Qué hacer en Iguazú: desde las cataratas hasta la selva, un viaje entre naturaleza, vida silvestre y gastronomía local

Iguazú invita a un viaje desde las majestuosas cataratas, pasando por la selva paranaense y la vida silvestre, hasta una gastronomía marcada por tradiciones de tres países.

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Cataratas del Iguazú. Foto: Rosana Decima
Cataratas del Iguazú. Foto: Rosana Decima

Apenas salís del aeropuerto de Iguazú (Misiones, Argentina), un verde profundo y alto enmarca la ruta y los carteles dan la bienvenida a un mundo donde la velocidad y el andar se miden por la vida silvestre. “Cuidado, cruce de animales”, advierten las señales que exhiben figuras como tapires, yaguaretés, pumas o pecaríes.

Es un avance de lo que se viene: árboles altísimos que esconden en sus copas a tucanes, monos y una variedad de especies. Es común que los visitantes se sorprendan al verse rodeados de mariposas de colores que acompañan el camino.

No hay dudas de que el gran atractivo del lugar son las cataratas, que entre el rugido del agua y la inmensidad de la caída envuelven en una sensación de asombro difícil de describir. Otra cosa que no dejará dudas esta nota, es que Iguazú es un destino con propuestas variadas que van más allá de este majestuoso regalo de la naturaleza.

Un compromiso con el medioambiente.

Las Cataratas de Iguazú son una de las maravillas naturales más impresionantes del mundo, pero también simbolizan un esfuerzo por preservar el medioambiente. Las fronteras, en este sentido, se difuminan, ya que Argentina, Brasil y Paraguay trabajan juntos en la conservación de la selva paranaense, basados en el compromiso con el cuidado del planeta.

Iguazú. Foto: Rosana Decima
Iguazú. Foto: Rosana Decima

Este compromiso involucra desde operadores turísticos hasta visitantes. Por ejemplo, una de las aerolíneas que llega al lugar es JetSMART, que viene al caso con el destino, ya que se destaca por su enfoque en el cuidado medioambiental. No solo separan los residuos a bordo para su reciclaje, sino que tomaron medidas como eliminar los bautismos inaugurales de sus aviones, costumbre de la industria aerocomercial que implica el gasto de unos 11.000 litros de agua.

En la cola de cada uno de sus aviones, la imagen de un animal advierte que esa especie está en peligro de extinción o que requiere cuidados especiales, recordando la importancia de conservar nuestro entorno. Así, en el aeropuerto de Carrasco, es común ver aviones con imágenes del yaguareté o Martín Pescador.

Una vez arribado a Iguazú, la conciencia ambiental se extiende a todos los aspectos de la estancia.

Iguazú. Foto: Rosana Decima
Iguazú. Foto: Rosana Decima

La mayoría de los hoteles, por ejemplo, promueve prácticas sustentables que van desde la recepción hasta las cocinas, con cartelería en todos los espacios que invitan a los huéspedes a ser partícipes de ese cuidado.

Cataratas, una de las Siete Maravillas Naturales del Mundo.

Las Cataratas del Iguazú están compuestas por 275 saltos y el 80% se ubican del lado argentino, en el Parque Nacional Iguazú. El más alto y de mayor caudal es la Garganta del Diablo, con una altura de 80 metros y una majestuosidad que puede disfrutarse a solo 50 metros desde la pasarela. Imposible no empaparse con el agua que así como cae, vuelve hacia arriba. Aunque muchos usan capas impermeables o paraguas, en un momento nada importa y el contacto con la inmensidad de esta maravilla es el que manda.

Cataratas del Iguazú. Foto: Rosana Decima
Cataratas del Iguazú. Foto: Rosana Decima

Dentro del circuito hay varias propuestas. Una es hacer el paseo inferior que incluye senderos y miradores con rincones de ensueño como el que regala el salto Bossetti o el Dos Hermanas.

Otro, el denominado paseo superior, es ideal para apreciar desde un enfoque diferente del salto Chico y otros que ofician como preludio de la Garganta del Diablo.

Los recorridos pueden realizarse por cuenta propia, pero siempre será mejor hacerlos junto a un guía. Los tickets pueden comprarse en el lugar, pero es recomendable sacarlos con anticipación.

Lo ideal para hacer ambos circuitos es tomar en dos días, ya que hay otras atracciones imperdibles, como “La gran aventura”, una excursión en bote solo apta para amantes de la adrenalina, que llega a los pies de las cataratas y regala un baño inolvidable, de pies a cabeza, bajo el agua de los saltos.

Iguazú es un destino para grandes y chicos, para visitar en cualquier época del año. Más allá de las cataratas, la selva y la fauna, el lugar enseña una lección fundamental: la importancia de respetar y cuidar el medioambiente para seguir disfrutando de bellezas como esta.

No importa si te encontrás del lado argentino o brasileño; las Cataratas del Iguazú son una maravilla compartida, y su preservación es responsabilidad de todos. Porque, en definitiva, no hay fronteras a la hora de cuidarlas y disfrutarlas.

GASTRONOMÍA

La gastronomía de Iguazú, provincia de Misiones, es un reflejo de la diversidad cultural de la región, donde convergen tradiciones de Argentina, Brasil y Paraguay.

Así, hay clásicos brasileños como el —pão de queijo o la caipirinha— preparaciones paraguayas como chipa guazú, un suculento pastel de maíz, o el mbeyú, una especie de tortilla a base de almidón de mandioca y queso que es un emblema de la cocina guaraní y se disfruta a cualquier hora del día.

Gastronomía en Iguazú. Fotos: Rosana Decima
Gastronomía en Iguazú. Fotos: Rosana Decima

Las tradiciones argentinas, por supuesto, son la base del menú de todos los restaurantes, con parrilladas que ofrecen distintos cortes de carne y variedad de vinos de todas partes del vecino país.

Esta fusión de sabores es un placer para el paladar, pero también representa la identidad única de esta zona en la que las fronteras se desdibujan también en este aspecto, entrelazando tradiciones. Además, la cercanía con la selva paranaense permite que la cocina local se enriquezca con variedad de ingredientes frescos y autóctonos, como por ejemplo el palmito o los pescados de río.

Además de los mencionados, hay algunas preparaciones más que merecen ser probadas en una visita a Iguazú, anote: escabeche o empanadas de surubí, vigilante de mamón en almíbar y queso, platos hechos a base de naranja apepú, mandioca frita, o el reviro misionero, hecho a base de harina de maíz, agua y sal.

Mucho más que las maravillosas cataratas.

Como si las cataratas fueran poco, Iguazú tiene más planes interesantes que se suman a la propuesta: el Hito de las Tres Fronteras, en la confluencia de los ríos Iguazú y Paraná, desde donde se observa Argentina, Paraguay Brasil; reservas ecológicas para conocer animales autóctonos; aldeas de comunidades guaraníes que reciben turistas.

También hay minas de piedras preciosas. Las Minas de Wanda, por ejemplo, a 40 kilómetros de Puerto Iguazú, invitan a hacer un viaje al corazón de la tierra colorada, con la compañía de guías que enseñan su labor, las tradiciones y hasta leyendas.

Minas de Wanda. Foto: Rosana Decima
Minas de Wanda. Foto: Rosana Decima

“Creer o reventar”, dicen, al hablar de energías y propiedades de las piedras.

Minas de Wanda. Foto: Rosana Decima
Minas de Wanda. Foto: Rosana Decima

Otra de las opciones son los paseos en catamarán. Cruceros Iguazú es uno de los que propone salidas con shows musicales, gastronomía y coctelera a bordo.

Catamarán en Iguazú. Foto: Rosana Decima
Catamarán en Iguazú. Foto: Rosana Decima

Una experiencia de casi dos horas para toda la familia. Por más información del destino, puede visitarse la cuenta de Instagram oficial @visit_iguazu.

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