La Nación / GDA
Durante toda la vida es importante el ejercicio físico, pero mucho más a medida que se envejece. Entonces, mantenerse activo es casi una obligación para las personas mayores de 50 años. Esto será clave para que con el pasar de los años, su estado físico y mental se mantenga en las mejores condiciones.
La actividad física favorece también la autonomía y la prevención de enfermedades crónicas. En este contexto, ganar músculo después de los 50 años puede parecer desafiante, pero resulta fundamental para enfrentar los retos que trae el envejecimiento.
De acuerdo a la web especializada en salud WebMD, una de las principales dificultades que trae la edad es la sarcopenia, una pérdida natural de masa muscular que ocurre con el paso del tiempo. Este proceso además de reducir la fuerza y el equilibrio, también puede limitar la movilidad. Además, las personas mayores de 50 años son más propensas a desarrollar enfermedades como la osteoporosis, la diabetes tipo 2 y problemas cardiovasculares. Por lo tanto, es imprescindible tomar medidas que fortalezcan el cuerpo y protejan contra estos riesgos.
Un enfoque efectivo para combatir los efectos de la sarcopenia es construir y mantener masa muscular. Esto protege las articulaciones, mejora la movilidad, y activa el metabolismo, lo que ayuda al control del peso y mejora la respuesta del cuerpo a la insulina. En otras palabras, ganar músculo no solo beneficia la fuerza, sino que también impacta positivamente en la autonomía y en la calidad de vida diaria.
¿Ganar músculo y evitar las pesas es posible?
Cuando se piensa en ganar músculo, lo primero que viene a la mente son las pesas. Estas son eficaces porque permiten trabajar los músculos con cargas progresivas. Sin embargo, para quienes prefieren evitar el uso de pesas, existen excelentes alternativas que emplean el peso corporal como resistencia.
Este tipo de entrenamiento puede ser igual de efectivo si se realiza correctamente. Y además de fortalecer los músculos, también mejoran el equilibrio, la coordinación y la flexibilidad. Existen tres ejercicios clave para lograr estos objetivos de salud:
- dips en banco
- flexiones cerradas
- kickbacks de tríceps.
En los tres casos conviene tener en cuenta que siempre es bueno hacerlos bajo la supervisión de un profesional de salud o educación física.
Los dips en banco
Para realizar este ejercicio hay que sentarse en el borde de un banco o silla resistente, con las manos colocadas a los lados y los dedos hacia adelante. Allí uno se desliza hacia adelante, los glúteos quedan fuera del banco y, al bajar lentamente, se flexionan los codos hasta un ángulo de 90 grados.
Al completar el movimiento, se vuelve a la posición inicial. El objetivo de este ejercicio es fortalecer de forma integral la parte superior del cuerpo.
Las flexiones cerradas
En este ejercicio, se adopta la posición de plancha con las manos ubicadas más juntas de lo habitual, directamente debajo de los hombros. Al bajar el cuerpo se mantienen los codos cerca del torso y luego se empuja hacia arriba, para activar los tríceps, los pectorales y el núcleo.
Este movimiento es particularmente útil para quienes buscan fortalecer el torso de manera equilibrada.
Los kickbacks de tríceps
Este ejercicio se realiza en posición de rodillas y manos en el suelo, donde se extiende uno de los brazos hacia atrás mientras se mantiene el codo cerca del torso.
Se alternan los brazos, para así aislar y fortalecer los tríceps, y contribuir a un tren superior más fuerte y definido.
Otros ejercicios para ganar músculo
Mantener un estilo de vida activo requiere complementarlo con acciones específicas que potencien la construcción de masa muscular y la salud general. Por esta razón, la revista Women’s Health magazine comparte una lista de consejos para tener en cuenta.
- Aumentar el consumo de proteínas en la dieta. Incorporar alimentos ricos en proteínas como pollo, pescado, huevos, legumbres y productos lácteos bajos en grasa ayuda a reparar y construir tejido muscular dañado durante el ejercicio. Las proteínas son esenciales para mantener un balance positivo de nitrógeno en el cuerpo.
- Realizar ejercicios de resistencia regularmente. Actividades como entrenamiento con bandas elásticas, sentadillas o escalones son eficaces para fortalecer los músculos. Estas prácticas deben realizarse al menos dos o tres veces por semana.
- Asegurarse de dormir lo suficiente para permitir la recuperación muscular. Durante el sueño, el cuerpo produce hormonas esenciales como la hormona del crecimiento, que juega un papel clave en la regeneración y el desarrollo muscular. Dormir entre 7 y 9 horas diarias es ideal para maximizar este beneficio.
- Mantenerse hidratado adecuadamente. Una buena hidratación favorece la función celular y el transporte de nutrientes hacia los músculos. Beber agua antes, durante y después del ejercicio ayuda a prevenir la fatiga y mejora el rendimiento.
- Incorporar ejercicios de equilibrio y flexibilidad para complementar la rutina. Practicar yoga o pilates aumenta la movilidad articular y previene lesiones, aspectos cruciales para mantener la consistencia en el entrenamiento.
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