En base a La Nación - GDA
Joan Breibart tiene 83 años. Desde hace 60 años que hace pilates y esa práctica no solo le transformó el cuerpo, sino que la ayudó a enfrentar los efectos del envejecimiento. Breibart incluso sostiene que este ejercicio le fue útil cuando tuvo que superar el cáncer y la quimioterapia. En este sentido, siente que es, en parte, la causa de su vitalidad actual.

Según su testimonio, la primera vez que hizo pilates fue en la década de 1960, cuando “nadie pensaba en la dieta o el ejercicio: no se hablaba de ‘bienestar’ o ‘prácticas’ y todos comíamos sin pensar en las calorías o los carbohidratos”.

Breibart comentó que, al poco tiempo de comenzar, fue testigo de una importante transformación en su cuerpo: “Me sentía más fuerte y esbelta”. Asimismo, aclaró que, aunque probó con otros tipos de actividades físicas, ninguna le resultó tan atractiva como esta: “Me motivé a continuar con pilates porque lo encontraba intelectualmente estimulante”.

Más adelante, en la década de 1990, Breitart aprovechó el auge de esta actividad y fundó el Instituto para la Certificación de Pilates, que luego cambió su nombre a Physical Mind Institute.

Foto: Facebook.

Aunque reconoció que el pilates fue la respuesta para ella “durante el envejecimiento, el cáncer y la quimioterapia”, también sostuvo que esta actividad “no es para todos”. “Asistir a clases de pilates que detestas podría ser un buen tema para una comedia, pero no te ayudará a cambiar tu cuerpo. Todo ese cortisol fluyendo por tu cuerpo no puede ser bueno para nada”, indicó.

Un estudio reciente realizado por investigadores portugueses en educación física, titulado "Beneficios del pilates en la Población de Edad Avanzada: Una Revisión Sistemática y Meta análisis", arrojó resultados contundentes sobre los efectos positivos de esta disciplina en la salud de las personas mayores.

El estudio destaca que el envejecimiento natural del cuerpo genera un declive a nivel molecular y celular, afectando progresivamente todos los sistemas del organismo y, por ende, la condición psicosocial de la persona.

Frente a este panorama, la investigación resalta el papel fundamental de la actividad física para contrarrestar los efectos del envejecimiento. El ejercicio físico, según los expertos, "puede ayudar a reducir la velocidad de este declive, elevando o manteniendo la capacidad intrínseca y funcional de la persona mayor".

En este contexto, el pilates se posiciona como una herramienta particularmente efectiva para promover el envejecimiento saludable. La revisión sistemática realizada por los investigadores portugueses evidencia una "tendencia robusta hacia los beneficios del pilates en la capacidad física y en el equilibrio dinámico". 

Los especialistas detallan que el pilates no solo mejora las capacidades físicas como la fuerza, el equilibrio y la flexibilidad, sino que también contribuye a:

• Retrasar y combatir los procesos degenerativos asociados al envejecimiento.
  
• Promover la salud ósea y reducir el riesgo de osteoporosis.
  
• Mejorar la salud cardiovascular y disminuir el riesgo de enfermedades cardíacas.
  
• Fortalecer el suelo pélvico y prevenir la incontinencia urinaria.
  
• Reducir el dolor de espalda y mejorar la postura corporal.
  
• Mejorar la calidad del sueño y reducir los niveles de estrés.
  
• Aumentar la autoestima y la confianza en sí mismo.