La elite carcelaria

Los 32 narcotraficantes internacionales presos en Libertad viven con privilegios mientras se teme una operación comando para rescatarlos.

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Fabián Muro

Son la elite carcelaria: 32 narcotraficantes internacionales que, atrapados en Uruguay, cumplen condena en un módulo especial del penal de Libertad. Son gente poderosa y, aún allí, mantienen algunos privilegios propios de la gente poderosa. Incluso detrás de cuatro candados y una guardia perimetral siguen inquietando a las autoridades.

Vienen en su mayoría de Colombia, Bolivia, México, Argentina y Brasil, entre otros países; también hay uno que llegó desde Croacia. Están separados del resto de los reclusos y varios de ellos tienen los beneficios que, al parecer, corresponden con su estatura criminal: teléfonos, amenidades varias y, sobre todo gracias a su aislamiento, protección del violento entorno del resto del Penal.

"Tienen celulares, heladeras, televisores, playstations y libros, entre otras cosas", dice uno de los guardias del penal de Libertad que tuvo que trabajar con ellos (y que pidió no ser nombrado).

Hace dos meses, se mudaron a los módulos más nuevos del penal de Libertad, los que reemplazaron a las "latas". Ahí están encerrados y disponen de sus días casi siempre bajo un régimen de relativa tranquilidad. "Tienen duchas con agua caliente, andan tranquilos cuando salen a pasear de a cuatro y cuando te toca cuidarlos, esa semana trabajás poco", continúa el guardia, quien agrega que hasta ahora no vio a ninguno de ellos adquirir la costumbre del mate.

Pero aunque ellos estén tranquilos, su presencia genera temores. La semana pasada se supo que Inteligencia tenía indicios de que narcos estarían comprando terrenos cercanos al penal de Libertad para preparar una operación comando que libere a los presos. Desde la empresa que es la principal operadora inmobiliaria de San José, Diego Perdomo Propiedades, se desconoce si se concretaron esos negocios, pero uno de los vendedores calificó el indicio como "improbable".

Hasta ahora se escapó solo uno: el israelí Al Yoram, conocido como el "Rey del éxtasis"; fue vuelto a capturar en Brasil un año después. En su momento trascendió que también intentaron liberar al colombiano Gustavo Durán Bautista, apresado en una operación donde fue incautada media tonelada de cocaína. Es uno de los "pesados" que está en Libertad.

También se especuló que los narcos podrían haber estado detrás de la movilización del personal de guardia el fin de semana pasado, instigando a aquellos que ganan unos 13.000 pesos por mes para que protesten por condiciones laborales que implican jornadas que pueden estar entre las 12 y las 18 horas de trabajo.

"Eso es una maniobra para desviar la atención del problema sindical", dice el policía que tuvo contacto profesional directo con los narcos de los nuevos módulos. "A veces pasa bastante tiempo entre que uno está en un pabellón y vuelve. La rotación está pensada para entre otras cosas evitar que se formen vínculos entre presos y carcelarios", comenta.

Los 32 reclusos de los nuevos módulos -ocho personas en cada uno de los cuatro "contenedores"- estarían en la cima de la escala jerárquica de los narcos atrapados. Por el poder que puede comprar el dinero, por una red de contactos que es multinacional y por conocimientos que van más allá de lo que se adquieren en la universidad de la calle, los 32 forman un grupo aparte entre los aproximadamente 1.200 presos que en la actualidad se encuentran en esa cárcel.

Hay otros rasgos que los distinguen. Uno de ellos es la edad. Varios ya superaron los 40, y Durán Bautista, por ejemplo, ronda los 60.

"Una de las cosas que más requiere este grupo de reclusos es atención médica. Algunos de ellos tienen problemas de salud crónicos", dice el comisionado parlamentario para las cárceles, Álvaro Garcé, quien agrega que en el mundo carcelario, tener más 35 años es ser viejo. "Una persona así es considerada de otra generación, despegados, para la inmensa mayoría de los presos", dice Garcé.

Los problemas de salud pueden deberse a la edad, sí, dice Garcé pero también "porque se trata de gente que rara vez estuvo presa, y que cuando cae puede somatizar algunos problemas".

Por lo general, también tienen estudios que abarcan más que Primaria completa. Eso haría que las lógicas empleadas para negociar y solucionar conflictos no siempre tengan que involucrar actos de violencia, que es lo más común que ocurre en el resto del penal.

"Ellos están ahí, juntos y en esas condiciones, porque fueron derivados hacia ahí por la Dirección del penal", sostiene el guardia. "Y como son el grupo que menos dificultades da -`nunca una riña, son muy educados`, dicen quienes han convivido con ellos- cuidarlos generalmente les toca a los policías más veteranos y mejor posicionados, aunque la guardia siempre es rotativa. Sin duda son los mejores para trabajar. Si los tratás bien, ellos te tratan bien".

Varios de los que forman parte de esta brigada internacional de narcos son mexicanos, atrapados luego de la Operación Pájaros Pintados. El arresto de cinco ciudadanos de ese país, y dos bolivianos que hacían de soporte, fue el primer indicio de la presencia de los intereses de los principales carteles de la droga del mundo en el país (ver recuadro).

Sobre la presencia de los mexicanos se ha afirmado que serían la vanguardia de los poderosos carteles que hoy dominan la distribución de cocaína y la producción de marihuana en el mundo. Aunque algunos operadores judiciales relativizan esa afirmación y sostienen que quien fue señalado como el cabecilla de la banda sería primario absoluto.

Abajo de este grupo están aquellos recluidos por menores cantidades de drogas, y que ocupan el primer y segundo piso del penal. Forman parte de la población más problemática, en parte debido al consumo y tráfico de pasta base, la droga que cambió todo para peor en las cárceles uruguayas, de acuerdo al comisionado Garcé.

Liberar. Las declaraciones de jerarcas policiales, acerca de que podrían haber planes para liberar a algunos de los narcos más importantes, puso en alerta al Ejército que se encarga de la guardia perimetral de la cárcel y que reclamó poder disparar sus armas en aquellas oportunidades que lo consideren necesario.

Un abogado que representó a dos ciudadanos extranjeros que hoy están entre los presos de Libertad y que prefirió el anonimato, dijo que esas versiones son "vender humo".

El presidente del Sindicato Único de la Policía (SUPU), Luis Clavijo prefirió no opinar sobre la verosimilitud de esta amenaza, pero señaló que en caso de que fuera una posibilidad concreta, los efectivos que trabajan en el penal no están en condiciones de enfrentarla.

"El nivel de nuestros policías, desgraciadamente, no alcanza para trabajar en una cárcel de máxima seguridad", una visión que el mismo Clavijo dice está en el extremo opuesto de lo que expresó el director del Área Metropolitana del Instituto de Rehabilitación, Eduardo Pereira Cuadra.

El comisionado Garcé no tiene una opinión formada sobre el riesgo de un intento de liberación pero dice que, si existe, al tomar estado público este riesgo se disipa.

Clavijo no descarta que haya policías corruptos. De hecho, el que el narco israelí Al Yoram pudiera fugarse fue atribuido a los sobornos que éste habría pagado a los encargados de custodiarlo. Para cerciorarse de si algunos de los guardias fueron susceptibles a la influencia de los narcos, Clavijo y otros dirigentes del SUPU llevaron a cabo una investigación interna entre aquellos que participaron de la medida. "Ahora todo eso está en manos de nuestros abogados", dice.

Con todo, Clavijo dice que atrás de esto puede haber más de un interés encontrado. Gran parte del poder o de la influencia que puedan tener los narcos recluidos depende de lo que puedan ingresar clandestinamente al penal. Y en ese trasiego oculto se juegan cargos, sumas de dinero y la capacidad de tomar decisiones que afectarán la vida de todos los recluidos.

En esa ruta de drogas, armas, teléfonos y otros artículos confluyen tres grupos: los presos, los policías y los militares, quienes por ley están habilitados para revisar a todos los que entran y salen del penal, incluso a los policías.

Esto generó molestar entre algunos efectivos. "Algunos sindicalistas se van a calentar por lo que digo, pero yo estoy de acuerdo con que nos revisen", dice Clavijo. "El policía de abajo no va a trabajar en auto. Cuando ocurren cosas así, generalmente no son los policías de a pie los que las hacen, aunque hay de todo".

De acuerdo a un experto en seguridad pública del sector privado, que solicitó no ser mencionado por su nombre, la Policía no está capacitada para controlar este ingreso. "No tienen la disciplina, el equipamiento o los recursos humanos para esa tarea. El Ejército llegó al sistema carcelario para quedarse", dice.

Para Garcé, este punto no tiene dos lecturas. "Es una ley. O se cumple o se cambia". Es ahí -en el control de lo que entra y sale- donde se puede hacer algo para cambiar las condiciones de vida y de trabajo de los reclusos en todas las cárceles, no solo en Libertad. Y no solo de los grandes narcotraficantes, sino de todos los presos, da a entender el comisionado.

Controlar con mayor eficacia el ingreso de aquello que los narcos usan para influir o aumentar su poder sería una medida que incide sobre el poder de éstos.

No se ha divulgado el vínculo que pueden haber formado los extranjeros con los operadores locales de la droga y con el resto de los reclusos. Aunque cuanto más tiempo permanezcan -Durán Bautista ya lleva tres años en Uruguay- más probable es que puedan capacitar a criminales locales en las múltiples formas que hay para ingresar y trasladar grandes cantidades de droga -básicamente, cocaína- desde los países productores del sur hacia los consumidores en el norte.

En el menudeo ya hay bastante capacitación local.

ESCALONES Y NACIONALIDADES

Abajo de los que se encuentran en el grupo de los 32 y que en su mayoría son latinoamericanos, están aquellos que se encargan del tráfico a mediana escala: uno o algunos kilos de cocaína que intentan pasar en algún auto o equipaje por el aeropuerto. "Ahí hemos visto que se ha incrementado la presencia de ciudadanos europeos, sobre todo españoles", dice el comisionado parlamentario carcelario Álvaro Garcé. "Y en el escalón inferior están las mulas, aquellos que llevan la droga encima. Ahí hay algunos ciudadanos africanos".

Hoy acá, mañana no se sabe

Qué pasará con algunos de los narcos extranjeros cuando salgan de las cárceles uruguayas dependerá en gran medida de los pedidos de extradición que tengan los sujetos. También si Uruguay tiene o no un tratado de extradición con el país de origen o el que solicita a la persona. El abogado Carlos Álvarez Cozzi dijo a Qué Pasa que si no existe un tratado de extradición, para los casos de crimen organizado rige el Convenio de Palermo, un tratado ratificado por la gran mayoría de los países.

Los cárteles de México

Sinaloa

Surgió en la década de 1990, en el Estado del mismo nombre, sobre el océano Pacífico y durante varios años tuvo un único oponente de peso, el cartel del Golfo. El gobierno de Estados Unidos lo acusa de haber importado 200 toneladas de cocaína entre 1990 y 2008.

Zona de influencia

Dieciséis países. El más grande de los carteles, es uno de los dos con influencia en Uruguay. Como todos los demás, opera en alianza con los carteles colombianos y divisiones de las FARC .

Golfo

Nacido para competir con el de Sinaloa, entró en el radar de las autoridades en la década de 1990 junto a su estructura armada, Los Zetas, formado por ex militares; luego se separaron. Desde febrero de 2010, los principales carteles se alinearon en dos facciones: una que integran los cuarteles de Juárez, Tijuana, Los Zetas y el Beltrán-Leyva; y la otra donde están los carteles del Golfo, Sinaloa y La Familia.

Zona de influencia

Tienen presencia en 16 países, entre ellos Uruguay.

Juárez

El más viejo de los carteles, operativo desde la década de 1970. De allí salió el famoso "Señor de los cielos", Amado Carrillo Fuentes. La violencia en Ciudad de Juárez -más de 6.000 asesinatos en siete meses de 2010-, fue esgrimida por el gobierno de México como una razón para solicitar ayuda de Estados Unidos.

Zona de influencia

Cuatro países, entre ellos Argentina. Tiene alianzas con los Zetas, el cartel de Tijuana, los paramilitares colombianos Erpac y el cartel colombiano Los Rastrojos.

Tijuana

Fue fundado en la década de 1980 por los hermanos Arellano Félix: Francisco y Eduardo. Se enfrentó al de Juárez cuando intentó asesinar a Carrillo Fuentes. La alianza con el cartel del Golfo se forjó, según informes no confirmados, en una cárcel donde los líderes cumplían sentencia.

Zona de influencia

Siete países, todos en América Central y del Norte. Tuvo alianzas con cuatro carteles colombianos, varios frentes de las FARC, y varios carteles mexicanos.

Beltrán leyva

Se fundó en 2008, escindida del Cartel de Sinaloa. De acuerdo a expertos colombianos, es el cartel con mayor potencial. Según otros, la organización estaría debilitada por los enfrentamientos con el cartel del Sinaloa, que hasta el año pasado mató a unos 5.000 mexicanos. Por su líder, Héctor Beltrán Leyva, hay una recompensa de cinco millones de dólares.

Zona de influencia

Cuatro países. Menos con el cartel de Sinaloa, mantuvo alianzas con todas las organizaciones de su país.

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