La diplomacia no es solo protocolo, reuniones formales y corbatas: también puede sonar a rock and roll. Así lo demostró Antípodas, la banda de rock de Eun-chul Lee, embajador de la República de Coreaen Uruguay, que tuvo su propio concierto el domingo en la Sala Zitarrosa.

Que un embajador se suba a un escenario a rockear puede ser un hecho llamativo en sí mismo, pero el grupo, que lleva dos años juntos, también compartió otras sorpresas en el show. Una fue la del comienzo: una banda especialmente armada para la ocasión que actuó como telonera, conformada por miembros de la Embajada Británica y de la Embajada de Estados Unidos.

“Nuestra banda no es profesional y estamos un poco nerviosos, así que tengan piedad si cometemos algunos errores”, dijo el embajador antes de calzarse la guitarra y que suenen los primeros acordes.

Foto: Estefanía Leal

Con Sabrina en la voz, Eliseo en batería, Matías en teclado, Felipe en bajo y Eun-chul Lee en la guitarra, Antípodas hizo un recorrido por temas variados: El poeta dice la verdad (La trampa), It´s my life (Bon Jovi), Let it be (The Beatles) y Permission to dance (BTS), fueron algunos.

En la lista de canciones estaba Cuando sea grande, del Cuarteto de Nos, y el público celebró cuando vio subir al escenario nada menos que a Roberto Musso, uno de los miembros fundadores de la famosa banda uruguaya. El músico cantó el tema junto a Antípodas y al finalizar confesó estar bastante familiarizado con el K-Pop porque su hija es fanática de este subgénero del pop originario de Corea del Sur. Además, celebró “esta otra dimensión que tiene la diplomacia, de tender puentes y unir pueblos a través de la cultura, la música y el arte”.

Foto: Estefanía Leal

Nadie se esperaba la participación de otra cantante especial, que se llevó todos los aplausos: la embajadora de Estados Unidos en Uruguay, Heide Fulton, subió al escenario a cantar Don´t stop believin´.

Hace dos años, ninguno de ellos se hubiera imaginado que llegarían a dar un espectáculo como el del domingo en la Sala Zitarrosa. La historia de Antípodas comenzó en plena pandemia. El embajador se preparaba para celebrar, como cada año, la fecha patria del 3 de octubre, pero debido a la emergencia sanitaria todo indicaba que no podría hacer mucho más que un discurso virtual. Eso sonaba demasiado aburrido para este diplomático melómano y entonces comenzó a pensar qué alternativa había.

“Siempre había tenido ganas de hacer música con la gente de Uruguay. Se me ocurrió la idea de formar un grupo para tocar en el marco del evento del Día Nacional de Corea y entonces busqué músicos”, contó el embajador.

Foto: Estefanía Leal

Pero todos los posibles integrantes que conocía Eun-chul Lee eran semi profesionales y tenían sus condiciones, pero la idea no era lucrar con el proyecto, por lo que tuvo que rechazarlos. “Casi me di por vencido. Porque la idea no era tener una banda para hacer negocio. Pero entonces hablé con una persona de la iglesia coreana y me sugirió preguntar a los chicos que hacen música allí. Conocí a uno, luego a otro, a un amigo de un amigo. Nos faltaba una cantante y un miembro de la embajada me sugirió a Sabrina, que fue la ganadora de una de las ediciones del festival de K-Pop en Uruguay. Ella aceptó y así se terminó de formar el grupo, hace ya casi dos años”, señaló

Tuvieron dos meses para ensayar y elegir los temas que grabarían para la celebración que se realizaría en octubre. Finalmente, grabaron videos con sus propias versiones de El Poeta dice la verdad y Butter. “Quisimos elegir una canción uruguaya y una coreana”, detalló el embajador.

Desde entonces, hace casi dos años que cada domingo ensayan sin falta: “Después del mediodía empezamos y hay tardes en las que ensayamos hasta cuatro horas”, contó Sabrina.

“La música es el único lenguaje universal”. Matías, el tecladista, recuerda esa frase que hace muchos años le dijo su padre y le quedó grabada para siempre. En ese entonces él era un niño, pero hoy tiene 23 años, es chofer en un reparto, pero alterna su trabajo con esta faceta de músico que es la que lo hace vibrar.

Sabrina, que estudia en la Facultad de Arte y también actuación, es la más joven del grupo. Tiene 20 años y desde chiquita le gusta la música: “Siempre fue algo que me distrajo, que me hizo feliz. En la pandemia me acerqué al K-Pop porque hubo muchas competencias y ahí conocí mucha gente, y muchos de ellos son de las amistades más fuertes que tengo hoy en día”, sostuvo.

Foto: Estefanía Leal

Para el resto de los integrantes la música también es sinónimo de unión: Felipe, que comenzó a estudiar música a los 6 años y hoy con 25 es el bajista de Antípodas, es estudiante en la Facultad de Humanidades y en la música encuentra una forma de vida. Eliseo, de 29 años, trabaja en una empresa de soda y en la batería encontró la forma de desplegar su talento. Antes de integrar Antípodas estuvo en otras bandas de metal y de punk rock. “Para mí la música lo es todo, y me gusta que en este grupo hagamos temas que abarcan varias generaciones, porque tocamos desde K-Pop, temas de Guns N’ Roses, Buitres. Y eso es algo que nos une”, dijo.

Eun-chul Lee, de 59 años, es el guitarrista y combina la diplomacia con el rock and roll sin ningún problema: “Soy fanático de la música, toco la guitarra desde la adolescencia pero hace unos 8 años empecé a aprender y a tocar de manera más consistente. La música es esencial, no imaginamos la vida sin música. Con Antípodas también traemos un intercambio cultural que muestra nuestra diversidad, porque tocamos temas coreanos, uruguayos. Había muchos de Uruguay que yo no conocía pero aprendí y me encantan”, dijo el embajador, que resaltó ser seguidor de varias bandas locales, entre otras de El cuarteto de Nos y La trampa.