La Nación - GDA
Observar a un gato es como descifrar un lenguaje lleno de matices, gestos sutiles y sonidos que, para muchos, todavía son un misterio. En un mundo donde los felinos parecen gobernar sus territorios con elegancia y distancia, esos “miau” inesperados pueden revelarse como el verdadero puente entre el gato y su humano. Porque, si hay algo cierto, es que detrás de cada maullido existe una intención específica.
La convivencia con humanos fue determinante en la evolución de la comunicación vocal de los gatos. En el ámbito doméstico, los felinos aprendieron a utilizar el maullido como una herramienta eficaz para interactuar con sus cuidadores. Este fenómeno es un ejemplo claro de cómo las especies animales pueden adaptar su comportamiento a entornos controlados, al generar formas únicas de comunicación. Esto no solo evidencia la inteligencia de los gatos, sino también su capacidad para modificar su conducta en función de las respuestas humanas.
En este sentido, los gatos maúllan para pedir algo: comida, atención o incluso para manifestar aburrimiento. Según un estudio de la Universidad de Sussex, los gatos no utilizan el maullido entre ellos una vez que alcanzan la madurez, sino que esta herramienta está destinada solo a la interacción con sus cuidadores. Los felinos aprendieron que sus sonidos provocan reacciones en los humanos, lo que les permite obtener lo que necesitan.
Cada gato desarrolla su propio lenguaje vocal, que varía según su relación con las personas y las situaciones que enfrenta. Investigadores del Journal of Veterinary Science descubrieron que los felinos utilizan diferentes tonos, intensidades y duraciones de maullidos para comunicar una variedad de estados de ánimo. Los gatos más vocales tienden a tener repertorios más variados, mientras que otros prefieren expresarse a través de gestos o comportamientos.
Los expertos explican que un maullido corto puede ser una forma de saludo o una solicitud de atención, mientras que un maullido prolongado suele indicar incomodidad o hambre. Si el gato emite una serie de maullidos seguidos, podría buscar iniciar una conversación con su cuidador. La clave para entender a un gato está en observar y escuchar, para poder descifrar lo que realmente busca expresar.
Por otro lado, el maullido nocturno es un comportamiento común, especialmente en gatos de edad avanzada. Puede estar relacionado con la falta de actividad física o con problemas de salud como la hipertensión y el hipertiroidismo. Cuando son adultos, algunos gatos desarrollan disfunciones cognitivas similares al Alzheimer en los humanos, lo que provoca confusión y maullidos prolongados. En estos casos, es recomendable consultar a un veterinario para evaluar la salud del animal.
Y no todos los gatos son igual de vocales. Razas como el siamés o el maine coon tienden a ser más ruidosas y a establecer una conversación constante con sus cuidadores, mientras que otros gatos prefieren una comunicación más sutil y silenciosa. Cada felino tiene su propia forma de comunicarse, e identificarla es clave para una convivencia armoniosa.
¿Qué hacer si un gato maúlla en exceso?
El maullido excesivo de un gato puede ser un comportamiento frustrante tanto para el dueño como para la mascota, y es importante identificar las causas antes de implementar soluciones. Un sitio especializado en veterinaria ofrece algunas recomendaciones clave para lidiar con estos sonidos.
- Visitar al veterinario: Si el gato comienza a maullar de manera inusual o excesiva, es fundamental realizar un chequeo veterinario para descartar posibles problemas de salud, como dolor, ansiedad o condiciones relacionadas con la edad.
- Rutina de alimentación consistente: Los gatos que maúllan por hambre pueden beneficiarse de un horario de alimentación regular. Es importante no recompensar los maullidos con alimentación inmediata, ya que esto refuerza el comportamiento.
- No recompensar el comportamiento de atención: Si el gato maúlla para llamar la atención, es importante ignorar este comportamiento. Se debe proporcionar tiempo de calidad en momentos apropiados y ofrecer juguetes y juegos estimulantes para mantenerlo ocupado.
- Esterilización o castración: Si el maullido está relacionado con el comportamiento de apareamiento, esterilizar o castrar al gato puede reducir significativamente estos episodios.
- Reducir el estrés: Los cambios en el entorno, como la llegada de una nueva mascota o una mudanza, pueden causar ansiedad en los gatos. Crear un ambiente tranquilo y consistente, y proporcionar escondites seguros, puede ayudar a reducir el estrés y el maullido asociado.