Entrenar al aire libre puede ser muy disfrutable: permite sentir el aire fresco en el rostro, estar en contacto con la naturaleza y observar hermosos paisajes. Una modalidad de ejercicio físico a la intemperie son las carreras de aventura, que tienen a los médanos, las dunas y el desierto como escenarios protagonistas.

“La arena por sobre el nivel de los 25 cm, es decir solo arena, es sin duda alguna una de las mayores complejidades que presentan este tipo de terrenos. Bajo esa demanda, el desgaste muscular aumenta casi un 15% más”, asegura Manuel Gamboa, un corredor chileno con experiencia en este tipo de superficies.

Ante una disciplina física de largo alcance que se realiza sobre un suelo blando como la arena y bajo temperaturas extremas, “el corazón necesitará mayor bombeo, mayor entrega de sangre, porque es el responsable de aportar a los músculos los nutrientes y el oxígeno para la realización de la actividad", explica el médico cardiólogo Dr. Luis Cicco, miembro de la Federación Argentina de Cardiología (FAC).

Por eso, los corredores que eligen este tipo de carreras prefieren los terrenos mixtos, donde las superficies más sólidas con rocas permiten un paso más limpio y de mejor amortiguación y desempeño. Sin embargo, no siempre es algo posible y factible de encontrar.

La Marathon des Sables (Maratón de las Arenas), que se realiza de manera ininterrumpida en el desierto del Sahara marroquí desde 1986, es una de las carreras más conocidas y desafiantes. Aunque la primera edición contó con tan solo 23 participantes, hoy convoca a unos de 1.400 deportistas de elite de todo el planeta, que se exponen a situaciones extremas para llegar a la meta. En total, deben recorrer 250 kilómetros divididos por tramos durante una semana. ¿El camino? Llanuras, lagos secos, montañas, bancos de arena, tramos de rocas, con subidas y bajadas y pendientes muy pronunciadas. El detalle extra que suma este evento es la amplitud térmica que ronda los 40°C grados durante el día y baja drásticamente en la noche.

En Chile tienen una de formato similar. The Four Deserts (RacingThePlanet), es una carrera de autosuficiencia en la que el competidor debe llevar consigo la cantidad de agua para casi el trayecto completo. Desde luego, cuenta con checkpoints, pero, en promedio, debe trasladar unos 10 kgs por 250 km.

En Argentina, la Maratón del Desierto que se realiza hace 23 años y de forma ininterrumpida en Pinamar, es un clásico de todos los veranos. La competencia alterna un circuito de aventura, en el que hay que atravesar médanos y senderos, a metros del mar. “Sin dudas, la trepada a la última cadena de médanos es el tramo más difícil del recorrido. Se sube perpendicularmente y es necesario trepar con las manos y mucho esfuerzo que se suman a los 6k ya acumulados. Luego llegan los 2k finales hasta alcanzar la meta”, asegura Pablo Sosa, organizador del evento.

La preparación adecuada es fundamental para evitar complicaciones y prevenir lesiones. Los inconvenientes más frecuentes en este tipo de carreras suelen ser los golpes de calor y las insolaciones. En las que son más extensas y en terrenos que combinan desierto y montaña, la altura suele ser un problema para quienes desconocen la localización geográfica.

El cardiólogo Luis Cicco señala que los humanos somos homeotermos y luchamos por sostener nuestra temperatura entre 36 y 37ºC, independientemente de la que nos rodee. “Creo que es importante que el profesional que evalúa a estos pacientes adopte una actitud educativa para explicar aspectos que tienen que ver con cómo va a responder el cuerpo ante un estrés por calor y humedad, qué significa el estrés físico, qué tipo de respuesta es esperable que suceda con el rendimiento físico y cuál es la mejor forma de afrontarlo”, concluye.

(Por La Nación GDA)