A LO ROBIN HOOD

Que lo sepa el enemigo: mostrar los dedos en V significa que todavía se tiene la capacidad para armar el arco y disparar las flechas. Esta señal impuesta por los arqueros medievales hoy existe con otro significado. Aunque dada la dedicación que pusieron los participantes del Torneo Uruguayo de Arquería Medieval para que el evento fuera tal como una historia de Robin Hood, es probable que se manejaran los mismos códigos.

“Fue un viaje en el tiempo”, dijo Daniel Falcon, instructor de tiro con arco, director del club Ceibo Blanco y promotor de la competencia.

Pero, además de los atuendos súper realistas, cascos metálicos y escudos pintados de madera, le sorprendió otra cosa: el crecimiento que ha tenido la arquería durante la pandemia. Solo en Ceibo Blanco se acercaron más de 100 atletas durante 2020 con fines recreativos o terapéuticos.

Falcon llegó a la arquería de casualidad. Un amigo lo invitó a un curso en el Club Uruguayo de Arquería pero, al final, solo siguió él. “Me encantó, me federé y empecé a competir. Luego hice el curso internacional de entrenador”, contó.

Creó Ceibo Blanco al inicio de la pandemia por coronavirus cuando bajó su actividad laboral (es laboratorista dental) y precisaba “separar la cabeza”; recibió a muchos interesados de San José, Montevideo y Canelones que buscaban lo mismo.

“La arquería (lúdica o competitiva) tiene muchas bondades. La más simple y conocida es liberar el estrés”, señaló el instructor.

Una secuencia de tiro con arco incluye varios pasos: la posición de los pies, la pretensión, la elevación, el anclaje, apuntar al blanco, mantener la tensión y liberar la flecha. La mente tiene que estar enfocada en cada movimiento. Puede resumirse así: el arquero se coloca sobre la línea de tiro, con los pies alineados al ancho de los hombros. Sin hacer tensión, eleva los brazos a la altura de los hombros, dirigiendo la mirada hacia el frente. Cuando decida tirar, aumenta la tensión de la cuerda hacia la barbilla, al mismo tiempo que relajalos dedos, dejando escapar la cuerda de los mismos.

“Si la técnica no es perfecta, no le pegás a nada. Interiorizarla en la línea de tiro hace que sea imposible acordarte de otras cosas. No te acordás ni de pagar la luz ni del problema familiar. Hacés una cosa o la otra”, relató. Practicar durante una hora implica un escape de la rutina.

Del punto de vista físico, la arquería desarrolla y tonifica hombros, espalda y brazos; es decir, refuerza la musculatura dorsal, pectoral y la fuerza de las extremidades. “De la cintura para arriba tonificás todo”, dijo Falcon. Es recomendable para aquellas personas que tienen que hacer higiene de columna.

También moviliza el tren inferior, dado que se debe recorrer el campo varias veces para recoger las flechas.

Falco recomienda la disciplina para aquellos que deban recuperar músculos luego de una fractura.

En Europa, por ejemplo, se la utiliza como terapia para deportistas con fracturas o lesiones en sus miembros inferiores para continuar con el entrenamiento del tronco y control del estrés.

El instructor quiere formar un grupo con mujeres operadas por cáncer de mama, dado que se ha demostrado que la arquería puede beneficiarlas en la rehabilitación. Esto se debe a que la vibración de la cuerda produce una especie de mensaje linfático en los brazos y alivia los posibles linfedemas, una secuela habitual para las personas a las que se les ha extirpado ganglios linfáticos en las axilas.

El director de Ceibo Blanco ha entrenado a niños con déficit de atención e hiperactividad (TDAH) con buenos resultados. Estos mejoraron su capacidad de concentración, no solo en el campo de tiro, sino luego en la escuela.

El Torneo Uruguayo de Arquería Medieval surgió como una actividad lúdica pero se transformó en una competencia formal con atletas federados (en el país hay alrededor de 100) y amateurs.

Había dos reglas: el arco debía ser de madera, ya fuera del tipo largo inglés o longbow (el de Robin Hood) o recurvo (pero no en formato olímpico); y el participante debía ir vestido para la ocasión (Falcon dijo que una modista de San José tuvo mucho trabajo). Así hubo arqueros con diseños templarios, mongoles, persas y vikingos. Cada uno disparaba tres flechas a 12 blancos diferentes que simulaban figuras de animales. La próxima edición será en octubre de 2022.

Medieval o no, Ceibo Blanco invita a todos aquellos que se quieran acercar a la práctica de la arquería. Además de explicarles la técnica de tiro, se realizan pruebas lúdicas con globos o dianas con fuego.