Toma impulso el culto a lo imperfecto y único

En Europa, muebles, telas, lámparas y hasta cristalerías van en contra de lo industrializadoen busca de ese toque especial que le da a los productos la mano de un artesano

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Lo perfecto resulta creíble. Los nuevos muebles, como las nuevas telas, lámparas, y hasta cristalerías buscan singularizarse. La diseñadora holandesa Hella Jongerius, por ejemplo, ideó para Ikea unos jarrones cerámicos de producción industrial que nacían diferenciados, deformados y señalados. Ese detalle los convertía en únicos.

El wabi sabi japonés, la belleza de las cosas imperfectas, gana peso de nuevo entre el mobiliario más sofisticado y la decoración más sencilla. Se trata de singularizar los objetos en un mundo globalizado y busca, más allá de romper la uniformización de los hogares, incitar a elegir en vez de acumular.

Lo artesanal remite al contacto con las personas, al cuidado del vidriero, el ceramista o el sastre. De la misma manera que en países como Brasil el diseño industrial es todavía un campo fuertemente artesanal, en otros lugares se anhela el acabado artesano como marca de calidad en los productos.

Tal vez por eso, buscando el cuidado individualizado, el estudio español de diseño Sanserif Creatius optó por sacarle provecho al envase detrás del vino para hacer gala del buen diseño. Con ese objetivo se unió a la vidriera Sara Sorribes para ir más allá de la última gota y plantearse qué hacer con las botellas, gruesas, brillantes e icónicas.

Así nació una colección limitada de copas y vasos de vidrio que alargan el ciclo de vida de las botellas de vinos. El trabajo es poco más que un corte limpio en la parte baja del envase, sin embargo, el resultado es sorprendente. De la misma manera que las botellas varían la altivez de sus cuellos, la inclinación de sus hombros y hasta la longitud y el grosor de sus cuerpos en función del tipo de vino que contienen, la cristalería Wineries -como se denominó a esta creación en su conjunto- se ha hecho eco de esas variaciones alargando o encogiendo sus propios cuellos, convertidos ahora en pies de copa. EL PAIS DE MADRID

De exposición

Los copas y vasos que se hicieron con botellas de vino formaron parte de una exposición que se realizó en Valencia a principios de noviembre

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