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¿Cuál es la temperatura ideal para disfrutar de un vino blanco?

Eduardo Lanza, nuestro experto en vinos, comparte algunas recomendaciones y aconseja: blancos, rosados y espumosos deben servirse fríos.

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Por Eduardo Lanza

¿Por qué se enfrían los vinos blancos? ¿Cuál es la mejor temperatura para beber cada tipo vino? Cuando se trata de beber cerveza, refrescos o agua mineral, no aparecen estas interrogantes, todos sabemos que se enfrían antes de su consumo.

La mayoría de las bebidas se consumen frías, el vino blanco, el rosado y los espumosos no son la excepción. En general, los dos primeros deben servirse recién sacados de la heladera, a unos 10 °C. A los espumosos, debido a su mayor acidez, conviene enfriarlos en un balde de hielo y llevarlos a 5 °C (así retienen más tiempo las burbujas que los hacen tan atractivos).

Para ajustar la temperatura de los vinos a su punto óptimo de frío hay tres métodos: la heladera, el balde de hielo o el freezer. El tiempo requerido variará en cada caso y no puede establecerse a priori.

Qué pasa con los tintos

Sus taninos no reaccionan bien con el frío. A temperatura ambiente -a unos 20 °C- estas sustancias producen una sensación ligera de sequedad o astringencia, que forma parte de su ADN y que las conocemos y las aceptamos. Pero al enfriarlos, esas aristas se intensifican a nivel del paladar y la lengua y no permiten disfrutarlos como es debido. Blancos, rosados y espumosos, por carecer de taninos, pueden enfriarse y así lo hacemos.

Sin embargo, cuando los tintos se sirven a más de 25 °C, la presencia del alcohol genera una sensación cálida en la boca, que no es agradable. En días calurosos, es conveniente refrescar los tintos para que lleguen a esa temperatura. En general, se recomienda que llevarlos a la mesa entre los 18 °C y los 20 °C. Los tintos jóvenes, más amables y carentes de taninos, pueden servirse en el entorno de los 15 °C.

Un ejemplo muy conocido para los uruguayos, sirve bien para aclarar este asunto de las sensaciones en boca, es el whisky. Salvo contadas ocasiones, casi siempre se sirve con hielo y no sólo para enfriarlo, también para diluir el alcohol y que resulte más placentero.

Hay excepciones. En Europa Central durante el invierno, con temperaturas por debajo de 0 °C, se acostumbra a calentar el vino tinto. Además, lo mezclan con canela y alguna fruta o se le agrega una pizca de vodka u otro destilado. En materia de gustos y costumbres: todo es relativo.

Conocé a nuestro columnista

Eduardo Lanza

Eduardo Lanza

Es Ingeniero químico y experto en vinos. Su pasión lo ha llevado a visitar terruños, descubrir cepas y probar las más variadas etiquetas.

Es fundador de Catadores . Escribe y enseña con el mismo placer que degusta un vino desde hace más de 25 años.

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