Flavia Tomaello/La Nación GDA
Hannes Bergmann, veterinario de la Universidad de Oxford, asegura que entrenar con un perro puede ser una excelente motivación para aquellas personas que siempre encuentran una excusa para no hacer ejercicio.
Según el experto, convertir el paseo del perro en una rutina de running o caminatas conjuntas puede ser la clave para quienes buscan un impulso para mantenerse activos.
"Para quienes siempre encuentran una excusa para no hacer ejercicio, sacar a la mascota y hacer de esa rutina un running compartido o una caminata en conjunto puede ser una forma de hallar la motivación que falta", afirmó Bergmann.
El estudio realizado por un equipo de especialistas de Oxford señala que al practicar actividades físicas moderadas como caminar a paso rápido, trotar o montar en bicicleta junto a un perro, se mejora la salud tanto del dueño como de la mascota. Se estableció que al menos 30 minutos de actividad física tres veces por semana es beneficioso para ambos.
Impacto positivo en la salud física y mental
Los resultados de la investigación revelan que el 20 % de los encuestados aumentó sus salidas para hacer ejercicio al compartirlas con su perro, mientras que un 33 % dejó de usar el gimnasio y las caminadoras para disfrutar de espacios al aire libre. Además, el 44 % reportó mejoras en la salud de sus mascotas, como lo indicaron los veterinarios de cada animal.
Para Bergmann, es importante recordar que no todos los perros son aptos para estas actividades. "Algunas razas disfrutarán de correr junto a su dueño, pero no siempre será adecuado debido a su peso o temperamento", explicó. Por ello, antes de iniciar cualquier práctica deportiva con un perro, es fundamental consultar con un veterinario. El especialista debe evaluar la condición física y el peso del animal antes de recomendar actividades como correr o trotar.
Lo que debe tener en cuenta antes de comenzar
Helen Cox, otra de las investigadoras de Oxford, destaca la importancia de un chequeo médico previo para los perros antes de realizar cualquier actividad física. "Al igual que cuando nosotros comenzamos a correr, la mascota debe ser revisada por un veterinario para determinar qué tipo de ejercicio es adecuado para su salud", indicó Cox.
Algunas razas de perros, como los braquicéfalos (con hocico corto y cara plana) o aquellos con sobrepeso, no son aptas para correr, aunque sí se recomienda la caminata. También se debe tener en cuenta la edad y cualquier dolencia preexistente del animal.
Además, los expertos recomiendan espaciar el tiempo de la comida y la actividad física de los perros. Se deben dejar al menos un par de horas entre la comida y el ejercicio, sugiere Cox. También desaconsejan correr con perros muy jóvenes, ya que su esqueleto aún está en desarrollo.
Claves para una práctica segura y efectiva
Cuando se planifica una actividad compartida, se debe considerar tanto el comportamiento del perro como las condiciones de la actividad. "Que se trate de un animal acostumbrado a seguir las indicaciones de su dueño es clave para que la actividad resulte segura para ambos", explica Cox.
Además, para evitar cualquier lesión, se recomienda el uso de superficies como césped, tierra o arena para correr, ya que el asfalto puede causar daño por impacto.
Por su parte, Mar Pelayo, veterinaria especializada en entrenamiento canino, sugiere que los dueños utilicen un arnés en lugar de una correa ajustada al collar. El arnés es más adecuado y menos molesto para el animal si, por ejemplo, se tira de él o si es necesario frenarlo repentinamente, explicó Pelayo.
Además, es fundamental prestar atención a la hidratación. Cox señala que, al igual que los humanos, los perros también deben recibir agua durante y después del ejercicio, especialmente en actividades prolongadas.
Comenzar de manera gradual y con precaución
Los expertos sugieren comenzar de manera gradual. Recomiendan correr poco al principio y caminar más, aumentando la intensidad conforme el perro se acostumbra a la actividad. “Poco a poco podremos ir sumando intensidad", afirmó Pelayo, quien también insiste en la importancia de observar el lenguaje corporal del perro. Si el animal muestra signos de fatiga o desinterés, se debe detener la actividad inmediatamente, hidratarlo y permitirle descansar.
Es esencial estar alerta, especialmente durante las épocas de calor. Los perros pueden sobrecalentarse rápidamente, incluso en climas más frescos, por lo que se deben reconocer señales de fatiga, como jadeo excesivo, vómitos, o encías enrojecidas. Se recomienda realizar las actividades en las horas más frescas del día, como por la mañana o al final de la tarde, y, en caso de ser posible, mojar al perro para ayudarlo a mantenerse fresco.
La actividad física compartida entre perros y dueños no solo tiene beneficios para la salud física, sino también para el bienestar emocional de ambos, creando una conexión más estrecha y saludable entre ellos.