El Comercio/GDA
El asma es uno de los principales padecimientos crónicos que afecta tanto a niños como adultos, motivo por el cual, la Organización Mundial de la Salud(OMS) estima que 262 millones de personas sufren de esta enfermedad no transmisible (ENT) a nivel mundial. Esta afección inflamatoria de los bronquios se produce debido a la conglomeración de células y fluidos que hinchan estas ramas transportadoras de aire, lo que genera una serie de síntomas, como tos persistente, ronquido del pecho, falta de aire, problemas para respirar y opresión torácica, refirió el neumólogo José Luis Cabrera.
Desde luego, la sintomatología puede variar según cada caso; sin embargo, hay algunos factores desencadenantes que suelen ser comunes, incluyendo: el polvo doméstico, la presencia de los ácaros, algunos medicamentos, tales como antiinflamatorios o los de uso cardiológicos, así como ciertas bebidas o alimentos –especialmente los cítricos–, algunos edulcorantes o preservantes que agravan los cuadros de asma.
Igualmente, como destacó la neumóloga Fátima Ortega, los síntomas pueden ser más severos durante la noche; no obstante, con un buen tratamiento y un estilo de vida saludable –con dieta balanceada, peso adecuado y actividades físicas– las personas pueden lograr un mejor control de la enfermedad.
¿Cuáles son los beneficios del ejercicio para detener los síntomas del asma?
Según destacó el alergista Marc Meth al portal web Healthline, algunos ejercicios pueden minimizar los síntomas del asma, pues con el tiempo, la actividad física puede ayudar a que las vías respiratorias toleren el ejercicio de mejor manera, lo que aumentaría la resistencia.
Asimismo, puede disminuir la inflamación, ya que al reducir las proteínas inflamatorias, mejora la respuesta de las vías respiratorias, así como la capacidad pulmonar. De igual manera, el ejercicio proporciona un adecuado funcionamiento del corazón, ya que el flujo sanguíneo y la admisión del oxígeno mejoran, además de ayudar a fortalecer los músculos.
¿Qué ejercicios son los mejores para las personas con asma?
Natación. Probablemente, este sea uno de los deportes más recomendados para personas con asma, pues en comparación a otras actividades, previene posibles crisis asmáticas o disminuye la carga sintomática de la enfermedad. Como señaló Meth, el ambiente húmedo y cálido de la piscina puede ayudar a dilatar las vías respiratorias, facilitando así la respiración. También ayuda a fortalecer el sistema respiratorio, puesto que al ser un ejercicio aeróbico, se requiere de una respiración más profunda y controlada, lo que contribuye a una mejor capacidad pulmonar. Adicionalmente, al realizarse en una piscina cubierta, puede reducir la exposición a alérgenos que ocasionan ataques de asma, como el polen.
Yoga. El yoga se centra en la práctica consciente y controlada de la respiración, lo cual puede ser muy útil para personas con asma, pues al desarrollar una respiración rítmica controlada durante el ejercicio, se incrementa la capacidad pulmonar, mientras que también se desarrolla la fuerza muscular. Además, es importante saber que el asma puede agravarse por el estrés y la ansiedad, por lo que, al promoverse la relajación del cuerpo y la mente, los niveles de estrés pueden disminuir, y por ende, la frecuencia y la intensidad de los ataques de asma, precisó la doctora Shilpa Amin al sitio web, Medical News Today.
Caminar o senderismo. Caminar es una forma de ejercicio aeróbico de bajo impacto, pues no genera mucha presión sobre las articulaciones y los pulmones. Esto la convierte en una opción ideal para las personas con asma, ya que reduce el riesgo de los síntomas durante esta actividad. También mejora la función cardiovascular, pues el corazón se vuelve más eficiente para bombear sangre y el sistema circulatorio se optimiza, mejorando así la tolerancia y resistencia a la actividad.
Andar en bicicleta. Al igual que caminar, andar en bicicleta es un ejercicio aeróbico de baja intensidad que proporciona un entrenamiento cardiovascular muy efectivo sin ejercer una tensión muy significativa en las articulaciones, pues evita también que haya una sobrecarga en las vías respiratorias. Además, ayuda a fortalecer los músculos respiratorios, lo que mejora la capacidad pulmonar, así como el ritmo de la respiración, ya que este suele ser más constante y controlado.
Finalmente, es fundamental tener en cuenta que, cada persona con asma es única y puede verse afectada por diferentes factores externos y presentar una tolerancia al ejercicio distinta a los demás. Por esta razón, es crucial siempre consultar con un profesional de la salud antes de realizar algún ejercicio, pues el médico podrá brindar una orientación más específica con respecto a la situación y necesidades de cada individuo.