Pickleball: cómo es el nuevo deporte que llegó a Montevideo y puede jugarse en canchas techadas

Mezcla de tenis, pádel, bádminton y ping-pong, es uno de los deportes de mayor crecimiento en Estados Unidos.

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El pickleball se juega con una paleta y una pelota propias.
Foto: Gentileza.

Hay quienes aseguran que el pickleball es “el deporte de más rápido crecimiento en Estados Unidos”. Más allá de si esa afirmación es certera o no, este deporte sí está en plena fase expansiva y también llegó a Uruguay. De hecho, Montevideo ya tiene sus primeras canchas techadas para conocerlo y empezar a practicarlo. Solo el tiempo dirá si el pickleball provocará el mismo furor que el pádel o si correrá con el mismo destino. Por el momento, parece que tiene el camino allanado para el éxito. Y hay más de una razón para creer que puede convertirse en un hobby para muchos.

Reglas

Para empezar, se trata de un deporte relativamente sencillo. Como ocurre en el tenis de mesa, el que llega a primero a 11 tantos, gana, y solo se suma puntos cuando uno es el que saca. Tal como ocurre en el tenis y también en el pádel, el saque es cruzado (o sea, la pelota parte de una de las secciones de la cancha y tiene que ir en dirección diagonal).

Pero ahí termina lo idéntico que tiene el pickleball con el pádel y el tenis. Una diferencia importante es que se juega con una pelota agujereada, lo cual le da este deporte un aire más parecido al badminton que a los bastante más potentes (en términos de fuerza y velocidad) tenis y pádel. La cancha mide 13 metros de largo por 6,31 de ancho, lo cual también lo asemeja al badminton.

Otra particularidad: la cancha se divide en dos rectángulos contiguos a la red que separa una zona de la otra. Esos rectángulos constituyen lo que los entendidos llaman la “cocina”, y ahí ocurre lo interesante o decisivo del pickleball, de acuerdo a uno de los tres socios del recientemente inaugurado Pickleball City —en Gonzalo Ramírez y Jackson—, el primer local techado de la ciudad. “Uno saca, tiene que esperar que pique en la cancha contraria, que devuelvan la pelota y pique en cancha propia. Ahí empieza el juego. Y cuando se juega, no se puede pisar la ‘cocina’, o zona de no volea. A no ser que la pelota caiga ahí. Entonces sí se puede pisarla”, explica Jorge González.

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El pickleball es ideal para jugar en equipo.
Foto: Flickr.

La idea, agrega, es jugar bien cerca de la cocina, “pero tenés estar atento a no pisarla, a no ser que, como ya dije, la pelota pique ahí. Los que juegan muy bien la tiran todo lo que pueden a esa zona. ¿Por qué? Porque está tan cerca de la red que no podés devolverla con fuerza, sino de manera suave”. Lo cual, queda implícito, favorece a quien recibe esa pelota de forma suavecita.

González no conocía nada de este deporte, pero su hermana —que vive en Estados Unidos— le habló tanto de él que empezó a interesarse. En sus indagaciones, se topó con un grupo de cultores del pickleball en Montevideo, en el barrio Carrasco. Ellos le mostraron el encanto del pickleball, y enseguida pensó en abrir un lugar para que otros también puedan jugarlo. Según explica, es un deporte que puede practicarse uno contra otro, pero es en el formato dos contra dos que aparecen las facetas más competitivas y divertidas del pickleball.

Además, al jugarse con una pelota agujereada —que nunca alcanza las velocidades de las de una de tenis— no hay casi momentos en donde uno tenga que correr y frenar bruscamente, acción que resiente mucho a las articulaciones. Más bien, se trata de un deporte más de ingenio y técnica, que potencia y rapidez. De ahí que uno pueda practicarlo hasta bien entrada la veteranía.

Pickleball City tiene dos canchas y cobra $ 800 la hora (o sea, $ 200 pesos por persona si se juega en equipos de dos). En el precio se incluyen las paletas, que son propias de este deporte. “Las que incluimos en la tarifa”, explica González, “no son de alta gama, pero son más que aceptables para empezar a jugar”. Si uno quiere llevar su propia paleta, González cuenta que los precios de estas suelen arrancar en el entorno de los US$ 20, mientras que los jugadores experimentados generalmente optan por paletas que van desde los US$ 100 a los US$ 150 o más.

Por más información, puede consultarse la web de Pickelball City o buscar el emprendimiento de González y sus socios en las redes sociales.

Canelones

Alternativa

Otro espacio donde se podrá practicar este deporte es Carlotta Racket Club, un complejo deportivo que se está construyendo en Camino de los Horneros y que forma parte del barrio privado Carlotta. Además de canchas de tenis, padel y squash contará con cuatro canchas de pickleball, que serán las primeras del departamento de Canelones. La inauguración de las primeras canchas está prevista para fines de noviembre, y estarán abiertas a todo el público de la zona.

"Decidimos apostar al pickleball porque vimos el crecimiento que está teniendo a nivel mundial. A partir de la pandemia, En Estados Unidos es furor. Está entre los deportes más populares en ese país y nos pareció que tarde o temprano esa fiebre se iba a llegar a Uruguay. Queríamos ofrecer algo novedoso para el Racket club, y el pickleball se prestaba como la opción ideal”, dice Juan Balsa, de la empresa que está desarrollando el barrio privado, y agrega: “Es un deporte atractivo porque si bien es muy dinámico, no tiene la velocidad del padel ni tampoco el desplazamiento del tenis, por lo que se aprende mucho más rápido y es más fácil de jugar. Esto permite que sea un deporte atractivo para todas las edades. Lo practican muchos jóvenes, pero también se puede ver a gente de 70 u 80 años”.

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