RENZO ROSSELLO / ELENA RISSO
"Mucho", respondió ayer el presidente Tabaré Vázquez cuando le preguntaron qué esperaba de su par argentino. Dos horas después, Néstor Kirchner lo trató de "intransigente". Ante los cortes de ruta, Uruguay pedirá a La Haya medidas cautelares.
Los calificativos gruesos que empleó Kirchner para referirse a Vázquez y al papel de Uruguay en el apoyo a la planta de Botnia no hallaron eco en Montevideo. El canciller Reinaldo Gargano habló de "equilibrio", "moderación" y "tolerancia" para referirse a la actitud del gobierno uruguayo ante el discurso que los medios argentinos calificaron de abiertamente "incendiario".
Asimismo, Gargano descartó que fuera a llamar al embajador acreditado en Buenos Aires, Francisco Bustillo, en reacción ante expresiones que podían entenderse como agraviantes.
Sin embargo, más tarde, fuentes oficiales confirmaron a El País que el gobierno había comenzado a evaluar una medida concreta.
La posibilidad de iniciar las gestiones ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya con el fin de pedir medidas cautelares se discutió entre Presidencia y Cancillería, con visos de concretarla cuanto antes.
En este caso, las medidas que se pedirán a la Corte que adopte son las de obligar a Argentina a levantar el bloqueo por entender que el mismo violenta la ordenanza del 13 de julio, muy específica en cuanto a recomendar que no se generaran hechos que "agravaran el conflicto".
La presencia del canciller brasileño, Celso Amorim, cobró mayor relevancia para el gobierno uruguayo. Si bien oficialmente el representante del gobierno de Lula dijo que su país no intervendrá en el conflicto, en el ámbito diplomático se maneja que Brasilia tomaría un papel más activo en el diferendo. Y que la votación a favor del crédito a Botnia del director brasileño en el Banco Mundial, fue el punto de partida.
"INTRANSIGENTE". Mientras en la Ruta 136 los asambleístas se pertrechan para un bloqueo que no sólo duraría todo el verano, sino que se extendería a los otros dos puentes que conectan a ambos países, Kirchner rompió el hielo oficial que hasta la decisión del Banco Mundial había revestido la Casa Rosada, con controladas filtraciones de funcionarios de segunda línea de la Cancillería argentina, o de la cada vez más cuestionada Secretaria de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable, Romina Picolotti.
El presidente argentino retomó el hilo de su discurso del 5 de mayo en el corsódromo de la ciudad de Gualeguaychú, cuando habló de una confrontación "Norte-Sur", "países ricos-países pobres" para referirse al conflicto que enfrenta cada vez más a las dos naciones del Plata. Fustigó duramente a los diarios argentinos que presentaron la aprobación del Banco Mundial como un nuevo traspié de la política exterior argentina y, de paso, cargó contra el presidente Tabaré Vázquez, al que calificó de "intransigente".
Sólo que esta vez fue en el Salón Sur de la Casa Rosada, donde casualmente lo acompañaba el gobernador de Mendoza, Julio Cobos -un "radical K", como se los llama en Argentina a los tradicionales opositores ahora alineados con el presidente- que fuera uno de los cuatro oradores en el acto del corsódromo.
"Esto no es un partido de fútbol, que se gana o se pierde", cargó encolerizado Kirchner contra la prensa local. En particular, Kirchner descargó su ira contra el columnista de La Nación, Joaquín Morales Solá, que señaló que toda la estrategia argentina fue equivocada
Pero su ataque a la prensa argentina fue, en realidad, un preámbulo para los blancos a los que apuntaba su discurso. "¿Qué estrategia equivocada? Si fuimos y le rogamos al intransigente Presidente uruguayo que por favor discutiéramos de qué forma podíamos correr desde allí a Botnia para que no contamine visualmente y no nos genere la duda de una futura contaminación. Es decir, Botnia dijo que no y evidentemente fue no, sin embargo la respuesta de ENCE fue absolutamente diferente", lanzó.
reacciones. Fuentes del gobierno uruguayo dijeron ayer a El País que en el entorno del presidente Vázquez se evaluó apropiado seguir "sin responder" a las críticas de Kirchner.
La reacción del presidente argentino fue analizada por el gobierno uruguayo como una consecuencia del "duro golpe" que supuso la votación en el Banco Mundial y la repercusión que tuvo en los medios locales.
De todas formas, agregaron los informantes, el hecho de que Kirchner no haya dado señales de que procedería a levantar el bloqueo encendió la luz de alarma. Por esta razón se comenzó a evaluar con el equipo de la Cancillería la posibilidad de acudir a La Haya para pedir la aplicación de medidas cautelares, amparados en la ordenanza del 13 de julio pasado que justamente desestimaba las pedidas por Argentina.
"Uruguay va a apelar a todos los recursos jurídicos en el mundo para que termine el bloqueo", había advertido más temprano el canciller Gargano.
La oposición expresó respaldo a Vázquez
La oposición volvió a dar ayer inequívocas señales de apoyo al presidente Tabaré Vázquez. El titular del Directorio del Partido Nacional, Jorge Larrañaga, le transmitió personalmente a Vázquez su respaldo. Lo había llamado por teléfono apenas difundidas las palabras del presidente Kirchner, pero entonces no lo encontró en su despacho.
Horas más tarde coincidieron en la inauguración de la nueva terminal de pasajeros del Aeropuerto de Carrasco. Allí Larrañaga le transmitió el apoyo del Partido Nacional y le dijo que "a juicio" de los blancos "lo mejor" era que no se diera "ninguna contestación". Vázquez lo invitó a ubicarse a su lado al comenzar el acto.
Poco antes, en rueda de prensa, Larrañaga había dicho: "Los presidentes no pueden tener crispaciones en temas de relaciones internacionales" y agregó "nosotros respaldamos al gobierno y a la institución Presidencia de la República porque es medular hacerlo".
Por su parte, el prosecretario del Partido Colorado, Luis Hierro, expresó en un tenor similar el apoyo de su sector.
Cuando se le pidió opinión sobre el calificativo de "intransigente" usado contra Vázquez, Hierro respondió: "No, el intransigente es el presidente Kirchner, del cual tengo noticias porque hemos tenido que bancar su impaciencia e intromisión ya desde el año 2003. El gobierno uruguayo ha tenido mucha paciencia y tranquilidad, mucha expectativa y no vamos a permitir que el presidente Kirchner, o sus ministros o voceros sigan interviniendo y agrediendo al Uruguay. Ya nos han agredido bastante". Y acotó que lo que tiene que hacer Kirchner, en cambio, es "trancar a los piqueteros".
Negocios fineses en Argentina
La empresa finlandesa Kemira, expande su negocio de químicos para pulpa de celulosa y papel hacia Argentina. Se instalará en Capitán Bermúdez, provincia de Santa Fé donde abastecerá a la planta de Cellulosa Argentina. También han firmado un acuerdo a largo plazo para el suministro de productos químicos usados para el blanqueo de celulosa. Estará en funcionamiento a principios de 2008 con una inversión de 10 millones de euros.
Kirchner: las seis claves del discurso
Una causa nacional
Sostuvo que el conflicto sobre las plantas es una "causa nacional". Y que tanto el gobierno nacional como las provincias así lo han asumido en defensa del medio ambiente. Dijo que los intereses internacionales ven a la región como "basurero" de producción industrial.
Intereses ganadores
Entendió que ganaron los "intereses de Botnia", los de los países centrales y los del Banco Mundial. Dijo que no ganó Uruguay ni perdió Argentina, sino que salió victoriosa Botnia por la presión y fuerza que impuso para sacar adelante su proyecto.
Canal del Beagle
Comparó la situación con la lucha de intereses que Argentina tuvo con el FMI; cuando le tocó defender el tema de los Hielos Continentales; y la disputa por el Canal del Beagle. Dijo que los grandes ganadores en esos temas lo hicieron a costa del interés argentino.
No reprimirá el corte
Anunció que no piensa reprimir a los activistas que están cortando el puente en Gualeguaychú. Dijo que ha desarrollado una estrategia interna que bajó la protesta piquetera en Argentina. De todas formas, pidió a los asambleístas que levanten el bloqueo.
"Intransigente"
Calificó al presidente Tabaré Vázquez de "intransigente". Afirmó que le "rogó" al mandatario uruguayo una discusión para "correr" a Botnia del lugar donde está instalada, para evitar una contaminación industrial y visual. Atacó a Botnia, pero rescató la actitud de ENCE. Críticas a periodistas
Cuestionó al periodista de La Nación, Joaquín Morales Solá, que ayer le dedicó una columna en donde criticó la decisión oficial de enviar una carta al titular del Banco Mundial, Paul Wolfowitz, para pedirle que suspendiera el financiamiento para Botnia.
Escenario para los recursos
Según los Estatutos de la Corte Internacional de Justicia, los países que se amparen en su jurisdicción podrán plantear contenciosos, como es el caso de la demanda interpuesta por Argentina. Pero además, los países sometidos a su jurisdicción podrán pedir medidas cautelares.
En su Artículo 41 el Estatuto de La Haya expresa: "La Corte tendrá facultad para indicar, si considera que las circunstancias así lo exigen, las medidas provisionales que deban tomarse para resguardar los derechos de cada una de las partes. Mientras se pronuncia el fallo, se notificará inmediatamente a las partes y al Consejo de Seguridad las medidas indicadas".
La ordenanza de la Corte del 13 de julio pasado, luego de llamar a los dos países en litigio a cumplir con sus obligaciones en materia de derecho internacional, establece en el numeral 82: "... la Corte insta a ambas Partes a abstenerse de cualquier acción que pueda hacer más difícil la resolución de la presente controversia".
La nota que enojó a Kirchner
"Kirchner no acertó con ninguna estrategia" es el título de la columna que publicó ayer Joaquín Morales Solá en el diario La Nación.
"¿Quién le aconsejó al Presidente que debía firmar una dura carta al Banco Mundial contra el crédito a la empresa Botnia? Sea quien fuere -y ciertamente no se sabe quién fue-, debería estar hoy fuera del Gobierno. No se puede someter a un presidente a semejante desaire, como tampoco se puede seguir colocando al país en el centro de estrategias perdidosas", comienza.
"La estrategia de hacer colapsar los créditos a las papeleras en el Banco Mundial llevaba una dosis no menor de agresividad contra Uruguay. El gobierno argentino no contó ni siquiera con buena información", apunta luego.
"Salvo que el Gobierno se encierre en el círculo de la verdad absoluta, ya es hora de que acepte que no acertó con ninguna estrategia frente al conflicto por las papeleras. Su obstinación fue tan grande que dejó pasar la oportunidad de aprovechar, con miras a un acuerdo, la decisión de la española ENCE de relocalizar su planta fuera de Fray Bentos. La sociedad de Gualeguaychú necesita que un acuerdo entre los dos gobiernos la tranquilice entre tanto tremendismo".