Para algunas personas, encontrar una pareja es un verdadero dolor de cabeza. Quizá probaron apps de citas y no tuvieron buenos resultados; quizá se cruzaron con su compañero ideal sin saberlo —la gente no va por la calle con un cartel de ‘libre’, como los taxis— o quizá su match perfecto está fuera de su círculo y necesitan un empujoncito para hallarlo. Para muchos, la solución viene de la mano de personas como Mary Cioli —que hoy trabaja junto a su hija, Mónica Cioli— y Elena Batovsky, expertas en formación de parejas estables.

Para las Cioli, la clave de su trabajo es que la gente pueda ser feliz. “Algunas personas han perdido a su pareja y otras tienen encuentros casuales y buscan algo más estable”, señaló Mónica, que acompaña a su madre en esta tarea desde hace 15 años.

Mary comenzó su carrera en los años ‘80 como la primera mujer detective del Uruguay, pero pronto lo dejó para meterse de lleno en la formación de parejas. “Por lo general, la llamaban para averiguar si había una infidelidad y con frecuencia la persona que consultaba estaba siendo engañada. Vio tanta desunión que quiso dedicarse a unir personas”, recordó su hija.

Batovsky está en este rubro desde hace cuatro años y medio. Es psicóloga y abrió su centro de formación de parejas a partir del trabajo clínico: “Observé que la mayoría de las problemáticas tenían que ver con la falta de pareja o la dificultad para encontrar una que fuera duradera”. Para ella, su función es “tender puentes” y ayudar a que más gente sea feliz. “Las personas que buscan pareja y no la encuentran, sufren. La soledad no es buena consejera”, sostuvo.

Tanto Mónica como Elena señalaron que sus clientes tienen entre 30 y 80 años. La mayoría llega desilusionada luego de intentar hallar el amor de forma virtual (y fracasar). Según la Encuesta de Generaciones y Género, el 21% de las personas de entre 20 y 30 años conoció a su pareja a través de apps de citas o internet. La cifra desciende a medida que la edad aumenta: 11% para las personas de entre 30 y 45, 5% para los que tienen entre 45 y 65, y 2% para la tercera edad.

“Muchos han sido estafados en redes sociales, ya sea sentimental o monetariamente”, comentó Mónica y añadió que las apps de citas e internet, en lugar de quitarles clientes, les dieron más: “Hay personas que han sido engañadas y no quieren tener más experiencias de ese tipo”.

A su vez, Elena detalló que casi todos llegan a ella en búsqueda de confidencialidad, algo que las nuevas tecnologías no ofrecen. “Un gran porcentaje de gente no quiere entrar a una app de citas ni que sus fotos y datos aparezcan en internet”, indicó.

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En cuanto al género, en ambos casos trabajan con bases de datos parejas, mitad hombres y mitad mujeres. “Si tenemos muchas damas de cierta edad, frenamos su ingreso y aumentamos el de caballeros porque itentamos igualar los números para satisfacer a todos”, explicó Elena.

Ella y las Cioli han recibido alguna que otra consulta de personas homosexuales, pero son tan pocas que no han podido generar un listado eficaz. “Si se nos acerca una sola persona de cierta edad, es muy difícil presentarle a alguien”, relató Mónica.

La gran mayoría de sus clientes son de Montevideo y zona metropolitana —un 70% aproximadamente—, pero poco a poco crecen los interesados en Canelones, San José, Maldonado, Rocha, Colonia, Florida, Salto y Paysandú. Según Elena, su base de datos es dinámica, pero suele superar las 300 personas. En el caso de las Cioli también es un número en constante movimiento, pero, en general, ronda los 1.000 nombres.

¿Qué es lo que más le importa a la gente que busca una pareja seria? Según Elena, son varios factores: el aspecto físico, el nivel cultural y económico, el lugar donde vive, si fuma o no —esto es fundamental, resaltó—, el estado de salud y si tiene hijos o familiares a cargo. También hay quienes priorizan coincidir en ideología política y/o religión.

Otro aspecto clave es que “en general, el hombre busca a una mujer menor; a veces, con una diferencia de cinco años, 10 o hasta 15 años”, sostuvo. Las mujeres, por su parte, “son más elásticas” y aceptan conocer hombres hasta cinco años menores o cinco años mayores.

Al referirse a las edades, Mónica remarcó que los deseos varían mucho según el momento de la vida de quien consulta. “Cuando son más jóvenes lo que quieren los clientes es formar una familia, en tanto cuando son divorciados o viudos, buscan un buen compañero, alguien con quien compartir viajes, cenas, paseos”, expresó.

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No obstante, la clave es mantener la mente abierta. “Muchos piensan que podrán encontrar a alguien que se ajuste 100% a lo que ellos quieren, pero nosotros trabajamos con la realidad, con lo que existe”, sostuvo Elena. Y añadió: “Las personas vienen con un ideal, pero después deben elegir, dentro de lo real, lo que más se adapta a sus deseos”.

Con frecuencia, Elena les recuerda a sus clientes que “una cosa es el envoltorio del regalo y otra es el contenido”. En otras palabras: “No siempre el aspecto físico y la edad es lo que más determina que las personas se lleven bien”. A su juicio, para que una pareja dure a lo largo del tiempo, es más importante “coincidir en varias áreas, como las costumbres, la economía y la forma de vincularse”.

En la misma línea, Mónica mencionó que la búsqueda de pareja se vuelve más fácil cuando la persona no le da tanta relevancia al aspecto físico. “Cuando van mucho por la apariencia, tienen que ceder en otras cosas”, señaló, y opinó que “para encontrar un buen compañero o compañera es importante ver el interior de la persona; cómo es y no solo cómo se muestra”.