Por Mamás reales*
Cada vez existen más pruebas sobre la importancia del descanso para la salud. Cuando dormimos bien liberamos toxinas que se acumulan durante el día, los aprendizajes se sellan y tendemos a un mejor humor.
El buen sueño afecta nuestro bienestar y el de la familia porque los estados emocionales de los adultos se sincronizan con los de los pequeños, y viceversa. En gran parte, por eso mismo es que se estudia tanto el tema.
Hoy sabemos, gracias a esos estudios, que el sueño de los más chiquitos es intermitente y que más que entrenarlos a que duerman bien debemos aprender a acompañarlos en este proceso natural para ayudarlos (y ayudarnos a nosotros mismos) a descansar.
Conocer acerca del sueño en las distintas etapas del desarrollo colabora en que tengamos expectativas más ajustadas a la realidad. A veces creemos que nuestro hijo duerme mal cuando en realidad está durmiendo exactamente como debe hacerlo acorde a la etapa de desarrollo en la que se encuentra.
Si bien no podemos enseñar a dormir sí podemos colaborar para que la ida a la cama sea lo más amigable posible e invite al buen descanso.
Por ello, te compartimos algunas sugerencias de expertos y científicos que observaron más de 300 mil sesiones de sueño en bebés e identificaron la importancia de algunos rituales que resultan efectivos a la hora de inducir el sueño.
- Mientras más podamos anticiparles la hora del sueño, siendo predecibles en las rutinas y en los comportamientos, los bebés y niños mejor logran adaptar su conducta al descanso y menos se rehúsan.
- Brindar un baño caliente y con rico aroma ayuda a relajar al bebé y, por ende, induce su predisposición al sueño. Esta rutina multisensorial es muy efectiva.
- Dar un masaje relajante ayuda a reconocer y responder al lenguaje corporal de tu bebé, además de hacerlo sentir seguro. El contacto piel con piel favorece la desaparición del estrés, estado ideal que bebés y adultos necesitan para rendirse a Morfeo.
- Es fundamental compartir un momento de conexión previo a dormir. Conexión y calma pueden lograrse a través de cantos o lecturas según la edad del niño. Está probado que las canciones de cuna distienden, conectan y elevan la oxitocina, hormona del vínculo y la confianza. Un niño que se siente seguro no tendrá tantos reparos para dormir como uno que se siente inseguro y con miedo.
- Los niños deben acostarse en el mismo sitio donde vayan a despertarse. En general ocurren durante la noche pequeños despertares y si el niño no reconoce el lugar donde los tiene (, por ejemplo porque se durmió en brazos y luego lo llevamos a la cuna)con seguridad sentirá miedo y angustia.
Poné en práctica estos consejos y contá con Mamás Reales para sostener y apoyar si sos de las que les toca dormir poco y cortado.
* Mamás reales es el blog sobre maternidad que impulsan Carolina Anastasiadis y Federica Cash.