Martín Mendaro es ex jugador de rugby de Carrasco Polo y Los Teros. Desde hace nueve años vive en Paysandú, donde dirige a Trébol y es encargado del seleccionado juvenil del interior. Pero no solamente su faceta deportiva la que se ha llevado más de un aplauso en los últimos años, sino la social. Mendaro es director de un noble proyecto llamado ReNacer, que trabaja junto a privados de libertad de la cárcel sanducera sembrando árboles.

Cada año, junto a los integrantes de la Unidad 16, entrega —de forma gratuita— decenas de distintas especies a escuelas, instituciones y personas de todas partes de Uruguay siempre que se comprometan a cuidarlas.

“Ya cuando vivía en Montevideo tenía varios en el fondo de mi casa, se los regalaba a veces a los compañeros de clase de mis hijos”, contó quien confesó que siempre sintió amor por los árboles.

Proyecto ReNacer.

Cuando emigró de la capital a Paysandú, se llevó algunos árboles para plantar en su nuevo hogar, sin pensar en lo que vendría luego.

Tras su desempeño en el mundo del deporte, comenzó un proyecto para llevar el rugby a la cárcel y armó una pequeña cancha dentro del predio, para enseñar a jugar a los privados de libertad.

El rugby es un deporte que transmite muchos valores, y por eso es común que se practique en los contextos más diversos. Entre pase y pase se profundiza en conceptos como por ejemplo la igualdad o el trabajo en equipo.

Frecuentando el lugar, Mendaro conoció un invernadero y una pequeña huerta que funcionaba dentro del centro penitenciario. Así, brotó la idea de trabajar junto a los privados de libertad para plantar árboles, cuidarlos, y luego donarlos.

Foto: archivo

Lo que comenzó como un pequeño proyecto “se nos fue de las manos, porque pasó de ser algo a una escala casera, más familiar, que lo manejaba solo, a tener dos mil árboles, empresas que me piden árboles, proyectos que los llevan todos los años a escuelas y más”, señaló Mendaro.

El proyecto ReNacer se desarrolla íntegramente en la Unidad 16 de la cárcel de Paysandú. Todo comenzó con las ganas de sacar adelante la idea, un tablón y unos pocos tarros de plástico y algunas semillas que Mendaro había conseguido.

“Les propuse a los privados de libertad que ellos eligieran el nombre y aún se me pone la piel de gallina cuando recuerdo que me dijeron bautizarlo como ReNacer”, contó.

Mendaro va casi todos los días a la cárcel. En un cuaderno anotan todas las actividades que realizan y también algunas reflexiones, para tener un registro, ya que las personas rotan. “Han pasado más de diez personas ya y como esto está autorizado por el Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) para los reclusos es un trabajo”, señaló.

Proyecto ReNacer.

En este tiempo que lleva trabajando en el lugar, el coach de rugby y director de ReNacer dijo haberse encontrado “con muchas personas que quieren salir adelante, cada uno con sus culpas y sus cosas, pero nunca me han faltado el respeto y cumplen con el proyecto”.

En el invernáculo y la huerta siempre hay algo para hacer, agregó, ya que se trabaja en todo el proceso: desde la germinación hasta que los árboles están listos para trasplantar.

Las especies que crecen en la Unidad 16 son principalmente nativos: Sauce Criollo, Ceibo, Tala, Sarandí, Espinillo, Acacia Mansa, Algarrobo e Ibirapitá, por ejemplo.

Mendaro también destacó la valiosa participación de otras personas en pro de su iniciativa, como la de una paisajista de la Intendencia de Paysandú que ha colaborado en distintas oportunidades asesorándolo sobre cómo, dónde y qué plantar.

Recientemente, de la mano del proyecto Educocina para todos, del cocinero y educador preescolar Diego Ruete, enviaron árboles a escuelas rurales de distintas partes del país: hoy hay Guayabos del país que nacieron en la Unidad 16, brotando firmes en varios centros educativos.

ReNacer es seguramente el mejor nombre que puede llevar este proyecto, en el que las ganas de salir adelante apoyándose en quien está al lado, es una semilla que una vez que brota, no deja de crecer.