Elboom de la cerveza artesanaldejó varias cosas tras disiparse. Una de las más importantes, tal vez, es una mayor cultura cervecera. Antes de dicho auge, la cultura cervecera no iba más allá de rubia, negra, importada o nacional. Ahora, términos como IPA, lager, APA y otros ya no resultan marcianos. Esa ampliación de conocimiento estaba íntimamente ligada a un fenómeno posiblemente aún más importante: hacer la cerveza uno mismo.
En vez de seguir bebiendo la cerveza “industrial”, que presentaba muy poca variedad de sabor, algunos y algunas entusiastas se compraron unos equipos de DIY (por Do It Yourself, o “Hazlo tú mismo”) y empezaron a cocinar sus propias cervezas. Y de ese grupo se desprendieron dos corrientes: aquellos con un espíritu más comercial apostaron por crear sus propias marcas y colocar sus cervezas en tiendas, supermercados y boliches.
Otros, en tanto, priorizaron lo exclusivamente artesanal y casero y siguieron cocinando cerveza, solo que para el consumo propio y el de su círculo de amistades y conocidos. Este último grupo de cerveceros caseros y artesanales sin aspiraciones comerciales se organizó el Club de Cerveceros Caseros del Uruguay (CCcUy), y una de las actividades que año a año llevan a cabo es la preparación de una partida de cerveza “solidaria”. La cocinan, envasan y venden para recaudar fondos para una organización que, voto mediante, eligen para apoyar. La organización a la que el club apoyará este año es Manos de héroes.
En la séptima edición de la cerveza solidaria, los muchachos del club se fueron a una cervecería de San José —llamada Zafar— para preparar la bebida porque cuando se quiere cocinar una partida grande, el galpón de casa no siempre alcanza. “Calculamos que haremos aproximadamente 1.000 litros”, cuenta Fabián Bertoglio, actual tesorero del club, que en la actualidad tiene aproximadamente 200 socios.
“A esta altura, es una tradición nuestra porque esta acción ya va por su séptimo año”, continúa Bertoglio y aclara que no fueron años consecutivos porque hubo que parar forzosamente debido a la pandemia.
El tipo de cerveza elegido para esta edición de la acción solidaria es german pils. “Como su nombre denota, es típica de Alemania y es de la ‘familia’ de cervezas lager y tiene bastante lúpulo, pero sin llegar a ser una IPA”, explica el tesorero del club.
De acuerdo a lo que expone, la cantidad de lúpulo es lo que determina si es una IPA (por Indian Pale Ale) o no. En años anteriores, el club ha hecho tiradas solidarias de IPA y hasta incluso Doble IPA. Pero esa variante es una suerte de parteaguas entre quienes gustan de beber cerveza. Con un sabor marcado y contundente, las IPA rápidamente se convirtieron en favoritas de quienes se subieron al carro del boom de la cerveza artesanal, justamente por su gusto, amargo y actitud de imponerse en el paladar. Pero aquellos con paladares menos resistentes a los sabores fuertes encuentran a las IPA algo invasivas.
“El público que toma mucha cerveza, la prefiere”, comente Bertoglio y agrega: “Pero hay otro tipo de público, más acostumbrado a la cerveza comercial, que la encuentra un poco fuerte en cuanto a sabor. Entonces, quisimos hacer algo que estuviera a medio camino entre esos polos. Una cerveza con personalidad, pero fácil de tomar”.
El lanzamiento de la nueva cerveza solidaria será en estos días -no está definida la fecha aún, pero lo más probable es que la edición empiece a venderse antes del 15 de noviembre- y vendrá en latas de medio litro a $ 200 cada una, con el precio marcado en la lata para dificultar reventas.
Todo lo recaudado irá para la fundación Manos de héroes, que se especializa en fabricar -impresión en 3D mediante- prótesis de manos o brazos en particular para niños que por diversas razones han sido amputados de esas extremidades. El trabajo de la fundación puede consultarse en su web, donde también hay información sobre la posibilidad de hacer donaciones para contribuir a esa causa.