Poner límites, no quejarse y darse tiempo para uno mismo. Esas son las tres claves para una vida más feliz, para sentirse mejor, para apostar de una vez por todas, “por el amor propio, que no es egoísmo, sino cuidado”, afirma la actriz, comunicadora, cantante y ahora también escritora Carla Lorenzo, en su primer libro, El día que me quiera.

En realidad, la publicación es un cuaderno de trabajo que desafía a quien lo lee a hacerse preguntas profundas, a dedicar un tiempo para conocerse, a buscar dónde están los límites que quiere (y necesita) poner, pero no puede.

-¿Cómo nació El día que me quiera?
-El día que me quiera fue un espectáculo que presenté en noviembre del año pasado. Siempre que escribo para una obra me enfoco en una temática que tenga que ver con psicología, con lo que veo en el consultorio. Y, lamentablemente, vengo viendo que el tema de base es que no nos queremos. Pero no en el sentido del romanticismo y de ‘¡oohh, ámate como a nadie y sé único’. No. Querernos desde el lugar concreto de respetarnos, valorarnos, cuidar nuestro cuerpo, tener hábitos saludables, cuidar los vínculos.

Para esa obra escribí mucho y terminé elaborando un cuaderno de trabajo, que entregaba a la gente en el teatro y con el que pasaron cosas muy lindas. Y al poco tiempo recibí la llamada de la editorial (Planeta) y la pregunta: ¿Ese cuaderno puede pasar a ser un libro?

Fue un proceso de pocos meses, que todavía no me lo creo, porque era un sueño de mi vida sacar un libro.

-En el libro unís tu rol de cantante, psicóloga y escritora.
-Vuelco todas las herramientas que tengo. Hay códigos QR para escuchar canciones, cuentos, para hacer meditaciones. El libro muestra mucho de lo que trabajo en el consultorio y en la vida, y en el grupo de mujeres que creé para acompañarnos y trabajar en el autoconocimiento.

Se mezcla con cosas que a mí me pasan, porque en realidad todos nos vamos tocando como seres humanos: ¿Quién no tiene un tema con el sí y el no? ¿Con los límites? ¿Con la culpa?

Darwin Borrelli/Archivo El Pais

-De los temas que abordás queda la sensación de que poner límites, no quejarse y darse tiempo para uno es lo más importante. ¿Lo sentís así?
-Sí, además el libro empieza diciendo que “el día que me quiera, me voy a dar tiempo para esto y lo otro”. El tiempo es clave, pero no digamos el día que me quiera como expresión de deseo, sino que el día que me quiera sea hoy.

Ponerlo en acción y en conciencia y para eso necesitamos tiempo. Primero, para darnos cuenta de qué es lo que estamos haciendo de forma automática y que nos está dañando todos los días un poquito. Y también darnos tiempo para el proceso de cambiar eso que nos hace mal.

-Quizá no sean necesarios más que 15 minutos al día...
-¡O empezar por 5! Yo arranqué así en la pandemia. Y por eso en el libro incluyo herramientas muy prácticas para demostrar que podés escucharte a vos mismo en 5 minutos. Cómo está tu cuerpo, cómo te sentís, atender a la respiración... Y no es necesario tomarse una hora para levitar y todo eso que se piensa, no, no, es simple: darme 5 minutos y decir: ¿A ver cómo estoy? Y hacerme cargo de lo que encuentro.

-¿Hacerse cargo en el sentido de no ponerse en víctima?
-A veces preocupa porque no nos hacemos cargo y terminamos proyectando todo en el otro; todo nos pasa porque “el otro tal cosa”. ¿Pero dónde está el respeto hacia el otro? Porque el amor propio no es solo que me amo a mí y no me importan los demás. Al contrario, al respetarme yo y encontrar formas de hacerme respetar, también estoy respetando a los demás.

Foto: Editorial Planeta

Ahí está el tema de los límites también y así se salvan vínculos. Porque hacerse respetar, saber decir que no, es un juego entre mis creencias y lo que el otro saca de mí. Cuando digo que no, el otro se incomoda y pienso que no me valora. ¿Pero quién no se valoró primero a sí mismo al decir a todo que sí? Entonces, hay que apostar al amor propio, que no es egoísmo, sino cuidado.

-Otro de los puntos centrales del libro es la soledad.
-Tal cual. No tener miedo a la soledad, a ser nuestra compañía; saber que cuando estamos a solas podemos disfrutar, aunque no todo sea feliz. A veces duele volver a pasar por ciertos lugares, pero hay que hacerlo, porque la vida es todo y no podemos caer en la positividad tóxica esa de ¡arriba, arriba, todo es por algo, disfruta! Es algo mucho más terrenal.

Claro que tenemos que estar conectados con la gratitud, con la alegría, pero también con las demás emociones para ver la vida como es. La libertad y el amor está en eso: la tapa del libro es un abrazo, es abrazarnos enteros con todo lo que trae la vida.

Cuidarse y permitirse usar alguna “careta”

“El amor propio se entrena como en el gimnasio, se aprende como en la escuela y se ensaya como en el teatro. Es un camino de todos los días”, afirma Carla Lorenzo en una de las páginas de El día que me quiera, su primer libro.

“Lo que tenemos que hacer es conocernos, agradecer y decidir qué es lo que va con nosotros y lo que no. Pero, por otro lado, entrenar la confianza en nosotros mismos. Es un juego de paciencia, de proceso, de confiar en que la vida trae cosas muy duras, pero hay que mirarlas y atravesarlas, porque también trae cosas que están buenísimas. Depende de nosotros dónde vamos a ir poniendo el foco todos los días”, agregó la profesional.

Para la también comunicadora, actriz y cantante, la sociedad hoy marca por dónde hay que ir, qué es lo que se considera “bien”. Pero si sentimos que no es por ahí, lo podemos procesar y trabajar hacia adentro o con el grupo de personas con las que podemos mostrarnos tal como somos. Y “usar alguna careta si es necesario” cuando salimos al exterior, cuando tenemos que estar en lugares en los que no queremos o formar parte de grupos de los que no nos interesa pertenecer.

“Sé que tengo que estar en este lugar, tengo que pasar por determinadas cosas, y bueno, un tinte de hipocresía en algunos casos no está mal. Sé que estoy actuando así para cuidarme, no me como el personaje”, apuntó la autora.

Editorial Planeta.

El día que me quiera, es de Editorial Planeta y se presenta el 25 de julio en la Fundación Fucac, a las 19:00 horas.