Antes que nada: es importante no fijarte una meta para hacer ejercicios desde la culpa o la ansiedad; tampoco por las fiestas, fin de año o salidas. Somos seres sociales, en algunos momentos del año hay muchos eventos y es sano sociabilizar, así como asistir a las reuniones de amigos, seres queridos, o compañeros de trabajo.
Es importante mantener un sano equilibrio, y disfrutar es parte de la ecuación. Sí, disfrutar, también tiene que ver con un estilo de vida o hábitos saludables. No olvides que siempre es buen momento para mejorar nuestros hábitos y fijarnos una nueva meta.
Con ese criterio en mente, es momento de poner manos a la obra.
1. Fijar los días
Como entrenadora y estudiante, te puedo asegurar que la organización es clave para evitar cualquier tipo de fallas en nuestro plan. Una idea es elegir un día en la semana, para diagramar tus horarios. Mi consejo en caso de que no hagas ejercicio o lleves mucho tiempo siendo sedentario, es empezar por dos días a la semana, al menos las primeras dos semanas de este cambio de hábitos. Por lo tanto, elegir, martes y jueves —por ejemplo— para que esos días sean destinados a la actividad física.
Los días que se pauten para cualquier tipo de actividad física, tienen que ser como tus días de trabajo: innegociables. Todo lo que se organice luego debe contemplar que esos días 'x' en los hoararios 'y' no podés coordinar otra actividad. Si lo hacemos con el horario laboral, ¿por qué no hacerlo con una actividad destinada al cuidado de la salud?. No hay que dejar de lado otras actividades, pero no te hagas la trampa de organizar otro tipo de actividades y cuentes como “tiempo libre” el ratito que vas a entrenar.
2. “¿Qué quiero?”
Ya tenemos los días que vamos a hacer ejercicio en un plazo de una determinada cantidad de semanas. Ahora queda elegir la actividad: ¿Qué tipo de ejercicio quiero realizar?
En un gimnasio, por ejemplo, podés anotarte a algunas clases si lo que buscás es bajar de peso, o pedirle a un entrenador una rutina para una “recomposición corporal” (como nosotros le decimos a bajar grasa y además aumentar masa muscular). Si no asistís a un gimnasio, podés hacer rutinas o ejercicios con videos de Youtube en tu casa, contratar a un entrenador/a para que te diseñe una rutina adaptada a tu hogar. O si tu meta es desestresarte, salir a caminar al aire libre.
Si tu objetivo es bajar de peso, la caminata debe durar 60 minutos, con una intensidad normal-moderada (no es necesario que salgas a correr, ni que te pongas campera, ni faja, ni nada de eso, ya tendremos tiempo de hablar sobre esto).
3. Alimentación
Este punto está estrechamente ligado al ejercicio que vayas a hacer, por lo tanto si te motivás para una cosa, lo más probable es que te sea más fácil motivarte para la otra. Inspirate mirando recetas o procurá tener en tu heladera un stock de proteínas (carnes, huevos, lácteos, o en caso de vegetarianos, tofu o legumbres), verduras, carbohidratos (sí, carbohidratos: arroz, papa, boniato, avena) y por supuesto grasas saludables (palta, aceite de oliva, frutos secos).
Cuando establezcas los días de la semana para ejercitarte, lo mejor será apartar otro día para la preparación de las comidas en una cantidad que, idealmente, te dure toda la semana. Eso te permitirá organizar la heladera con viandas grandes de —por ejemplo— supremas de pollo grilladas, arroz con cúrcuma (pronto voy a estar hablando sobre los superalimentos y sus beneficios para la salud), chauchas con brócoli, y huevos. De esa forma, será fácil armar qué comerás y te asegurás de darle a tu cuerpo lo que necesita en cuanto a nutrientes.
Los días que se pauten para cualquier tipo de actividad física, tienen que ser como tus días de trabajo: innegociables
4. Un socio o socia
Si sos de esas personas que se motivan más si pueden sumar a amigos a la actividad, podés por ejemplo armar un grupo de Whatsapp. Y pasarse tips, ideas, fotos de comidas, de los entrenamientos, etc. Si un día te sentís con menos motivación, alguno del grupo puede “empujarte” y viceversa.
Otra sugerencia para empezar a moverte luego de las fiestas: seguí en redes sociales a gente que te motive a entrenar, encontrá alguien que comparta el tipo de contenido que más te identifique, estate atenta a su contenido, a qué hace, cómo son sus días (si lo comparte en redes). Puede inspirarte cuando sientas que no se te ocurre nada. En mi cuenta de Instagram comparto todo tipo de consejos y actividades. Actualmente la mayoría de la población es consumidora de contenido a través de las redes, por lo tanto, generá un ambiente, que la información que el algoritmo te sugiera sea a tu favor. Hay que usar las estretegias que tenemos al alcance para beneficio propio.
El primer paso es el más importante
Lo importante es empezar a movernos, el sedentarismo y la inactividad es la causa de muchas enfermedades. No únicamente por verse bien (aunque es importante y muchas veces es la razón inicial por la cual una empieza en este camino) pero la salud es una prioridad y sería genial que mejorarla sea tu meta 2025.
El movimiento trae un montón de beneficios, que algunos probablemente conozcas y otros no tanto. Te va a ayudar a mejorar el metabolismo, reducir el riesgo de enfermedades crónicas, mejora tu salud a nivel óseo, muscular y articular, controlar el peso, mejorar el sistema inmune, reducir el estrés y ansiedad, mejorar el estado de ánimo, el aumento de energía y la esperanza de vida. Y, si lo haces acompañado puede fortalecer ese vínculo.
A largo plazo, nos agradeceremos a nosotros mismos haber empezado. Esta decisión tiene mucho peso y si te cuesta comenzar, podés arrancar con una medida a la vez. ¡Empezá hoy!
5. Indumentaria
Otra idea es dejar separada la ropa para hacer ejercicio y tenerla a la vista, junto a una botella reutilizable con agua (porque siempre hay que hidratarse). Si ya tenés todo pronto, va a ser más difícil fallarte a ti mismo. Te aconsejo no volver a casa luego de la jornada laboral para buscar los championes o la ropa. Por lo general, este es uno de esos momentos en los que flaqueamos y no salimos a movernos. Dejá todo pronto en el bolso y listo.