Hace 30 años, durante la Guerra de las Malvinas, el teniente argentino Mariano Velasco pilotaba un cazabombardero A-4 Skyhawk. El 25 de mayo, junto a otros dos pilotos, hundió con bombas el destructor británico HMS Coventry, en el que murieron 19 tripulantes y otros 30 fueron heridos. Dos días después, en otra operación contra navíos británicos, su Skyhawk fue alcanzado y destruido por una batería antiaérea del buque de asalto HMS Intrepid que manejaba el inglés Neil Wilkinson, entonces de 22 años. El artillero, el único del bando británico que disparó ese día, vio estallar el avión y concluyó que su piloto no podría haber sobrevivido. Con el paso de los años no sintió júbilo sino dolor. Décadas después se enteró que Velasco logró saltar en paracaídas y salvarse pese a sus heridas. Viajó a Malvinas y luego al hogar de Velasco en Córdoba, donde fue recibido como un viejo amigo. El viaje de Wilkinson fue documentado por la BBC, que lo difundió el lunes 16 de enero en Gran Bretaña. Según consignó el diario bonaerense La Nación, Wilkinson concluyó que "conocerlo en persona (fue) el cierre de un ciclo".