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Un estudio relacionó tener una mala calidad de sueño con el riesgo de desarrollar hipertesión arterial

La investigación siguió a más de 60 mil participantes a lo largo de 16 años y comparó los datos de quienes dormían seis horas con los de quienes descansaban una cantidad adecuada.

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Mujer con insomnio.
Mujer con insomnio.
Foto: Pixabay

Redacción El País
Un estudio reveló recientemente una conexión entre una calidad de sueño deficiente y el incremento en el riesgo de desarrollar hipertensión arterial en mujeres. Esta investigación, que llevó a cabo un seguimiento de la salud y los hábitos de sueño de más de 60.000 mil mujeres, sugiere una influencia directa de los trastornos del sueño en la probabilidad de sufrir de presión arterial alta. Los hallazgos han sido publicados en la última edición de la prestigiosa revista Hypertension, causando especial interés en la comunidad médica y científica.

Durante 16 años, 66.122 mujeres han sido objeto de estudio, desde el inicio en 2001. En ese entonces, las participantes tenían entre los 25 y 42 años, y se encontraban libres de hipertensión. A lo largo del tiempo y mediante un seguimiento detallado, se recolectaron datos que permitieron ajustar los resultados tomando en cuenta variables demográficas y de hábitos de vida, posiblemente relacionados con la salud cardiovascular.

El análisis final reveló que las mujeres que solamente dormían seis horas por noche tenían un 7% más de probabilidad de presentar hipertensión comparativamente con aquellas que alcanzaban la recomendación de sueño, que asciende a las siete u ocho horas. Las que registraban apenas cinco horas de sueño incrementaban ese riesgo hasta en un 10%. Además, aquellas que frecuentemente experimentaban problemas para iniciar o mantener el sueño mostraron un riesgo mayor —un 14% y un 28%, respectivamente— en comparación con mujeres que raramente tenían inconvenientes para dormir.

Estos datos han llevado a los autores de la investigación a especular sobre posibles mecanismos subyacentes que explicarían dicha asociación. Se sugiere que el sueño deficiente puede elevar el nivel de estrés, un factor reconocido por tener un impacto directo en el desarrollo de la hipertensión. No obstante, a pesar de estos vínculos estadísticos, los autores advierten que sus descubrimientos no establecen una causalidad directa.

Este trabajo amplía considerablemente la comprensión sobre cómo la calidad del sueño podría influir en el bienestar cardiovascular. Subraya la necesidad de considerar la intervención y la mejora de los patrones de sueño como un componente esencial para la prevención y manejo de la hipertensión, especialmente en mujeres. La investigación abre la puerta a futuros estudios que se enfoquen más profundamente en las relaciones causales y en la identificación de estrategias efectivas para mejorar el sueño y, así, la salud cardiovascular de la población.

Este contenido fue hecho con la asistencia de inteligencia artificial y verificado por un periodista de El País.

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