E.C.
Menos brecha de acceso a internet, pero ninguna mejora en los conocimientos de lengua. Mejores rendimientos en Matemática, pero padres alejados de las computadoras. Más igualdad entre los niños que van a educación privada y los que asisten a la escuela pública, pero un bagaje de rutinas aprendidas que difícilmente puedan ser aprendizajes. Todo eso es lo que dejó el Plan Ceibal.
Este año tres investigaciones académicas se propusieron analizar los efectos de las XO en los niños de Primaria. Para llegar a los resultados, se encontraron con obstáculos inesperados.
La Facultad de Ciencias Sociales y la Facultad de Economía de la Universidad de la República intentaron responder qué impacto ha tenido el plan en la comunidad y en la inclusión social. El estudio, a cargo de Lucía Pittaluga y Ana Rivoir, tomó como base la Encuesta de Hogares 2009 del Instituto Nacional de Estadística, al que complementaron con entrevistas.
La primera conclusión del estudio, al que accedió Qué Pasa en su versión preeliminar, es la reducción de la brecha de acceso a las tecnologías de la información entre los más pobres y los más ricos.
Los lugares de acceso a internet también cambiaron. Para 2009 en los hogares donde había llegado el Plan Ceibal, las personas accedían a internet desde un centro público (25%) o el centro de estudios (45%) en vez del ciber (19%) o el hogar (29%).
Pero las XO llegaron con sus propios problemas. El estudio comprobó que el uso de las ceibalitas disminuía por la falta de conectividad en los hogares o la reticencia de los docentes. "Ese es un debate que no hemos tenido todavía", opinó Pittaluga. "Hay que discutir si la política es la de llevar internet a todos los hogares o que los adultos acudan a espacios de conectividad".
Los adultos estudiados durante las entrevistas creían que la laptop era solo para los niños, tenían miedo a romperla, les faltaba capacitación o tenían problemas con el sistema operativo de software libre.
También hubo problemas en el propio desarrollo del estudio. "Como todo lo nuevo es a prueba y error. La pregunta del INE que interroga si alguna computadora del hogar es del Plan Ceibal no logra saber si en el hogar ya había otra computadora. Si esto es así, el uso es totalmente diferente. Si la XO es una más, entonces la usa sólo el niño", agregó la investigadora.
Hoy el INE está estudiando la posibilidad de modificar las preguntas que apuntan hacia el Plan Ceibal dentro de la Encuesta de Hogares. Aunque cuánto de eso se logre está por verse. Es que el INE es miembro del Observatorio para la Medición de la Sociedad de la Información (Osilac) un proyecto de la Cepal para la medición de la incorporación de las tecnologías de la información. Y durante la Encuesta de Hogares de 2009 el INE debió seguir los lineamientos de la Osilac en sus preguntas.
aprender con la xo. También el Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas estudió los efectos del plan. La metodología para la investigación de Mery Ferrando, Alina Machado, Ivone Perazzo y Adriana Vernengo fue sustancialmente diferente. Las académicas tomaron un grupo de alumnos en 2006 y compraron su evolución en 2009, con el Plan Ceibal ya en plena marcha. Además mantuvieron un grupo de control, estudiando también a los alumnos de Montevideo y Canelones que todavía no habían recibido su XO.
El resultado fue que, si bien se evidenció una mejora en los resultados de los alumnos en Matemática, no se podía decir lo mismo con respecto a Lengua. La mejora, además, no pudo ser cuantificable en una nota porque la investigación debió basarse en dos estudios diferentes para evaluar los niveles de aprendizaje.
"Se ha planteado la posibilidad de hacer una evaluación nacional vía digital por parte de la ANEP. Pero hasta ahora eso es una utopía", señaló Machado. Al no haber una evaluación en común, las investigadoras utilizaron dos pruebas: la Serce, que se realiza a nivel regional para alumnos de tercer año de escuela, y la evaluación que hizo la Anep a nivel nacional en 2009 a alumnos de sexto año. Estudios pedagógicamente comparables, pero sin ejercicios similares. "Eso hace que no se puedan equiparar puntajes", explicó la académica.
Como no hubo cambios en Lengua, tampoco hubo diferencias en el clima escolar. Eso a pesar de que los padres aseguraron que sus hijos estaban más motivados con la escuela desde la llegada de las XO. "Hicimos un índice de clima escolar que no daba diferencias entre los niños de Montevideo y Canelones (que no tenían las XO) en comparación con los siete departamentos del interior que habían incorporado el Plan Ceibal", explicó Machado. Lo que sí encontraron fue que más de la mitad de los alumnos había enseñado a por lo menos un familiar el uso de la ceibalita.
La Facultad de Psicología también analizó los efectos en el aprendizaje que podría tener el uso de las ceibalitas. Se centraron en cuatro escuelas y en casos puntuales que fueron citados en el foro Ciudadanía digital que organizó el Latu en noviembre.
Allí las académicas Rosario Gutiérrez y Susana Martínez señalaron que las XO llevaban a algunos niños a utilizar una serie de rutinas aprendidas sin análisis, con un impacto mayor en los conocimientos de Matemática que en geometría o escritura.
Uno de los chicos estudiados, por ejemplo, era el más hábil en el manejo de la XO en su clase, pero no podía escribir su apellido. También se reseñó el caso de un niño que, en vez de utilizar palabras clave en buscadores como Google, escribía la pregunta completa, cual si fuera un maestro. Y aunque varias veces se le explicó el error, no lo entendió. Las investigadoras hallaron también que las XO podían aislar al niño como favorecer su trabajo colaborativo. Todo dependía del maestro.
El Plan Ceibal entró este año a Secundaria. Sus efectos recién comienzan a estudiarse, con algunas dificultades, en Primaria. El tiempo dirá cómo es esta generación que se está criando con las XO.
País de ceibalitas
Desde que se llevó a cabo el plan piloto en la localidad de Cardales en 2007, el Plan Ceibal lleva entregadas más de 360.000 computadoras XO. Más de 2.000 escuelas públicas tienen hoy internet. Además las XO comenzaron a repartirse entre 15.000 liceales.