El calentamiento global, el "año del Niño" y la creciente actividad solar, actuando en estrecha complicidad, pueden despistar incluso al más sesudo de los estudiosos del clima.
De ello es consciente el meteorólogo Diego Vázquez Melo, quien ayer emitió un comunicado disculpándose por haber puesto en estado de alerta a la población al anunciar una tormenta de proporciones ciclópeas, que por fortuna no se cumplió.
"Intentando evitar males mayores, me apresuré y me equivoqué", expresó Váz-quez Melo. "Por ello, para aquellos usuarios que me eligieron como meteorólogo de referencia y se inquietaron o tomaron precauciones que resultaron innecesarias, pido públicamente las disculpas del caso", agregó.
El meteorólogo explicó que los profesionales de su rubro enfrentan "un dilema de hierro" a la hora de pronosticar ciertos fenómenos climáticos: "Anunciarlos, y que no ocurran, o no anunciarlos y que ocurran".
En el primer caso, "hay costos de oportunidad involucrados (precauciones que resultan innecesarias); en el segundo hay riesgo de pérdida de vidas humanas y de daños a los bienes materiales. Adviértase que en ambos casos se estaría cometiendo un error, pero los efectos serían más tolerables en el primer caso, que en el segundo", precisó.
Vázquez Melo dejó constancia de que, a medida que se sucedieron los días desde su pronóstico original, tuvo el buen tino de ir ajustando -a la baja- las señales de alerta, pasando de "temporal muy fuerte" (el 3 de agosto) a "vientos fuertes" (6 de agosto), mientras que en la misma tarde del martes 7 solo quedó vigente el pronóstico de "rachas de viento intensas". Que tampoco se cumplieron.