GASTRONOMÍA

Flat white, espresso, cold brew, latte: una guía para saber cómo pedir cafés de especialidad

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Taza de café.

Por Rosana Decima

Las cartas de las cafeteríasde especialidad cada vez suman más renglones y a veces hay confusión por la variedad que ofrecen. Flat white, cold brew, espresso tonic, latte, moca (también moka, mocha o mocca).

Si bien la cultura cafetera uruguaya viene en ascenso, no está de más repasar algunos conceptos que oficien de guía a la hora de pedir café. ¿Qué diferencia hay entre un flat white y un latte? ¿Y entre un americano y un espresso? ¿Qué me dan si pido un “café con leche”? La barista uruguaya Dahiana Andino, fundadora de Soy Café, responde a estas y otras preguntas.

Toda bebida que prepare un barista parte de un espresso: el americano, por ejemplo, es una base de agua con un shot de espresso, o dos, según gusto del consumidor.

Una combinación que hoy los uruguayos se están animando a probar es el espresso tonic, bebida fría hecha con café y agua tónica.

A lo que en el Río de la Plata conocemos como “café con leche” es el que se hace con las mismas cantidades de café que de leche.

El flat white, por su parte, es un poquito más rebuscado que solamente esa mezcla: “Se hace con dos medidas de ristrettos (más chico y más intenso que un espresso), y con leche que tiene apenas una microespuma. Es más pequeño que un café con leche y al tener dos shots tiene más cafeína”, explicó Andino.

Uno de los más pedidos es el cortado, con un 75% u 80% de café, el resto de leche y una microespuma. También está el macchiato (en italiano “manchado”) que es un espresso con apenas una o dos cucharaditas de espuma de leche. En el otro extremo, el latte, con mayor proporción de leche que café.

El clásico capuccino viene “con la leche encremada y el espresso que hace un juego de balances”, señaló la barista, y agregó que está muy de moda el capuccino italiano que se sirve con arte latte (cuando dibujan figuras sobre un café), que necesita una leche texturizada para poder formar el dibujo.

Otro que gana adeptos es el cold brew, mucho más que café frío: “Es un macerado que tiene más cafeína porque está en contacto con el agua varias horas, a veces más de 20, y eso da como resultado otra bebida diferente”, explicó la barista.

Por último: agregar o no azúcar, más allá de gustos, es más una cuestión relacionada a historia y cultura: “Antes el café que se servía era el glaseado, un café tostado con agregado de azúcar, amargo. El café de calidad no tiene ese amargor y en realidad no necesita azúcar agregada”, explicó Andino.

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