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La mala calidad de sueño está relacionada con el deterioro cognitivo a mediana edad, según un estudio

La investigación, publicada en la revista médica Neurology, vinculó la llamada fragmentación del sueño —aunque no la cantidad de horas dormidas— con el desarrollo de problemas de memoria y cognición.

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Una mujer durmiendo.
Una mujer durmiendo.

Redacción El País
Un estudio publicado este miércoles 3 de enero en la revista Neurology sugiere que las personas que experimentan una mala calidad de sueño en sus treintas y cuarentas años podrían ser más propensas a desarrollar problemas de memoria y de cognición una década más tarde.

Los investigadores encontraron que aquellos con el sueño más interrumpido en la adultez temprana (en sus treintas y cuarentas) tenían más del doble de probabilidades de mostrar un rendimiento cognitivo deficiente al ser evaluados en la mediana edad, en comparación con aquellos que gozaron de un sueño reparador.

En contraste, no se descubrió una relación entre la cantidad total de sueño obtenido y la función cerebral en la mediana edad. Yue Leng, profesora asociada de psiquiatría de la Universidad de California en San Francisco, y autora principal del estudio, afirmó: "Nuestros hallazgos indican que la calidad del sueño es más importante que la cantidad para la salud cognitiva en la mediana edad".

Para la investigación, Leng y su equipo reclutaron 526 personas con una edad promedio de 40 años y los siguieron durante 11 años. Al inicio, los participantes utilizaron un monitor de actividad de muñeca durante tres noches consecutivas para evaluar su duración y calidad de sueño. Realizaron esta prueba dos veces, con aproximadamente un año de diferencia, con el fin de proporcionar una evaluación equitativa de sus patrones de sueño.

El enfoque principal del estudio fue la fragmentación del sueño, que se refiere a cortas interrupciones del sueño repetitivas, monitoreando los momentos en que una persona se movía inquietamente por un minuto o menos mientras dormía. Alrededor del 46% de los participantes reportaron tener un sueño de mala calidad en un diario de sueño proporcionado.

Una década después, se solicitó a los mismos participantes completar pruebas destinadas a medir su memoria y salud cerebral. De las 175 personas con el sueño más alterado, 44 tuvieron un rendimiento bajo en los test 10 años más tarde. En contraste, solo 10 de 176 personas con el sueño menos interrumpido mostraron un rendimiento deficiente en las pruebas de seguimiento.

Leng sugiere que se necesita más investigación para comprender mejor la relación entre las perturbaciones del sueño y la cognición en diferentes etapas de la vida, y para determinar si existen períodos críticos en los que el sueño está más fuertemente asociado con la cognición. Estudios futuros podrían abrir nuevas oportunidades para la prevención de enfermedades como el alzhéimer más adelante en la vida.

Los investigadores advierten, sin embargo, que se trata de un estudio observacional y que, de esta forma, no establece una causa directa entre el sueño interrumpido y el declive cognitivo.

Este contenido fue hecho con la asistencia de inteligencia artificial y verificado por un periodista de El País.

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