The New York Times
Karen Palmer, de 76 años, viaja con frecuencia para trabajos de cuidado de mascotas y casas. Eso implica empacar y cargar valijas, y tener la fuerza para controlar animales pesados y asustadizos.
Hace dos años y medio, decidió mejorar su estado físico general mientras protegía su hombro y rodilla artríticos. "Quería tener la capacidad, fuerza y confianza para enfrentar lo que la vida me depare", comentó. Así que comenzó a ejercitarse con un entrenador personal.
Las sesiones marcaron la diferencia. Palmer notó mejoras en la movilidad y el rango de movimiento de sus articulaciones. “Muchas personas aceptan todo como parte del envejecimiento, pero no tiene que ser así".
A medida que uno envejece, entrenar la fuerza dos veces por semana puede ayudar a mantenerse saludable. Puede ralentizar la pérdida de masa muscular y fuerza relacionada con la edad, ayudar a mantener la densidad ósea y mejorar la estabilidad.
Sin embargo, empezar un nuevo programa de ejercicios puede ser un desafío a cualquier edad. Más aún si, como Palmer, uno tiene problemas de movilidad o dolor en las articulaciones. Ahí es donde los entrenadores pueden ayudar.
Varios estudios han demostrado que los adultos mayores rinden mejor en áreas clave como el equilibrio, la flexibilidad y la fuerza central cuando se ejercitan con un entrenador, en lugar de hacerlo solos. Tener una "guía integrada" también puede ayudar con la motivación, según Jennifer Heisz, profesora de kinesiología.
Al enseñarte a moverte correctamente, un entrenador personal puede ayudarte a creer en tu capacidad de ejercitarte de manera segura. "El edadismo puede hacer que las personas se limiten a cosas que podrían hacer, pero creen que no deberían", dijo Heisz. "Podemos empezar a desterrar este estereotipo de 'No puedo hacer eso porque soy demasiado viejo', a 'Tal vez puedo hacerlo', hasta 'Puedo hacerlo y, de hecho, lo hice ayer'".
Prevención de lesiones y progreso seguro
A medida que envejeces, el riesgo de caídas y lesiones aumenta. Dos de los principales factores de riesgo de caídas son la debilidad en la parte inferior del cuerpo y el equilibrio comprometido.
El entrenamiento de resistencia puede ayudar, pero para entrenar la fuerza y el equilibrio, debes superar los límites de tu capacidad para progresar, comentó Amy West, médica de medicina deportiva. Un entrenador personal puede proporcionar un entorno seguro, enseñarte a moverte correctamente y sugerir una progresión de ejercicios que te haga más fuerte sin arriesgarte a lesionarte, afirmó.
"En su mayoría, los pacientes que veo no se lesionan haciendo cosas atléticas impresionantes", dijo West. "Se lesionan poniendo platos en el lavavajillas o levantando a sus nietos".
Para Palmer, ejercitarse con un entrenador le aseguró que no estaba dañando sus articulaciones. “Me empuja a hacer cosas que me fortalecen, pero sabe que hay límites”, comentó.
Contratar un entrenador con un presupuesto limitado
El entrenamiento personal puede ser una erogación importante, por eso hay que buscar entre la oferta para intentar hallar una opción que se ajuste a tus expectativas y a tu bolsillo.
El entrenamiento en grupo pequeño suele ser más accesible, y tiene el beneficio adicional de ejercitarte con tus compañeros y socializar.
Si existieran condiciones crónicas de salud, no todos los entrenadores tendrán la experiencia para crear tu programa de acondicionamiento físico adecuado. Sin embargo, los fisioterapeutas clínicos están capacitados para trabajar con personas que tienen condiciones médicas, y tu médico puede recomendarte uno.
También es una buena idea buscar a alguien que tenga experiencia trabajando con adultos mayores y que ajuste los ejercicios para preocupaciones comunes como la osteoartritis y las limitaciones de movilidad.
Antes de comenzar cualquier programa de ejercicio, consulta con tu médico sobre si es seguro para ti, recomendó Heisz. Tu entrenador debería comenzar con una evaluación para comprender tus objetivos y limitaciones.