializado en empresas y marketing deportivo

En ese año, la selección de Alemania haciéndole coros a los Village People en «Far Away in America»