¿Puedo hacer ejercicios aunque esté enfermo? La regla general "del cuello para arriba o para abajo"

Más allá de la obviedad de que depende de qué enfermedad te aqueja, hay algunos consejos que te serán útiles a la hora de definir si vas al gimnasio o no.

Compartir esta noticia
Entrenar.jfif
Entrenamiento.
Foto: Pexels.

The New York Times
A todos nos ha pasado: suena la alarma para ir al gimnasio de mañana y te das la vuelta con un quejido. No solo estás cansado, sino que tu cuerpo se siente mal.
Si estás empezando a enfermarte, ¿es mejor descansar o forzarte a hacer ejercicio? ¿Cuándo es demasiado grave para ejercitarte?

Cuando empieces a sentir los primeros signos de enfermedad, se recomienda evaluar cómo se siente tu cuerpo en general y hacer una "revisión del cuello". Si tus síntomas están por encima del cuello —por ejemplo, nariz congestionada, goteo nasal o dolor de garganta— probablemente sea seguro hacer ejercicio siempre que te sientas con ánimo para ello.

Ejercicios.jpg
Una manera aproximada de determinar cuándo volver a hacer ejercicio es la regla del cuello.
Foto: Christian Emmer/Commons.

Pero si tenés síntomas por debajo del cuello, como dolores musculares o una frecuencia cardíaca elevada, eso probablemente sea una señal de que tu cuerpo está trabajando arduamente para combatir una infección, y hacer ejercicio podría retrasar tu recuperación. Si tenés fiebre ya está: no se hace ejercicio.

Los médicos recomiendan ser especialmente cuidadoso si experimentás vómitos o diarrea, lo cual puede provocar una deshidratación severa. Se recomienda esperar al menos 24 horas después de recuperarte de una enfermedad gastrointestinal antes de hacer ejercicio. Para los síntomas similares a los de la gripe, como dolores musculares, fatiga y dolor en las articulaciones, se puede retomar el ejercicio de manera gradual una vez que los síntomas se hayan resuelto.

Correr.jpg
El ejercicio nunca no puede formar parte de un proceso para adelgazar.
Foto: Flickr.

Una vez que te sientas con más energía, los expertos recomiendan asegurarte de que puedes hacer tareas básicas sin sentirte agotado. Intentá subir y bajar escaleras, hacer mandados o simplemente estar de pie unos minutos. Si cualquiera de estas actividades te deja exhausto, probablemente sea demasiado pronto para hacer ejercicio. Pero si puedes hacer tareas cotidianas sin experimentar fatiga o falta de aliento, es seguro intentar entrenamientos de baja intensidad y cortos, señala.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar