Isabella Jugo, El Comercio - GDA.
Iniciar a practicar un deporte profesionalmente desde una edad temprana puede ser el factor principal para la aparición de constante estrés, ansiedad, perfeccionismo y presión. Por ello, es imprescindible tener un soporte psicológico para el deportista de alto rendimiento.
“El deporte es la única actividad que se vive en incertidumbre, pues nada es cierto antes de la competencia. En los deportes, el rival no se va a acomodar a tus deseos o ilusiones. Si vives solo, todo depende de ti, pues no hay oposición de nadie. Sin embargo, en la competencia no es así”, explicó Hugo La Torre, asesor en Psicología Deportiva, a Bienestar.
Según La Torre, en la gran mayoría de casos, el deporte no es el factor directo que afecta a la persona o genera desequilibrio. No obstante, lo más común es que sea motivo para que distintos trastornos de la salud mental se agraven o salgan a flote. “Al hablar de psicología en el deporte, me gusta considerarlo como parte del bienestar general. En muchas ocasiones, he sido llamado para brindar conversatorios para equipos que se sentían momentáneamente desmotivados. No obstante, tenemos que considerar que el deporte es formativo. Por ende, la charla no debe ser cosa de solo una vez, pues así no se cambia un estilo de vida. Los entrenadores deben ser conscientes de que, así como un equipo cuenta con entrenamiento físico a diario, también deben contar con un asesoramiento psicológico”.
En ese sentido, el experto hizo énfasis en que el deporte necesita tanto fortaleza física como mental, sobre todo cuando se practica desde una edad temprana. Desde su experiencia profesional, considera que la presión y la búsqueda de la aceptación grupal son dos factores que afectan el comportamiento de los adolescentes. “El adolescente no deja de ser adolescente por ser deportista. Es común que, durante la pubertad, sientan presión. Asimismo, el peso del fracaso seguirá siendo igual de grande para él y, de la misma manera, se le suma la presión de los padres”, agregó.
Así como la presión, el hecho de sobrepensar excesivamente también está presente en la mente de los deportistas. “Es muy frecuente que ‘la noche anterior’ sea un gran interferente en el bienestar del adolescente, pues lo motiva a pensar una y otra vez en los posible escenarios que se puedan dar durante la competencia. Incluso, cuando llegan al partido, se quedan con la idea previa que tenían y les cuesta enfocarse en realizar nuevas estrategias según el estado del juego”, enfatizó. En esa línea, la ansiedad también afecta directamente a los jóvenes, sobre todo al practicar un deporte de alto rendimiento.
El deportista adolescente cumple múltiples papeles, como hijo, estudiante o amigo. A pesar de ello, no se le prepara para que sea capaz de dividir lo que le corresponde en cada momento, lo cual termina causándole estrés y ansiedad. En relación a ello, La Torre recalcó la importancia de que el entrenador sea consciente de lo mencionado previamente. Al tener una formación pedagógica y psicológica, los dirigentes deportivos podrán tener la información necesaria para mejorar esta situación.
“Motivar a un joven no se basa solo en gritar y exigir. Para motivar a un deportista, debemos conocerlo y respetar sus objetivos para trabajar en base a ellos. Cuando ayudemos al chico a encontrar mayores razones propias para esforzarse, logrará tener automotivación”, indicó el psicólogo deportivo. “Cuando practicas un deporte de alto rendimiento, todo el mundo espera mucho de ti”.