El Tiempo / GDA
Al llegar a la etapa de la jubilación son muchas las personas que eligen cambiar su lugar de residencia y cumplir aquellos sueños que tuvieron durante los años de actividad laboral y no pudieron cumplir. Incluso, la opción de emigrar es una chance que se suele considerar, tanto para ir en busca de un nuevo hogar, como para viajar y conocer diversos lugares en el mundo.

Para tomar la decisión de dejar a su país natal a un lado, debe tener en cuenta ciertos aspectos como la seguridad, el bienestar económico, la esperanza de vida, el bienestar psicológico, la vivienda y la facilidad de crear nuevos vínculos sociales.

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Su nuevo destino dependerá de sus gustos personales: si desea vivir en un lugar tropical, con estaciones, el dinero con el que dispone para adquirir una nueva vivienda, si viaja solo o con su familia. Por esto le traemos algunos de los países que puede tener como una opción.

La encuestadora Gallup de la Universidad de Oxford se propuso analizar las características de cada país y determinó que el mejor lugar para vivir después de los 60 años es Dinamarca.

Fue elegido por su igualdad social, la calidad de vida que le ofrece a sus habitantes, puesto que tiene un sistema de educación y atención médica gratuita, sistemas pensionales, ofertas laborales, los bajos índices de corrupción, la generosidad de los habitantes, los pocos casos de criminalidad y sus altos estándares de seguridad.

La organización británica HelpAge International considera que entre los cinco mejores países para pasar la vejez están Noruega, Suecia, Suiza, Canadá y Alemania, los cuales están seguidos de Japón.

Mientras que la peor nación para que una persona jubilada pase el resto de su vida es Afganistán. Los otros cuatro lugares a los que no se recomienda que las personas de más de 60 años vivan son: Mozambique, Gaza y Cisjordania, y Malawi.

Entre los países latinoamericanos que suelen elegir para el mismo objetivo se encuentran Panamá, por su clima primaveral, específicamente en el Boquete y Coronado Beach, debido a sus costos de vida y cultura solidaria.