CANELONES

La historia de un salvadoreño que empezó de cero en Uruguay y hoy tiene una cafetería en Atlántida

Cuando llegó a Uruguay no tenía más que una simple cafetera italiana, pero ella fue la que lo incentivó a soñar con tener su propio negocio. Trabajó haciendo podas, pinturas, fue mozo, hasta que logró inaugurar su cafetería.

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Sergio, de Kaly Café.
Sergio, de Kaly Café.
Foto: Kaly Café

Por Rosana Decima

Cojutepeque lo vio nacer. En ese lugar de Centroamérica, Sergio Flores fue un niño que jugó, estudió, soñó y fue descubriendo la vida, esa vida que para todos, sin excepción, viene con cosas hermosas y otras no tanto. Entre las contras que se le presentaron a ese joven en el que se transformó con el paso de los años, estaba la violenta realidad que predominaba en su país. Entonces, debió tomar la decisión de buscar un destino para vivir mejor.

Hoy Sergio tiene 25 años y hace cuatro que vive en Atlántida, Uruguay. Llegó solo con una valija y con varios sueños en la cabeza, por los que trabajó. Al llegar, solo contaba con una cafetera italiana, actualmente es dueño de una cafetería en el balneario canario.

Así comenzó el sueño: empezando de cero.

En 2019 Sergio llegó a Uruguay: “Mi padre, que es escritor, había estado en Punta del Este en 2016 cuando ganó un concurso de literatura. Volvió en 2018 porque fue juez en el mismo certámen, y ya planeaba quedarse, porque en El Salvador había mucha violencia. Entonces decidimos venirnos, él, mi madrastra y mis tres hermanos menores”, recordó.

Su padre tenía amigos en Uruguay y uno de ellos, que vivía en Atlántida, se ofreció a alojarlos. Los primeros meses estuvieron en su casa y como buen anfitrión también les presentó el balneario y otras partes del país.

En El Salvador, Sergio había comenzado a estudiar Administración de Empresas y trabajaba en dos cafeterías: “En una entre semana y en otra los fines de semana, no sé cómo me daba el tiempo”, recordó.

Al mudarse a Uruguay, comenzó de cero y tomó todo tipo de trabajos: hizo podas, pintura, limpiezas, colocó calefones, fue mozo. Estando en la casa del amigo de su padre se encontró una cafetera italiana y volvió a encenderse la chispa del sueño de tener su propio negocio, específicamente quería crear una cafetería.

Kaly Café.
Foto: Kaly Café

“No tenía más nada que esa cafetera. Pero con todos los suelditos que iba juntando me fui comprando cosas con la idea clara de poner mi cafetería. Un compraba día cubiertos, otro trazas, y así. Pasaron unos dos años y la tenía casi armada en casa, solo me faltaba el lugar. Pude juntar plata para el alquiler, el depósito y demás y nació Kaly Café”.

Un uruguayo más.

Sergio detalló que desde su llegada al país los uruguayos lo hicieron sentir como en casa: “Estoy muy agradecido, desde el primer día fueron todos muy solidarios”.

En este tiempo recorrió varios puntos de Uruguay y la capital también le gustó: “Me encanta recorrer la ciudad con libertad, es algo que en El Salvador no podía. Conocí bastante en bicicleta, es una gran calidad de vida. Eso y la calidad humana es lo más importante”.

El frío es una de las cosas a las que debió acostumbrarse, ya que en su país el clima es más templado, pero es algo que solicionó con buenos abrigos. “Hice muchos amigos y sé que están para lo que sea”, señaló. “Disfruto mucho de la playa, los paisajes, me encanta Uruguay y me enamoré de su comida”, contó.

El asado fue su primer amor, pero al tiempo llegó otro de los platos nacionales: “Hacía unos meses que estábamos acá y un día fuimos con mi padre a un carrito y pedimos chivito. Lo probé y dije: ´Si ya me gustaba Uruguay, ahora lo amo´”, recordó entre risas. El salvadoreño, además, toma mate: “Me regalaron un mate para mi cumpleaños, y aunque por estar todo el día en la cafetería tomo mucho café, a veces me lo preparo, me gusta”, señaló.

Formas de preparar un buen café.

Kaly, la cafetería del salvadoreño, está ubicada en el centro de Atlántida, Canelones, y el menú se mantiene a lo largo del día con propuestas tanto para desayuno, almuerzos y meriendas. Trabajan con un café colombiano, que es tostado de forma natural en Uruguay por Los Araucanos. “Ellos lo tuestan en un horno a leña que tiene más de 100 años y esa forma natural que tienen de hacerlo se nota cuando uno prueba el café, que es más rico”, contó Sergio. En cuanto a las opciones que sirve, detalló: “Me gusta jugar mucho con las recetas, así que más allá del clásico capuccino o cortado que todo el mundo conoce y suele pedir, preparo mucho otros como por ejemplo el café vietnamita, que lleva huevo, leche condensada, y ahora gusta mucho. También hago café caribeño que es con ron, irlandés con whisky, en verano hago muchos cafés fríos”.

Kaly Café.
Foto: Kaly Café

Dentro de la carta hay opciones dulces y saladas, aunque el emprendedor destacó como punto fuerte las primeras, que él mismo prepara: tiramisú, cheescake, lemon pie, crumble de manzana, brownies, son algunas de ellas. En el espacio también realizan a veces distintas actividades, como talleres literarios, presentaciones de libros y distintos encuentros.

Están en Calle 22, entre la 3 y la 11, en Atlántida. Abren todos los días de 10 a 22 horas y su Instagram es @cafekaly.

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