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Enoturismo en Paysandú: esta es la historia de una de las bodegas más antiguas de Uruguay

La bodega Falcone es una de las más antiguas del país y recibió un fondo del Ministerio de Turismo para mejorar sus instalaciones, conservando la infraestructura original que tiene más de 100 años, enfocándose en el enoturismo.

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Leonardo y su hija Carolina, de la bodega Falcone.
Foto: Rosana Decima

Por Rosana Decima

Paysandú apuesta al crecimiento de su turismo enológico de la mano de una de las bodegas más antiguas de Uruguay: la de la familia Falcone, que comenzó su historia en 1886.

La sanducera fue una de las cuatro bodegas que el año pasado recibió por parte del Ministerio de Turismo el primer Fondo Concursable para el Desarrollo del Enoturismo. El objetivo de esta ayuda es apoyar la creación y fortalecimiento de los servicios, aportando al destinoun mayor grado de atracción, aumento del tiempo de permanencia y del gasto turístico en el territorio.

La enóloga Carolina Falcone, cuarta generación al frente de la bodega que recientemente ganó Medalla de Oro en París con su tannat “Abuelo Domingo 2022”, explicó que desde hace algunos años tienen abiertas sus puertas para los enoturistas, pero que ahora con este fondo están poniendo en marcha una mejora en sus instalaciones.

Su hija Paula, quinta generación -que aunque está por recibirse de arquitecta ya perfila para seguir trabajando con la bodega familiar-, fue quien le dio la idea de enfocarse en el enoturismo y desde 2020 vienen pensando en este proyecto con el que concursaron y para el que finalmente recibieron el fondo.

La enóloga, de 49 años y con 29 vendimias encima, explicó que la idea es compartir “nuestra gran historia”, integrando una degustación de los vinos, junto a una renovación de la estructura física, que es la casona y que se mantendrá en su formato original.

Leonardo Falcone y su esposa, Rosa Cecilia, en el viñedo.
Foto: Bodega Falcone

Las visitas se realizan en grupos reducidos y los anfitriones tienen la prioridad de hacerlos sentir como en casa: recorridos por el viñedo, cuentos, vinos, alguna picada, si hace frío hasta estufa a leña. Carolina detalló que las propuestas son pensadas “a medida”, si prefieren un recorrido corto o de mayor duración, depende del visitante.

El sábado 25 de marzo se realizó en sus instalaciones el encuentro “Una noche en la bodega”, en el marco del Mes de la Tradición, también como cierre de la vendimia y para anunciar oficialmente las obras que se harán con el fondo que obtuvieron. En medio de música, risas, platos tradicionales como una cazuela criolla y otras preparaciones innovadoras como alfajores de tannat, contaron que en mayo comienzan las obras para restaurar la casona y cuando finalicen tendrán más espacios para disfrutar.

Mil historias por contar.

Carolina recorre el viñedo junto a su padre Leonardo, hoy de 77 años, y trata de seguir un orden cronológico al contar la historia familiar a los visitantes, pero los recuerdos van y vienen y se emociona con detalles que de a ratos protagonizan el relato: repasa su infancia corriendo por esas mismas tierras, y de tanto en tanto surge algún cuento.

En su memoria lleva, por ejemplo, la época en la que siendo una niña pequeña estaba convencida de hacer un gran aporte en zafra: “Con otros gurises de la familia y vecinos, íbamos con un caballo blanco que teníamos, y realmente en ese momento yo pensaba que ayudaba, que hacía a la vendimia, porque el caballo llevaba una rastra y cuando ya tenía las uvas nosotros le decíamos ´vamos´ y el animal, que hoy sé que hacía el camino de memoria, la llevaba a la bodega, y nosotros íbamos caminando al lado como si fuéramos guiándolo”.

Bodega Falcone.
Foto: Bodega Falcone

La historia comenzó cuando en 1886 Domingo Falcone Ruggiero y su hermano José, inmigrantes italianos, llegaron a Uruguay y se radicaron en el departamento de Paysandú. En aquel entonces compraron un predio en Puntas de Curtiembre, donde aún hoy se encuentra la bodega y el antiguo viñedo familiar.

Retomaron el cultivo de la vid y la elaboración artesanal de vinos, como lo habían hecho en su tierra natal. Domingo se casó con Concepción Caporale Manzolillo y tuvieron doce hijos. En esos años plantó los viñedos, construyó la casa y la pequeña bodega familiar en forma artesanal. Actualmente, es la casona que se puede visitar ya que se conserva y es la que se va a reacondicionar, manteniendo la estructura original, para la comodidad de los visitantes.

El menor de los hijos de Domingo y Concepción, Armando, fue quien siguió con la labor en el mundo del vino y con el tiempo lo transmitió a sus propios hijos, nietos y bisnietos. Fue Leonardo, su único hijo varón, trabajó para poder incrementar la superficie de viñedos, incorporando nuevos sistemas de conducción y sumando variedades de alto valor enológico.

Hoy la tercera y cuarta generación, con su hija, Carolina, continúa con este camino de crecimiento.

Enoturismo en Paysandú.

Paysandú “fue un verdadero descubrimiento” para el turismo enológico uruguayo, principalmente con la labor que viene realizando la bodega familiar Falcone, dijo Alejandra Cabrera, responsable del programa Enoturismo del Ministerio de Turismo.

Cabrera explicó que desde la cartera trabajan el producto enoturístico desde lo territorial: “lo vemos como una herramienta de desarrollo territorial y la puesta en valor del patrimonio cultural gastronómico. Es clave la actividad turística que involucra a las bodegas y a la producción de la uva”.

José Manuel Galván, director de Turismo, quien también estuvo presente en el evento “Una noche en la bodega” junto al intendente sanducero Nicolás Olivera, señaló que el enoturismo fue una actividad clave durante y luego de la pandemia y que particularmente la bodega Falcone siempre estuvo abierta a este tipo de propuestas, en este caso con el evento del último fin de semana de marzo, de la mano del Observatorio Gastronómico local.

Galván destacó que el departamento no tiene demasiado desarrollado el enoturismo y justamente por ese motivo “hay que seguir profundizando en actividades de este tipo”.

Identidad a través de los sabores y la cultura.

El objetivo del Observatorio Gastronómico de Paysandú, creado en 2022, es potenciar la identidad gastronómica y cultural sanducera a través de instancias que permitan conocer productos y platos locales, yendo más allá de una mera degustación, y enfocándose en conocer la historia de eso que se está consumiendo, saber de dónde viene, cómo se hizo, por qué el cocinero lo preparó de la manera y más.

Antonella Goyeneche, directora de Desarrollo Productivo de la Intendencia sanducera y del observatorio, dijo que “es un orgullo” que el departamento se incorpore al programa de enoturismo nacional de la mano de la bodega Falcone, que si bien ya viene recibiendo visitas desde hace algunos años, ahora con el apoyo del Ministerio de Turismo podrá mejorar la infraestructura de la casona original.

Goyeneche destacó el intenso trabajo que realizaron varias direcciones de la intendencia, así como la familia Falcone y el Ministerio de Turismo para poder realizar este evento, en el marco del Mes de la Tradición Criolla y como cierre de la vendimia. Además, la sanducera agregó que “es un privilegio contar con una bodega como ésta, que tiene buenos vinos, muchas historias para contar, una larga tradición familiar y toda una comunidad que la apoya”.

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