Juan Andrés Ramírez

Juan Andrés Ramírez

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El Frente Amplio, si bien utiliza un lema electoral común, también es una coalición de partidos.
¿Es legítimo seleccionar cuál es el partido que deberá gobernarnos analizando exclusivamente las propuestas a futuro sin revisar su conducta anterior?
En el Frente, muerto Astori, solo Mujica quedó para hablarle claro a la gente y calificó los efectos de la reforma como el “caos”.
Puede verse la notable impericia o, mejor dicho, la malicia, aplicada para redactar un texto constitucional destinado a engañar a los ciudadanos.
Esa forma de prometer y garantizar el oro y el moro -típicamente demagógica- en la realidad de los hechos, no es pasible de ser cumplida.
El Frente Amplio y sus candidatos olvidan que -para ser coherentes- están obligados a presentar no uno, sino dos programas de gobierno.
No salimos de nuestro asombro ante tanta torpeza o irracional inocencia, de los sectores mayoritarios del FA.
Calificamos de “pusilánime” la conducta de aquellos dirigentes frentistas que dan “manos libres” en el plebiscito de la seguridad social.
¿Qué van a hacer ahora los sectores y dirigentes del Frente Amplio que han dicho y son conscientes de que la reforma constitucional provocaría una catástrofe nacional?