Victoria Vera Ziccardi, La Nación/GDA
Las responsabilidades que conlleva la adultez en conjunto con la agitada vida de los tiempos modernos pueden perjudicar seriamente un vínculo de pareja. Para aquellos que consideran que la conexión de la pareja perdió fuerza y desean reconectar, la práctica de yoga en pareja podría ser la solución.
Esta variación de la disciplina se basa en posturas y ejercicios de relajación y meditación que se realizan entre dos personas. ¿El fin? Principalmente, equilibrar y fortalecer la conexión entre ambos durante la clase. Si bien abundan tutoriales online y puede hacerse desde casa, lo recomendado es acudir a clases guiadas por un profesional para evitar cualquier tipo de lesiones.
Lenguaje corporal.
El yoga de a dos permite que los integrantes de la pareja se vinculen a través de posturas -denominadas ‘asanas’- para lograr objetivos comunes. Esta práctica puede llegar a ser beneficiosa tanto para el vínculo amoroso como para cada uno individualmente; la evidencia demuestra que el hábito de hacer yoga diariamente presenta gran cantidad ventajas que van desde la reducción de la ansiedad y/o depresión hasta el alivio de problemas físicos de salud o dolencias.
Jane Greer, terapeuta matrimonial y familiar con sede en Nueva York y autora de What About Me? Stop Selfishness From Ruining Your Relationship, destaca en su escrito que el yoga en pareja es una actividad maravillosa que “allana el camino hacia la intimidad sexual”. Según la terapeuta estadounidense, el hecho de planificar la actividad y hacerla de a dos, hace que ambos estén trabajando sus cuerpos, estirándolos y aprendiendo a controlar y relajarse, todo lo cual los prepara para una mejor intimidad a futuro.
“El que empieza a incorporar el yoga en su vida va a notar que su mente está más tranquila y eso, además de ser un beneficio personal, termina siendo uno colectivo porque quienes lo rodean van a escuchar y notar los cambios que aparecen, e incluso puede incentivarlos a ellos a probar la disciplina”, dice Romina Rondinone, productora televisiva de ESPN YOGA y profesora de Yoga.
Sucesivamente, la instructora explica que el yoga se caracteriza por ser una práctica en la que no solo se trabaja corporalmente, sino que es algo mucho más completo, “incluye destrezas corporales para mantener al cuerpo saludable; técnicas de respiración -pránáyámas- para aquietar las emociones, los ritmos biológicos y administrar las emociones; y como tercer pilar, métodos de meditación”, cuenta.
“Arranqué a hacer yoga hace un año porque me pareció que podía ser algo bueno para controlar la ansiedad que tenía. Además, necesitaba hacer algo de deporte y me pareció que era una actividad que podría llegar a gustarme, aunque no sabía mucho de qué se trataba para ese entonces”, relata Julieta Etchegaray, licenciada en Comunicación Social y aficionada de la disciplina. Semana a semana fue sumando clases, avanzó en la práctica y llegó a rendir exámenes para subir de categoría y poder asistir a clases más avanzadas. “Me cambió mucho practicar yoga porque lo adopté como una filosofía de vida en la que se complementan cuerpo, mente y alma”, añade.
A continuación, relata que en el último tiempo empezó a fusionar sus clases individuales con las que hacía junto a su novio. “Se dio de forma espontánea. Los dos hacíamos yoga en el mismo centro, pero en distintas sedes y ahora de vez en cuando aprovechamos para tener clases juntos. Sí me pasaba que al principio me costaba enfocarme porque nunca había hecho con otra persona conocida. Pero fue cuestión de tiempo hasta que pude concentrarme y volver a mí”, sostiene.
Beneficios del yoga en pareja.
Según Etchegaray, ha hecho estiramientos y posturas junto a su pareja, además de acudir a clases tanto individuales como de a dos. “Es beneficioso porque no solo se hace un deporte sino que es algo más mental y espiritual. El yoga no termina en la clase, está en el día a día y, obviamente, todo es más fácil de llevar cuando tu pareja está en la misma sintonía”, enfatiza.
En relación a esto, Rondinone resalta que, si bien tradicionalmente la práctica de yoga es individual, hacerlo en grupo puede llegar a ser muy poderoso. “Si la pareja también hace yoga entonces la evolución de la disciplina es aún más rápida porque comienzan a tener hábitos más saludables, estar más tranquilos, y vincularse sanamente, evitando el conflicto”, revela la profesora. Para ella algo fundamental de este estilo de vida es que ayuda a “estar mejor con vos mismo y con los demás”.
Rondinone detalla que, entre los beneficios de realizar esta actividad en pareja, puede esperarse lo siguiente: disminuye la cantidad de pensamientos y enseña a elegir los que hacen bien mediante técnicas de meditación; aquieta los ritmos biológicos mediante los ejercicios respiratorios; proporciona más energía, vitalidad y ganas de vivir; se trabaja en la mentalización de objetivos y en el autoconocimiento; y mejora la comunicación
En cuanto a los beneficios físicos, aporta mayor flexibilidad, tonicidad muscular y equilibrio; mejora el funcionamiento de los órganos internos; aumenta la circulación sanguínea gracias a las técnicas invertidas; y mejora la oxigenación del organismo y las células.
“Las parejas que se involucran juntas en actividades desafiantes suelen sentir una mejora tanto en la calidad de la relación como en la atracción romántica”, señala en sus conclusiones un estudio realizado por la Universidad de Nueva York.
Otra prueba sobre el bienestar que aporta el yoga es una investigación realizada por la Sociedad Británica de Psicología. “Los movimientos no verbales coordinados como el que se encuentra en la respiración rítmica y las posturas del yoga en pareja pueden ayudar a que se sientan más sintonizadas afectivamente”, declaran.