La decisión por el celular

El ingreso de la telefonía celular en Uruguay comenzó a definirse un día de 1987 en el Aeropuerto de Carrasco. Allí, en el salón vip de Pluna, se encontraron dos directivos de la compañía Bellsouth, que entonces comenzaba sus operaciones en Argentina, y el entonces presidente de Antel, el ingeniero Raúl Buela. Fue una reunión de apenas una hora. Luego los dos ejecutivos de la empresa telefónica volvieron, puente aéreo mediante, a Buenos Aires.

Pasaron cuatro años para que aquellas primeras conversaciones dieran su fruto. Es que estaba claro que Antel debía asociarse con un privado para emprender el servicio. Y eso era algo que nunca antes se había intentado. "Entonces pensar que Antel se asociara con un privado era algo negativo. Estudiando los estatutos vimos que se podía hacer un contrato de arrendamiento de servicios", dice Buela.

La experiencia no fue sencilla. Se tuvo que crear una sociedad anónima, Abiatar (integrada por dos accionistas inversores uruguayos y dos accionistas operativos extranjeros) que sería la que arrendaría los servicios a Antel. Y el contrato con esa sociedad tuvo idas y vueltas en el Tribunal de Cuentas.

"Estuvimos muchos meses con ese contrato", dice Buela. En esos ajustes participó también el reconocido abogado Daniel Ferrere.

Dos años después, en 1989, Buela hizo su primera llamada en un teléfono celular. Fue en Suecia. Durante una cena con directivos de Ericsson, con quien Antel hacía negocios para la telefonía fija, le ofrecieron un aparato de 30 centímetros, "grandísimo". Buela llamó a sus hijos. "Parecía notable", dice. Se terminaba su mandato y todavía la tecnología estaba lejos de Uruguay.

Para 1991 el contrato había sido aprobado. La primera llamada por celular fue también la primera experiencia de asociación entre un ente público y un privado (Movicom), en medio de un año donde se discutía la Ley de Empresas Públicas.

Y cuando la ley fracasó, Antel comenzó a pensar en cómo entrar en el mercado. En setiembre de 1994, Antel creó la marca Ancel y también la marca Ruralcel, para atender al medio rural. "Lo recuerdo como un momento en el que el país dio un salto hacia adelante", dice el ex presidente Luis Alberto Lacalle.

"Por suerte quedó en manos privadas una banda para que hubiera competencia". Desde entonces Antel lleva un acumulado de 310 millones de dólares invertidos en tecnología celular.

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